Kazajistán: el país hecho a medida que ahora explota

Los 32 años en el poder del expresidente Nursultán Nazarbáyev explican la oleada de protestas

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Una imagen de las fuerzas de policía de Kazajistán preparándose para responder los manifestantes

MoscúLa revuelta que, desde este 1 de enero, sacude las calles de Kazajistán, en Asia Central, se explica por otros muchos motivos que la subida del gas, que se incrementó de 0,12 a 0,24 euros el litro. Esto fue solo el chispazo, la gota que hizo colmar el vaso. Para entender la oleada de protestas que vive este país de 19 millones de habitantes –la más grande desde el hundimiento de la URSS, cuando en 1991 consiguió la independencia– hace falta también pararse en un nombre, el del expresidente Nursultán Nazarbáyev, que estuvo 32 años en el poder en Kazajistán, hasta que en 2019 abandonó el cargo.  

Entre las imágenes de los disturbios que en los últimos días se han difundido a través de las redes sociales –a pesar del intento de apagón general de internet por parte del gobierno– hay una que ha sido muy significativa: la del derrocamiento de una estatua del expresidente Nazarbáyev en la ciudad de Taldykorgan.

Nazarbáyev cogió las riendas de Kazajistán incluso antes de que existiera como estado independiente: estuvo 2 años como primer secretario del Partido Comunista y, ya con el país independizado, estuvo 29 años como presidente. Y cuando abandonó el poder en 2019 no dejó la vida política y siguió siendo el presidente del Consejo de Seguridad. Y el actual presidente, Jasim-Jomart Tokáyev, fue escogido a dedo por el propio Nazarbáyev y lo ha sucedido en todos los cargos que ostentaba él. 

Evidentemente, a lo largo de los 30 años en los que el país ha sido independiente Nazarbáyev se ha ido haciendo un país a medida. La capital del país, antiguamente conocida como Astaná, lleva su nombre, Nursultán. Honoríficamente es también de forma oficial el Líder de la Nación desde 2010. Como en otros países de Asia Central, el culto a la personalidad es evidente. Para poner un ejemplo, alguien que llegue en avión a Kazajistán, si va a la capital aterrizará en el aeropuerto Nursultán Nazarbáyev, situado en la ciudad de Nursultán. El nombre del expresidente es omnipresente también en calles, monumentos, parques y centros comerciales.

"Que se marche el viejo"

Jasim-Jomart Tokáyev, actual presidente, que recientemente ha dado la orden de disparar a matar contra los manifestantes, no ha sido más que una sucesión de Nazarbáyev, de quien, a los 81 años, muchos dicen que sigue mandando desde la sombra. “Es complicado saber el grado de apoyo real de Nazarbáyev y Tokáyev porque las elecciones no son libres”, dice el analista especializado en Asia Central Fran Olmos. Delante tienen una población que probablemente se ha cansado de tantos años de régimen encubierto y presentado como una democracia. "Shal ket!", han coreado estos días los manifestantes en las protestas. Significa "¡Que se marche el viejo!" en kazajo. El viejo es, claro, Nazarbáyev, aliado incontestable de Vladímir Putin.

Rico en hidrocarburos y metales, Kazajistán tiene recursos para facilitar una vida tranquila a sus ciudadanos. Pero en este país, que multiplica por cinco la superficie de España, el poder lo monopolizan un conjunto de clanes enquistados alrededor de Nazarbáyev, que se han beneficiado de casi todo el pastel, sin repartirlo con los demás. Esto también explica que, detrás de las protestas actuales, esté la subida del paro por la pandemia o el incremento del precio de los productos básicos. Sin Nazarbáyev, Tokáyev nunca ha tenido la determinación de corregir este desequilibrio entre una minoría que está empachada de tanto pastel y una gran mayoría de la población que cada vez tiene más dificultades para pensar en el futuro.

El presidente de Kazajistán asegura a Putin que tiene el control del país

El presidente de Kazajistán, Jasim-Yomart Tokáyev, ha querido transmitir este sábado un mensaje de tranquilidad a su homólogo ruso, Vladímir Putin, gran aliado del país y de los primeros en enviar tropas y apoyo militar para ayudar a combatir las manifestaciones. En una conversación telefónica, Tokáyev ha dicho a Putin que el país "está por el camino de la estabilización", a pesar de que "todavía quedan puntos calientes". Las protestas han provocado una oleada de represión del gobierno, que considera "terroristas" a los manifestantes, y que ha dejado decenas de muertos y miles de detenidos. El viernes, Tokáyev dijo que se dispararía a matar, y sin previo aviso, contra aquellos ciudadanos que salieran a protestar en la calle. El gobierno de Kazajistán también ha anunciado la detención del exjefe del espionaje –y otros cargos– por "alta traición" al Estado.

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