El presidente de Kazajistán ordenar "disparar a matar" contra los manifestantes

El ministerio del Interior informa de la muerte de 26 personas y la detención de más de 3.000 en cinco días de enfrentamientos

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Khassim-Jomart Tokhàiev, presidente del Kazajistán, durante el discurso de este viernes

LondresSin contemplaciones. El presidente del Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha anunciado este viernes, en un discurso televisado al país después de cinco días de protestas generalizadas, que ha dado la orden de "disparar a matar" para hacer frente a los disturbios de aquellos que ha tildado de “bandidos y terroristas”. Tokáyev ha añadido que aquellos que no se rindan serían “destruidos”.

El anuncio ha tenido lugar veinticuatro horas después de que tropas rusas y de otros países satélites del Kremlin llegaran al país para sostener un régimen clave para Moscú. A lo largo de la mañana de este viernes, y según algunas informaciones, se han registrado disparos de armas de fuego en la ciudad de Almaty, la más grande del país.

Hasta 20.000 “bandidos” habrían atacado propiedades oficiales en Almaty entre el martes y el jueves, ha dicho Tokáyev. La protesta iniciada el domingo en el oeste del país por el aumento del precio del gas licuado, que la mayoría de los habitantes de la zona utilizan como combustible de sus vehículos, ha derivado en una ola de descontento generalizado por una economía estancada y por una corrupción rampante por parte de las élites políticas que han controlado el país desde la independencia de la URSS, en 1991.

El presidente, que el miércoles destituyó al gobierno y asumió las funciones de jefe del Consejo de Seguridad, en manos hasta entonces de su antecesor, Nursultán Nazarbáyev, ha informado que como parte de la operación "antiterrorista", había ordenado a las fuerzas del orden y al ejército “que dispararan a matar sin previo aviso”.

"Los militantes no han bajado las armas, continúan cometiendo crímenes o se están preparando para ellos. La lucha contra ellos se tiene que continuar hasta el final. Quien no se rinda será destruido", ha remachado.

El ministerio del Interior ha informado también este viernes que 26 “delincuentes armados” habían sido "liquidados" y más de 3.000 detenidos, mientras que 18 policías y miembros de la Guardia Nacional habrían sido asesinados desde el inicio de las protestas.

La falta de fuentes de información sobre el terreno auténticamente independientes, sin embargo, hace imposible confirmar las cifras.  

Tokáyev ha rechazado los llamamientos a mantener conversaciones con los manifestantes: “Qué estupidez. ¿Qué tipo de conversaciones podemos mantener con criminales y asesinos? Hemos tenido que tratar con bandoleros armados y bien preparados, tanto locales como extranjeros. Más precisamente, con terroristas. Así que tenemos que destruirlos, esto se hará pronto”.

Agradecimiento a Moscú

El presidente ha agradecido igualmente la asistencia del presidente ruso, Vladímir Putin, y a los líderes de China, Uzbekistán y Turquía. La decisión de permitir la entrada de fuerzas pacificadoras enviadas desde Rusia y los estados vecinos ha llegado “a petición” del Kazajistán y se encuentran en el país de “manera temporal” para garantizar la seguridad.

El ministerio de Defensa de Rusia, citado por Interfax, ha informado este viernes que más de 70 aviones han operado en las 24 horas del día para llevar tropas a Kazajistán y que se ocupaban de recuperar el control del principal aeropuerto de Almaty, retomado el jueves de manos de los manifestantes.

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la versión rusa de la OTAN, ha contabilizado en unos 2.500 soldados el personal militar que ha enviado a Kazajistán, por un periodo de tiempo indeterminado, unos días o semanas. La administración de Tokáyev ha asegurado que las fuerzas extranjeras no han participado en combates ni en "la eliminación de militantes". La durísima represión ejercida desde la presidencia ha contribuido a restablecer la orden constitucional "en gran parte o todas las regiones del país", ha afirmado también el presidente.

Sin embargo, este viernes por la mañana todavía se han podido oír disparos cerca de la plaza central de Almaty, donde tropas y manifestantes lucharon durante gran parte del día anterior. En otra parte de la ciudad, una tienda de municiones había sido saqueada. Vehículos militares y unas 100 personas con uniformes militares también habían tomado posiciones en otra plaza de Almaty.

Las manifestaciones empezaron el pasado domingo como respuesta a una subida del precio del combustible pero rápidamente se han convertido en un amplio movimiento contra el gobierno y el expresidente Nursultán Nazarbáyev, de 81 años, el gobernante más antiguo de cualquier estado exsoviético, y que hasta el pasado miércoles presidía el Consejo de Seguridad. Algunas informaciones no confirmadas por ninguna fuente independiente aseguraban ayer que había huido del país con toda su familia. Nazarbáyev, hombre fuerte del régimen incluso después de abandonar el poder en 2019, es visto por la población como uno de los principales responsables de la corrupción que sufre un país muy rico en petróleo, gas y minerales como el uranio. El expresidente Nazarbáyev fue el último líder del Partido Comunista de la época soviética. Nombró directamente a dedo como sucesor a Tokáyev.

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