Trump no logra un acuerdo y Putin gana tiempo en Ucrania

El presidente estadounidense dice que "no hemos llegado", pero asegura que ha sido una reunión "muy productiva"

WashingtonLas bajas expectativas infundadas por la Casa Blanca en los días previos a la reunión de Alaska se han quedado cortas a la hora de la verdad. El resultado del encuentro con Putin no fue a la altura de la alfombra roja desplegada en la pista de aterrizaje y los cazas sobrevolando la base militar para dar la bienvenida. Tras tres horas de reunión, Donald Trump ha anunciado este viernes (ya el sábado en Catalunya) junto a Vladimir Putin que todavía no hay ningún acuerdo sobre la guerra de Ucrania. "Hemos tenido una reunión extremadamente productiva y se han acordado muchos puntos", ha dicho el presidente estadounidense a los periodistas. "Sólo quedan muy pocos [para cerrar el acuerdo]. Algunos no son muy significativos; uno probablemente es el más significativo. Pero tenemos muchas posibilidades de llegar: no hemos llegado, pero tenemos muchas posibilidades de llegar". El anuncio ha sido breve y rápido. El estadounidense, al que le encanta hablar horas y horas, esta vez ha finalizado la comparecencia de forma abrupta sin que se haya permitido hacer preguntas a los periodistas. Trump vuelve a ver cómo se le desliza el ansiado y sin embargo poco realista Premio Nobel de la Paz mientras el presidente ruso logra ganar más tiempo para consolidar la invasión de Ucrania. El exespía del KGB le ha recordado al businessman que el mundo no es Manhattan.

Probablemente, este punto "más significativo" del no acuerdo al que se ha referido Trump sea el reparto territorial de Ucrania. En la videoconferencia del miércoles con los socios europeos y el presidente Volodímir Zelenski, el presidente republicano prometió que no habría cesiones territoriales sin contar con Ucrania. Trump ha cumplido su palabra, que no le eximía de poder hacer un borrador del reparto con Putin antes del encuentro "trilateral" que tanto ha defendido el magnate. Una cita, sin embargo, sobre la que no han hecho mención ninguno de los dos dirigentes cuando han comparecido ante la prensa. Eso sí, cuando Trump ha dicho que volverían a hablar pronto, para acabar de cerrar los flecos del acuerdo, Putin se ha permitido bromear que el próximo encuentro "será en Moscú.

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El presidente estadounidense también ha asegurado que llamará inmediatamente a los miembros de la OTAN, "y por supuesto. se le ha excluido de la mesa de negociación mientras se concede al invasor el rol de interlocutor principal para el futuro de su país, también ha tenido que aguantar las palabras de Putin lamentando el conflicto como "una profunda herida" a la hermandad ruso-ucraniana "Siempre hemos considerado a Ucrania como una nación, y Por muy raro que pueda sonar en este contexto, tenemos las mismas raíces, y todo lo que está pasando es una tragedia y una terrible herida para nosotros", ha afirmado Putin, que no ha dejado de bombardear ni un día a los ucranianos mientras asegura que quiere la paz. que representa Alaska para la Rusia y los Estados Unidos. El territorio ártico fue vendido en EE.UU. en el siglo XIX por 7,2 millones de dólares de la época. el camino hacia la paz en Ucrania. Esperamos que Kiiv y Europa lo perciban constructivamente y no obstaculicen el trabajo".

Putin no ha dado más detalles sobre este supuesto acuerdo y ha insistido en la necesidad de "eliminar" las causas primeras del conflicto. Sin decirlo explícitamente, el ruso hablaba de la línea roja de la no adhesión. presidente Trump, como ha dicho hoy, que naturalmente la seguridad de Ucrania también debería estar garantizada", ha añadido.

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Aunque Putin y Trump han comparecido solos en el escenario, el cara a cara ha sido a tres. A diferencia de Helsinki en el 2018, donde los dos dirigentes se vieron a golpe a la sala con el sol han entrado a solas con uno solo de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial, Steve Witkoff, que ha sido alabado por Putin durante el discurso de hermandad con los estadounidenses, destacando su trabajo como puente entre Washington y Moscú.

Alfombra roja para Putin

A pie de pista y con alfombra roja incluida, Trump había recibido a Putin en Anchorage este viernes por la mañana pasadas las once (hora local). El efusiva apretón de manos entre los dos mandatarios consolidaba el reconocimiento de Rusia como un actor clave dentro de la guerra de Ucrania por parte de Estados Unidos, así como la poco disimulada admiración del estadounidense hacia el ruso. La imagen de Putin pisando territorio estadounidense y recibido por Trump resonaba en la época de la Guerra Fría, cuando el líder soviético Nikita Jruschov visitó Estados Unidos en septiembre de 1959. Un paralelismo que probablemente habrá gustado al exagente del KGB ya su séquito. Su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, se había dejado ver antes del encuentro con una camiseta de la URSS.

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En una imagen aún más inusual, después de un aterrizaje pomposo, ambos dirigentes se han ido juntos en la misma limusina, donde no parecía que hubiera ningún intérprete. Putin habla bien el inglés para mantener una conversación con Trump. La idea de los dos mandatarios en el coche sin nadie más que el conductor añade misterio a una larga relación marcada por el secretismo.

A bordo del Air Force One rumbo a Alaska, Trump había hecho notar que quería conseguir un alto el fuego hoy: "Quiero ver un alto el fuego rápidamente. No sé si será hoy, pero no estaré contento si no es hoy. Todo el mundo dice que no puede ser hoy, pero yo sólo digo que les asesino". Pero a Putin nunca le ha interesado acabar con la guerra, porque con el paso del tiempo, se ha convertido en un elemento clave para sostener su régimen.

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Para el dirigente ruso, era clave convencer a Trump de que realmente está abierto a un alto el fuego porque así mataba a dos pájaros de un disparo: ganaba tiempo y resquebrajaba el puente que los europeos y Volodímir Zelenski han rehecho con Washington. El nerviosismo de Europa y del presidente ucraniano recaía en su exclusión de la mesa de negociación y en la incapacidad para confiar por completo en Trump. El precedente de Helsinki y la rebaja de expectativas de la Casa Blanca en los días previos a la cita eran malos presagios para Kiiv y el Viejo Continente, que se han cumplido. El aviso de Putin diciéndoles que no obstaculicen el camino al acuerdo del alto el fuego lo confirma.

En el Air Force One rumbo a Alaska, el republicano también afirmaba por primera vez en público que estaba abierto a la "posibilidad" de ofrecer garantías de seguridad en Ucrania, "junto con otros países de Europa y otros países". Ahora bien, por no asustar a Putin, puntualizaba que la protección de Kiiv no sería a través de la OTAN. Trump adelantaba que, aunque deberían discutirse posibles intercambios de territorio durante el encuentro, debía ser Ucrania "quien tomara esta decisión". Afirmando que no habrá cesiones territoriales sin contar con Ucrania, el republicano no descartaba que en Anchorage ya discutieran los posibles terrenos a ceder. Washington y Moscú dibujarán el escenario, y en una segunda reunión en la Casa Blanca que Trump quiere que sea "trilateral" –con la presencia de Zelenski– presentarían el borrador del acuerdo en Ucrania para que lo firmara. "No estoy aquí para negociar por Ucrania. Estoy aquí para conseguir que él se siente en una mesa", ha dicho Trump a los periodistas. Asimismo, también decía que Europa no le dice lo que debe hacer.

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Los contactos entre Washington y Moscú

12 de febrero- Primer encuentro

Donald Trump anuncia por Truth Social que se ha llamado con Vladimir Putin para iniciar "inmediatamente" las negociaciones sobre el futuro de Ucrania. La conversación era un baño de realidad tanto para los europeos, como Kiiv, que se enteraron a posteriori del contacto entre ambos dirigentes. Aquí Washington ya empezaba a hacer sonar la idea de las cesiones territoriales. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha asegurado en un encuentro ministerial de la OTAN que para lograr la paz "hay que empezar a reconocer que es un objetivo irreal volver a las fronteras de Ucrania anteriores a 2014".

14 de marzo -Primera visita de Witkoff

Donald Trump se mostraba optimista para las negociaciones de paz Ucrania tras la reunión del enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, junto a Vladimir Putin el jueves en Moscú. En una publicación en Truth Social, el presidente de Estados Unidos ha asegurado que ve una "posibilidad muy real" de poner fin al conflicto.

18 de marzo - Una tregua de mínimos

La segunda llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin finalizó con el anuncio de una tregua de mínimos que solo detenía los bombardeos contra infraestructuras energéticas durante treinta días. La tregua duró poco, cuando al cabo de unos días los proyectiles rusos volvieron a atacar a plantas energéticas.

11 de abril - Segunda visita de Witkoff en Moscú

El enviado especial Steve Witkoff viaja por segunda vez a Moscú, donde Vladimir Putin le hace esperar hasta recibirle. La reunión de más de cuatro horas acabó sin acuerdo, aunque la Casa Blanca lo definía como "un paso más hacia un alto el fuego y un acuerdo definitivo", mientras que el gobierno ruso se ha limitado a informar de que "se ha hablado sobre Ucrania". Una vez más, sin Ucrania.

24 de abril - "Vladímir, stop!"

Donald Trump comienza a perder la paciencia con Vladímir Putin y hace una publicación en Truth Social diciéndole que pare los bombardeos tras uno de los peores ataques en Kiiv.

19 de mayo - Tercera llamada

Rusia y Estados Unidos valoran positivamente la tercera llamada para avanzar en las negociaciones sobre Ucrania. Dos horas de conversación pero sin un resultado claro.

4 de junio - Trump hace de portavoz de Putin

La cuarta llamada entre ambos dirigentes termina con Donald Trump haciendo de portavoz de Vladimir Putin y advirtiendo a Ucrania de que Rusia tendrá que contestar sus ataques. "El presidente Putin ha dicho, con bastante contundencia, que tendrá que responder al ataque reciente a los aeródromos", escribía Trump en Truth Social.

15 de agosto - Anchorage

Por último, el cara a cara con Vladímir Putin tan prometido por parte de Donald Trump se hace realidad en Alaska. El encuentro ha estado precedido por una tercera visita del enviado especial, Steve Witkoff, a Moscú y ha permitido al ruso desactivar el ultimátum de Washington. Además de que Putin se ha vuelto a meter en el bolsillo en Trump.