La ultraderecha se impone en Chile
José Antonio Kast gana la primera vuelta de las presidenciales y se enfrentará a Gabriel Boric en la segunda
Santiago de ChileChile celebrará la segunda vuelta en diciembre entre la extrema derecha y la izquierda. Las elecciones presidenciales de este domingo han dado como ganador al candidato ultra, José Antonio Kast, con un 27,9% de los votos, mientras que el representante de la izquierda, Gabriel Boric, ha quedado con un 25,8%. Pese a que había siete candidatos en la carrera política, la principal disputa se había situado desde hacía semanas entre dos bloques antagónicos, pero la ventaja se le daba a Boric en casi todas las encuestas. La victoria de Kast, que ha tenido muy buenos resultados fuera del área metropolitana, ha cogido a muchos por sorpresa.
A las 10 de la tarde, hora local, y con un público eufórico que lo esperaba, Kast ha comparecido en público para celebrar los resultados: “Hemos dado el primer paso para que la esperanza sea una realidad. Nos ha dado una primera mayoría [...]. Recuperaremos la paz, el orden, el progreso y la libertad. Nos liberaremos del narcotráfico, del terrorismo, de la delincuencia y de la violencia [...]. El Chile violento se acabará. Somos la única candidatura que traerá la paz y pondrá fin a la violencia y al narcoterrorismo”, dijo.
Kast es heredero de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), a la cual denomina “gobierno militar”, y pertenece al sector de la ultraderecha chilena que ha recuperado la figura del dictador y su régimen. Ha hecho de la seguridad una de sus banderas de la campaña y muchos de los votantes se han sentido atraídos por sus promesas de recuperar la orden y la estabilidad. “No tengo un candidato con quien me identifique, solo voto por el derecho a expresarme, pero al final me he decidido por Kast porque tenemos muchos grupos violentos, de aquellos que dicen «O yo o nadie»”, decía María, una profesora de 63 años, al salir de su colegio electoral, en el centro de la capital.
Gabriel Boric ha sido el último en hablar ante sus votantes. Ha apelado a la esperanza y al cambio, uno de los conceptos clave de su campaña. Muchos de sus votantes le han apoyado pensando en esta idea. “No será la primera vez que empezamos [la segunda vuelta] desde la posición de atrás [...] y no tengo ninguna duda de que lo haremos con unidad. Será una segunda vuelta ajustada y difícil, pero la ganaremos”, dijo.
Los partidos tradicionales, derrotados
Por primera vez desde el regreso a la democracia en 1991 los partidos tradicionales de la política chilena –la derecha y el centroizquierda– no participarán en la segunda vuelta. Las fuerzas que durante 30 años han conducido la transición quedan relegadas de la carrera presidencial por los partidos nuevos. “No nos ha ido bien y lo tenemos que reconocer”, admitió el candidato de derecha, Sebastián Sichel, con un 12,7% de votos, antes de anunciar que se retira de la vida política. Por su parte, Yasna Provoste, que como representante de la coalición de centroizquierda se quedó con un 11,6%, dijo: “Hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos”.
La derrota de las dos fuerzas ha sido tan contundente que incluso otro de sus competidores, Franco Parisi, que ha hecho campaña sin pisar Chile porque vive en Estados Unidos, los ha superado en votación y ha quedado en tercera posición.
El estallido social de octubre del 2019 puso de manifiesto el malestar de la ciudadanía con las fuerzas que durante 30 años han perpetuado el modelo instalado durante el pinochetismo. Un descontento que se ha traducido en la consolidación de las alternativas que se sitúan más a la derecha y más a la izquierda que las fuerzas tradicionales. Las opciones más centristas y moderadas han quedado apartadas.
Todo abierto en la segunda vuelta
Falta menos de un mes para la segunda vuelta, el 19 de diciembre, y los dos candidatos tendrán que buscar apoyos. Desde este lunes se producirán acuerdos y conversaciones entre partidos que serán clave para decantar la balanza hacia un lado o el otro. De momento, el Partido Socialista, que era parte de la coalición de Provoste, ya ha pedido el voto por Boric “sin ambigüedades” y “sin negociaciones” porque Kast representa “una amenaza y un retroceso”.
Pero falta ver cómo se alinean el resto de fuerzas políticas. “No podemos permitir el fascismo de José Antonio Kast”, dijo Provoste, sin explicitar su apoyo a Boric. Los próximos días serán clave para ver cómo se articulan las diferentes fuerzas. La gran pregunta es si la oposición, en su conjunto, será capaz de hacer un frente común para evitar que la extrema derecha llegue a la Moneda y qué deciden hacer los votantes más desencantados que han votado opciones como las de Parisi.
Otro factor relevante será la participación. En esta convocatoria ha sido del 47%, más baja que en las presidenciales del 2017, el plebiscito constitucional y las elecciones constituyentes del mes de mayo del 2020.