Elecciones en Reino Unido: victoria demoledora del laborismo

Keir Starmer logra un triunfo histórico mientras que los conservadores reciben un castigo sin precedentes y la extrema derecha de Farage entra en los Comunes

LondresCambio de ciclo político en Reino Unido después de catorce años de gobiernos conservadores. El Partido Laborista de Keir Starmer ha logrado una victoria rotunda en las elecciones generales de este jueves. Cuando todavía falta saber los resultados de dos distritos, el laborismo obtiene 412 escaños, que superan ampliamente el umbral de la mayoría absoluta, que se sitúa en 326. El partido que desde la primavera de 2020 comanda Starmer ha dado así un paseo espectacular a las cifras de las últimas elecciones, celebradas en 2019 (202 diputados), en el pico de popularidad de Boris Johnson.

Los laboristas han incrementado en sólo un 2% el número de votos, sin embargo. Por su parte, habiendo perdido el 20% de los sufragios en relación a los anteriores comicios, el resultado de los conservadores es el peor de sus 190 años de historia y, aun así, pueden sentirse aliviados, porque algunos sondeos les daban menos de cien diputados. Los datos todavía provisionales apuntan a que obtendrán, como mucho, 122, si bien, de momento, sólo alcanzan los 121.

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El porcentaje de voto de los dos grandes partidos es el más bajo de la historia electoral del país: supera escasamente el 57,6%. Para el laborismo fue el 33,9% y para los conservadores el 23,7%. Las características del sistema electoral provocan una distorsión enorme en cuanto a la traslación en escaños, porque el partido de Keir Starmer alcanza el 63,7% de los asientos mientras que los tories sólo se llevan el 18%. Una distorsión que perjudica mucho a los intereses del Partido Reformista, de Nigel Farage, que con el 15% de los votos obtiene sólo el 0,6% de los parlamentarios (4 escaños por 4,1 millones de votos), más o menos las mismas cifras que los Verdes (4 diputados por 1,9 millones de votos). En la esquina opuesta, los liberaldemócratas se benefician mucho: con el 13% de los sufragios se han llevado al 11% de los representantes. Este paisaje abrirá una vez más el debate sobre la reforma del sistema de reparto de los representantes en la Cámara de los Comunes.

Keir Starmer: "Hoy empezamos un nuevo capítulo para reconstruir nuestro país"

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Las reacciones al desastre tory no se han hecho esperar. Poco antes de las cinco de la madrugada, hora local, en el discurso de aceptación de su acta de diputado, el todavía primer ministro, Rishi Sunak, informó de que ya había hablado con su sucesor para felicitarle. A media mañana de este viernes ha presentado su dimisión a Carlos III tras un discurso breve ante la puerta del número 10 de Downing Street. En su último acto como premier, Sunak ha pedido disculpas por el descalabro, ha anunciado que dimitirá como líder del partido en el momento en que se haya puesto en marcha el mecanismo para encontrar un relevo, ha sacado pecho de la estabilidad conseguida en los últimos 20 meses y también ha afirmado "Es importante que, después de 14 años en el gobierno, el Partido Conservador se reconstruya, pero también que asuma su papel crucial en la oposición de forma profesional y eficaz".

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Los eventos se han precipitado a continuación, porque acto seguido el monarca ha pedido a Keir Starmer la formación de un nuevo gobierno. Poco después de mediodía, hora local, ha llegado a Downing Street, convirtiéndose así en el quinto. premier laborista de la historia del país.

Resultats provisionals de les eleccions del Regne Unit
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Si la proyección que en estos momentos hace la BBC es esmerada, los laboristas tendrán 166 diputados más que el resto de partidos sumados. La mayoría de Tony Blair en 1997 fue de 179.

Dirigiéndose a los simpatizantes desde el Turbine Hall de la Tate Modern, en el centro de Londres, Starmer ha destacado esta madrugada cuál debe ser el propósito principal de su gobierno: "Lo hemos conseguido. El cambio comienza ahora", ha dicho. Y ha añadido: "Un mandato como éste conlleva una gran responsabilidad. Nuestra tarea es, nada menos, renovar las ideas que sostienen este país. Y juntos lo tenemos que hacer. Tenemos que hacer una renovación nacional para que seas quien seas, da igual donde hayas empezado en tu vida, si trabajas duro, si sigues las reglas del juego, este país debería ofrecerte buenas oportunidades".

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El premier electo ha admitido los retos que le esperan, sin embargo. "Os digo que no será fácil cambiar el país, no es como encender un interruptor. Es un trabajo duro, un trabajo paciente, un trabajo decidido, y tendremos que apresurarnos. Pero incluso cuando las cosas se pongan difíciles, recordaré esta noche. Dijimos que acabaríamos con el caos.

El suicidio de los 'tories'

La devastadora noche para los conservadores, "difícil" en palabras de Rishi Sunak, es, como ya se ha apuntado, la peor de la historia en los 190 años de existencia del partido. Hasta el punto, por ejemplo, que no ha obtenido ninguna representación en Gales y sólo tres en Escocia. La estrategia de Sunak de avanzar las elecciones se ha revelado como un suicidio. Hasta doce ministros del gobierno han perdido el escaño y no menos de ocho secretarios de estado también han caído en la escabechina. Entre los damnificados de mayor relevancia, destaca especialmente la derrota delexpremier Liz Truss, que ha perdido el acta de diputada, en el suroeste de Norfolk (este de Inglaterra) por sólo 630 votos.

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Por su parte, los liberaldemócratas, el hermano pequeño de los tres grandes partidos británicos, han logrado unos muy buenos resultados. En estos momentos obtienen 71 asientos en los Comunes. En el 2019 tuvieron sólo 11.

Otro de los grandes damnificados de la noche ha sido el Partido Nacional Escocés (SNP), que se ha llevado sólo a 9 diputados de los 45 que tenía resultantes de las elecciones del 2019. El ' independentismo ha concurrido a los comicios en unos momentos muy difíciles, con la crisis que vive desde la renuncia, el pasado año, de Nicola Sturgeon, la investigación policial en marcha por presunto fraude en las finanzas del partido que afecta a su marido, y con el relevo, aún no hace ni diez semanas, del primer ministro Humza Yousaf –el repuesto de Sturgeon– por John Swinney. En nueve años, desde el 2015, el independentismo escocés ha perdido pistonada. En esta ocasión, Escocia sólo tenía 56 distritos en juego, tres menos que en el 2019.

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Dos partidos distintos al 2019

Más allá de los diputados, los británicos han escogido entre partidos distintos a los que se presentaron en el 2019. Los conservadores se han alejado del centro y se han escorado a la derecha o la extrema derecha. Los laboristas tampoco son los de Jeremy Corbyn –ha revalidado su escaño, ahora como independiente–, que había ilusionado a sectores jóvenes de la población, pero al que la mayoría del país no dio confianza. El regreso del laborismo al centro, sumado al agotamiento de catorce años tories, muchos de ellos caóticos por el Brexit y las continuas disputas internas, ha dado como resultado un cambio radical del paisaje político de las islas, sólo cuatro años y medio después de que Boris Johnson lograra 365 diputados.

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El otro dato relevante de la noche ha sido la entrada por primera vez en los Comunes del xenófobo y extremista Nigel Farage, líder del Partido Reformista. Era la octava vez que lo intentaba, hasta ahora sin éxito. El grupo ha logrado cuatro representantes. Y el objetivo de Farage, según ha expresado en el discurso de aceptación del mandato, es convertirse en la "verdadera" oposición al laborismo, al que poco menos que ha declarado la guerra asegurando que "vamos por ellos".