Lengua

El catalán y los inmigrantes: expectativas versus realidad

Los expertos debaten en el IEC sobre la situación de la lengua ante las oleadas migratorias

Barcelona¿Las oleadas migratorias internacionales –la llegada de 3,7 millones de extranjeros en 25 años de los que 1,7 se han quedado a vivir en Catalunya– ¿cambian definitivamente las expectativas que existían sobre la hegemonía lingüística del catalán? Éste es el planteamiento clave del debate que se celebró el martes por la tarde en el Instituto de Estudios Catalanes (IEC) sobre inmigración y lengua, en el ciclo de pensamiento que organizan esta entidad y el diario ARA. Sin duda el clima es pesimista pero constructivo.

"Lo ocurrido en los últimos 25 años no se explica por la inmigración, sino por la crisis del sistema de reproducción demográfica y social", afirmaba el demógrafo Andreu Domingo, subdirector del Centro de Estudios Demográficos y vicepresidente del IEC. La hostilidad del Estado, la pérdida del catalán como vía de ascenso social y la adopción de la lógica neoliberal, que ha supuesto recortes, precarización y desinversión en ámbitos como la cultura, la sanidad o la educación, han conducido la lengua a la situación actual: "Las expectativas que teníamos sobre la helimonía normalización lingüística que no existe, y la llegada de migrantes solo lo pone en evidencia", sostiene Domingo, quien señala la segregación residencial y laboral como factores que dificultan el acceso al catalán de los inmigrantes.

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Las cifras son claves para entender el alcance de la situación de predominio del español en un entorno multinacional. Uno de cada cuatro habitantes de Cataluña, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares ya ha nacido en el extranjero, de los cuales el 40% son latinoamericanos, con el castellano como lengua habitual. El 57% de los inmigrantes declara el castellano como lengua principal. Los llegados de España utilizan el castellano en el 85% de los casos. El sociolingüista Natxo Sorolla alerta sobre esta "asimetría lingüística" en favor del castellano, fruto de la minorización de una lengua media y fuerte en términos de hablantes. El profesor de la Universidad de Zaragoza defiende un modelo de "plurilingüismo autocentrado", en el que la lengua propia debe desempeñar un papel central, y que debe regirse por la subsidiariedad: "Todo lo que se pueda hacer en catalán debe hacerse en catalán". Sorolla observa que el catalán "no tiene capacidad discriminatoria, es decir, que si quieres integrarlo debes aprenderlo", y no es por culpa de los migrantes sino por las políticas públicas.

Un apunte innovador es la mirada de género: Sorolla ha destacado la gran presencia de mujeres en los cursos básicos de catalán. "Debemos tener en cuenta el componente afectivo del aprendizaje de una lengua –ha añadido Domingo–. Para muchos, los cursos de catalán son la primera cara amable de la administración". Sorolla cree que los cursos elementales "no pueden ser una escuela de idiomas", sino que debe ser consciente de que los inmigrantes los necesitan para tener el arraigo para acompañarles a profundizar más en la lengua.

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Domingo advertía que "la batalla del futuro se va a dar en el campo de la memoria histórica": olvidar que la inmigración ha sido esencial para el país "es el camino más directo hacia la minorización". El demógrafo defiende que "la migración debe ser entendida como un fenómeno fundacional de la identidad catalana contemporánea, que está viva y en constante transformación", y que "la catalanidad del siglo XXI debe vincularse a un proyecto político y social inclusivo, capaz de combinar igualdad, reconocimiento y justicia lingüística". Sorolla añadía que la lengua sigue siendo un eje esencial de la catalanidad: "La identidad está íntimamente vinculada al uso de la lengua".