Restauración

Que rótulos, menús y camareros hablen catalán en Barcelona: el Gremio de Restauración subvenciona las traducciones

ERC reprocha la inacción de Collboni y ofrece sus casales para hacer cursos de catalán a los camareros

Henk Cortier, propietario de la cerversería Lambicus del barrio de Sant Antoni, en su local
03/12/2025
3 min

BarcelonaLa mitad de los trabajadores de la restauración no hablan catalán en los establecimientos de Barcelona (47,6%) y uno de cada cuatro dependientes de bares y restaurantes ni siquiera lo entiende. Sólo el 65% de los locales utilizan el catalán en la rotulación comercial. La encuesta de actividad del sector de la restauración de 2024 del Ayuntamiento de Barcelona revelaba este mes de septiembre unos datos nefastos de uso del catalán. Ante esta realidad, el Gremio de Restauración de Barcelona, ​​de la mano con ERC, han sacado adelante tres medidas inmediatas.

Por un lado, ha editado una guía que ya se está enviando a los 9.000 establecimientos agremiados informándoles de la normativa lingüística, que implica que los clientes se puedan expresar y ser atendidos en catalán, y de los recursos a disposición para llevarla a cabo. El catalán, bien servido se puede consultar en catalán, castellano, inglés, chino y urdu. Por otro lado, ofrecen a los empresarios el servicio gratuito de traducción de todas sus comunicaciones –rotulación, facturas, carta, alérgenos, web– al catalán, a fin de cumplir otro de los requisitos del Código de Consumo. Finalmente, ERC pone a disposición sus casales para que los trabajadores de la restauración puedan dar clases adaptadas a sus necesidades prácticas. Empezarán con una prueba piloto en el Eixample a principios de 2026, de acuerdo con Plataforma per la Llengua y Òmnium.

"Ante la emergencia lingüística tomamos la iniciativa y hacemos algo que creemos que debería hacer el Ayuntamiento, porque el catalán no puede esperar en la capital del país", criticaba Elisenda Alamany, presidenta del grupo municipal de ERC en Barcelona. De hecho, el acuerdo de presupuestos de cara al 2026 con el PSC incluye justamente el despliegue deun plan para extender el catalán a la restauración, por lo que lo que se ha presentado este martes es un primer paso en esa dirección. Por ahora, los recursos de la campaña proceden exclusivamente del Gremio de Restauración de Barcelona. Esta iniciativa se suma a las normativas y recursos existentes a nivel nacional, como por ejemplo los cursos del Consorcio para la Normalización Lingüística y campañas específicas de apoyo lingüístico a las tiendas, como los Comercios Aprendices. La normativa lingüística y la inspección de los comercios también recae en la Generalitat, en Empresa y Treball, pero deja muchas rendijas, como indican las cifras.

"Queremos promover lo normal, que es el uso del catalán en bares y restaurantes de la ciudad. Los datos no son positivos, pero hay compromiso de nuestro tejido y esperamos que se sumen otros sectores de la actividad económica", defendía el director general del Gremio de Restauración de Barcelona, ​​Roger Pallarols. La guía quiere "acompañar" a los comercios y "facilitar" que el catalán esté sobre la mesa. "Es un compromiso con la lengua, con la normativa, con la integración real y con los oficios de calidad", enumeraba Pallarols, quien señalaba la importancia estratégica del sector, uno de los motores económicos del país, por volumen económico y de empleo. Ahora bien, la mitad de los trabajadores del sector minorista son nacidos fuera del Principado, lo que puede comportar carencias lingüísticas de los dependientes. "La campaña no sé si evitará casos de catalanofobia, lo que puede evitarla es el respeto y el sentido común. Son casos aislados y condenables. Nosotros queremos empujar un vagón que ha descarrilado desde hace demasiado tiempo", afirma Pallarols.

"Cuesta encontrar personal –admitía el dueño de la cervecería de San Antonio Lambicus, el belga Henk Cortier–. Pero, con un poco de esfuerzo, si hablas castellano es fácil aprender el catalán. Yo no pido a los camareros que puedan tener conversaciones filosóficas, pero sí puedan explicar nuestro producto". Él mismo aprendió catalán cuando llegó en 2000 a Barcelona, ​​y es la lengua vehicular del local que regenta desde hace 12 años, la lengua de la carta y de las redes sociales. Al tener clientes del barrio pero también clientela internacional, su objetivo es "adaptarse a los clientes y que cada uno hable lo que quiera", dice. Así, asegura que no ha tenido ningún conflicto lingüístico, al contrario: "La gente aprecia que hables catalán. Más bien me he encontrado a catalanes que se pasan al castellano cuando ven que el camarero es de fuera", señala con un buen catalán.

stats