Aprender catalán

Siete años, 8.000 km y 2.600 euros: la odisea de Anastasiya para aprender catalán

Récord de 41.000 personas inscritas en un curso de catalán en el Consorcio para la Normalización Lingüística, que sigue teniendo lista de espera

28/10/2025

Barcelona"¡Qué bien hablas catalán! Hay mucha gente que no lo aprende en toda la vida, pero no cuesta nada!", le espetó un chico a Anastasiya Oliynyk Kabachynska. Pretendía halagarla en un encuentro casual durante sus vacaciones. "¡Sí hombre, que no cuesta nada!", le respondió ella. "¡Casi exploto pensando en el tiempo, el dinero y los kilómetros que había invertido!", recuerda al ARA. De hecho, se puso a contarlo y su resultado fue impresionante.

"Para mí ha sido más una batalla que un proceso de aprendizaje", confiesa, ahora que ve en las noticias que se dedicarán más recursos. El día que la Generalitat anuncia un récord de 41.000 personas inscritas en un curso de catalán del Consorcio para la Normalización Lingüística (se han ofrecido 43.000 plazas, un 15% más que en el 2024), su testimonio sirve para recolocar expectativas: ni es tan fácil, ni es todo rápido, ni las ofertas de todo. De hecho, 6.000 personas se han quedado sin plaza por el Consorci, según Òmnium Cultural, que pide llevar los cursos de catalán a los puestos de trabajo.

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Después de trabajar diez años en la ONU, Anastasiya llegó hace ocho años de Ucrania a Catalunya, en concreto a Tàrrega, de donde es su pareja. Licenciada en derecho internacional e intérprete de inglés, vino con el castellano aprendido, mientras que sólo encontró a Duolingo como recurso digital para aprender catalán. De momento, iba castellano C1 - catalán A1. Quizás en otro contexto más castellanizado no hubiera tenido tanta prisa por aprender catalán, pero ella tenía claro que en Urgell era prioritario. "Soy una persona ambiciosa y con ganas de integración. Entendía la situación del catalán y el castellano porque la comparaba con la del ucraniano y el ruso. Necesitaba el catalán para hablar con la familia, por mi carrera, para ser parte de la sociedad. Me apunté a la coral y al yoga, y aquí todo el mundo habla catalán y no cambian de lengua. grave!" Ya tenemos el móvil para aprender catalán. Ahora viene el crimen.

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Sin cursos en las capitales

Resulta que en Tàrrega –con un 24% de nacidos en el extranjero; la media en la comarca del Urgell es del 21%– sólo pudo cursar el nivel inicial de catalán, porque en el Centro para la Normalización Lingüística ofrecen hasta el nivel A2. Cuando lo superó, para dar clases presenciales de nivel intermedio debía desplazarse 50 kilómetros, a Igualada. Pero la historia se repitió en breve. Pese a ser una ciudad de más de 40.000 habitantes, el doble de Tàrrega, en Igualada cerraron el grupo de lengua porque sólo había nueve inscritos. Anastasiya tuvo que hacer los 50 kilómetros en dirección hacia Lleida. Mejorar el catalán le pedía tiempo, dinero y coche, porque tampoco existe un buen servicio de transporte público intracomarcal. "Cada año se repetía la misma historia: yo con ganas de aprender y sin cursos. ¡Aquí es más fácil aprender inglés, francés y alemán que catalán!", se lamentaba. Finalmente, el nivel B2 se lo quitó online, porque coincidió con el confinamiento.

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Aunque ya hablaba bien para hacer vida normal, persistió porque necesitaba el C1 si quería aspirar a una plaza pública. "¡Oh, este C1 me ha costado lágrimas, esfuerzo, tiempo y dinero!", exclama. Con el agotamiento físico de haber tenido un hijo y con el agotamiento de sufrir en diferido la guerra en su país –aquel año acogió a trece refugiados en casa–, tuvo que realizar un paro de un año de los cursos de lengua. Una vez regresado, el C1 le costó tres años de estudio on-line y, en paralelo, se apuntó al único curso presencial que podía realizar en su municipio, el C2 en la Escuela Oficial de Idiomas. Incluso llegó a dejar su trabajo para centrarse en el catalán. El progreso ha dependido también de chocar con buenos y malos profesores, se ha encontrado interés y se ha encontrado indiferencia, lo que agrava el hecho de que haya poco material para el aprendizaje del catalán desde una lengua no románica.

Finalmente, Anastasiya se ha sacado por partida doble el C1 y ha estado cerca de aprobar el C2. "Por fin estoy feliz con el catalán, pero quería que se supiera lo que cuesta", dice. Por eso envió una carta al ARA. Ahora le toca centrarse en pasar las oposiciones. Pero, para que lo sepa ese chico que le dijo que "no cuesta nada", estas son las cifras para llegar a sacarse el C1 de catalán: "Casi 1.000 horas de estudio durante siete años, unos 8.710 km de desplazamientos, unos 2.600 euros gastados y trece profesores de catalán".

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Récord de inscritos en los cursos

Tras aprobarun plan de choquecon una inversión extraordinaria de 8,8 millones de euros para reforzar el catalán entre adultos, Política Lingüística ha anunciado que este año se ha llegado al récord de 41.000 inscritos en alguno de los 1.900 cursos de catalán disponibles. Se han ofrecido un 15% más de plazas, un total de 43.000, tras lasreiteradas quejasde carencia de oferta adaptada a las necesidades de los inmigrantes y de colas para acceder. Se han contratado a 63 profesores nuevos, ya 131 se les ha ampliado la jornada. El Consorcio dispone de una red territorial de 20 centros de normalización lingüística y 143 puntos de atención en Cataluña. Este año se ha ampliado la oferta territorial a 27 nuevos municipios y en nuevos barrios de Barcelona, ​​se han reforzado los cursos en la franja horaria vespertina y se ha coordinado para ofrecer el nivel C2 con otras instituciones.