Escepticismo frente al nuevo plan para el centro histórico de Lleida
La Paeria presenta un macroplan de más de 60 millones de euros a siete años vista que no acaba de convencer a vecinos ni oposición
LleidaUna inversión global de más de sesenta millones de euros y un centenar de actuaciones repartidas en los próximos siete años en el centro histórico de Lleida ciudad. Éste es el gran titular que el alcalde Fèlix Larrosa (PSC) emitió el pasado 13 de octubre durante la presentación del nuevo plan integral para el barrio. "La transformación del centro histórico será la mayor hecha de golpe por la ciudad en la etapa democrática", sentenció Larrosa, citando "la recuperación de la habitabilidad, el aumento de los espacios verdes, la dignificación del espacio público y el patrimonio y la dinamización económica y social del barrio", como ejes centrales de esta iniciativa, que quiere contar con la Pla de Bar de la Generalitat.
Pese al anuncio, tanto algunos líderes vecinales del centro histórico como los principales grupos políticos en la oposición de la Paeria de Lleida han mostrado su escepticismo.
Sobre el papel, el nuevo plan integral, a ejecutar de aquí al 2032, resulta atractivo. Con actuaciones para recuperar equipamientos como el antiguo convento de Santa Teresa, el Mercat del Pla, las termas romanas de Cardenal Remolins y la escuela Cervantes, la Paeria también prevé la construcción de 387 viviendas y hasta 400 rehabilitaciones, además de un bosque urbano de unos 2.000 metros cuadrados. "Queremos que donde ahora hay un parque de viviendas envejecido y poco habitable encontramos edificios nuevos o rehabilitados, accesibles, eficientes y con nuevo vecindario, sobre todo jóvenes y familias que quieren ir a vivir a un barrio vivo", explica el paer jefe.
El plan también contempla convertir la plaza del Depósito en la nueva plaza mayor del barrio y hacer más accesible la plaza de Sant Joan y soterrar el aparcamiento de la Isla de la Maternidad. "Queremos un barrio dinámico donde las calles y plazas que ahora vemos duras y oscuras, con pocas sombras en verano y mucho tráfico de paso, pasen a ser espacios amables donde convivir, con más espacios verdes y refugios climáticos, más iluminados, con un tráfico pacificado", añade Larrosa.
Aparte de las transformaciones urbanísticas y ecológicas, el plan también dedica inversiones a la acción sociocomunitaria para mejorar la cohesión social. "Queremos recuperar el alma del centro histórico, que es su gente, y que vuelva a ser un buen sitio para vivir", declaró también durante la presentación la concejala de Agenda Urbana, Begoña Iglesias.
Por este motivo, el plan de la Paeria contempla la creación de un equipo que trabaje a pie de calle en la mediación y la convivencia. De esta forma, pretende apoyar a las comunidades vecinales, acompañar a personas vulnerables y coordinarse con los servicios sociales. El teniente de alcalde de Acción e Innovación Social, Carlos Enjuanes, insiste en que "la verdadera prioridad del nuevo proyecto son las personas que viven en el barrio, las que irán a vivir en los próximos años y el resto de la ciudad que quiere que el centro histórico sea el corazón de Lleida". "Reconstruir vínculos, generar oportunidades y devolver la confianza al corazón de la ciudad es esencial", añade Enjuanes. En este sentido, el equipo de acción comunitaria "trabajará el apoyo a colectivos vulnerables y la prevención de la exclusión social, la promoción de la convivencia, la activación económica y cultural, la mediación y la resolución de conflictos".
Y es en este último tema donde radica una de las principales fuentes de conflicto. "Aquí hay mucho incivismo, colectivos que hacen vida en la calle", asegura la presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico, Cristina Armengol. "Hace mucho tiempo que degradaron el barrio por comprar barato y especular", denuncia la portavoz vecinal. "Degradar no cuesta nada, hemos tocado fondo, pero se nos ha escapado de las manos y ahora nos llenan de planos y planes sin que se pueda volver a levantar", añade Armengol, quien asegura que este es el cuarto plan municipal que se ha anunciado en los últimos treinta años. "Espero que éste sea ya el último y definitivo, pero en zoco escéptica", reconoce.
Por su parte, Òscar Lanza, portavoz de la plataforma Som Veïns, replica que los servicios sociales se han concentrado tanto en el centro histórico que le han convertido "en una alfombra donde esconder los problemas de la ciudad". Lanza lamenta que se hayan desatendido las continuadas reclamaciones de descentralizar estos servicios hacia otras áreas y se haya provocado una gran concentración de personas vulnerables en el centro histórico. Lanza añade que "estamos cansados de que la administración local anuncie proyectos faraónicos, sin financiación asegurada y que, con el tiempo, acabe en el olvido".
En un sentido similar se manifiesta el líder de la oposición municipal, Xavier Palau (PP), que utiliza el término "etnificación" para definir el proceso por el que el barrio se ha llenado de personas inmigradas. "De eso no habla el plan, porque quieren esconder la terminología real del problema", argumenta Palau que asegura que los residentes históricos del barrio se han marchado para dar paso a unos recién llegados "que se le han apropiado".
El líder popular reivindica un mayor aprovechamiento de los edificios ya existentes y una revitalización del comercio "con personas que hagan vida". Alineado con la líder vecinal Cristina Armengol, Palau lamenta que éste sea otro plan acumulado a una larga lista. "No puede ser parte de la solución quien es parte del problema –acusa Palau–, el centro histórico de Lleida lleva una degradación por culpa de más de 40 años de políticas socialistas".
Sin incidir explícitamente en el fenómeno inmigratorio, en parecidos términos se manifiesta el grupo municipal de ERC. "Esto no es un plan, es un simple PowerPoint", lamenta el concejal republicano Juanjo Falcó. "El gobierno de Larrosa se está caracterizando por producir planes como si fueran churros", declara Falcó. "Si analizamos las actuaciones de este último, son minoritarias las que realmente pueden tener un impacto al transformar el centro histórico", concluye el edil republicano.
Incluso Violant Cervera, portavoz de Junts, grupo que esta legislatura está apoyando la acción del gobierno municipal, acusa a los socialistas de estar "muy acostumbrados a planes de barrio que acaban siendo transformaciones urbanísticas" y, por ello, reclama acciones más profundas en el ámbito sociocomunitario. "Es precisamente en este apartado que el plan de la Paeria cojea", asegura. Cervera reclama un plan de usos para los edificios antiguos del centro histórico y afirma que "el barrio debe ser residencial, o no será". Sin embargo, la portavoz juntera admite la valentía de los socialistas por haber configurado un plan global. "Si no miras lejos, es muy difícil después planificar; si no dices hacia dónde quieres ir, acabas haciendo solo parches", concluye Cervera.
Financiación en duda
La gran pregunta de los republicanos (y también de los junteros) es de dónde saldrá el dinero para cubrir este plan. Sus impulsores argumentan que su financiación será conjunta entre el Ayuntamiento de Lleida y las ayudas que se puedan obtener de otras administraciones, además de la participación de la iniciativa privada. La Paeria presentó buena parte del proyecto a la convocatoria del Plan de Barrios de la Generalidad de Cataluña, con un presupuesto de 25 millones de euros que financiarán el arranque del desarrollo del plan.
Pero eso no convence a la oposición. El grupo de ERC recuerda que, si en el mejor de los casos el Pla de Barris financia la mitad de los 25 millones de euros que piden, "¿de dónde saldrá el resto que se necesita hasta los 60 millones?". El alcalde Larrosa contesta: "será un instrumento vivo y dinámico que se irá adaptando a las oportunidades y líneas de financiación que surjan, y que también incluirá modificaciones normativas y del planeamiento urbanístico".
Proceso participativo
El plan integral del centro histórico es fruto de más de un año de consultas y un proceso de participación ciudadana, según describe el equipo de gobierno. Aseguran que durante el 2024 se organizaron diferentes grupos de trabajo, dinámicas y talleres en los que participaron 229 personas, representantes de más de 40 entidades y se realizaron 122 propuestas. "Ha sido una participación excesivamente guiada", acusa Cristina Armengol. "Ha sido una trampa", define Òscar Lanza. "En estos procesos participa siempre la misma gente, mientras que en la Comisión de Urbanismo no se ha hablado hasta las últimas semanas", acusan voces de la oposición.
Violant Cervera asegura que el plan es una oportunidad, "pero nace sin consenso político" y avisa de que "sin una estrategia interdepartamental y una implicación real de los vecinos y de todos los grupos municipales, puede acabar siendo una operación de imagen".
El republicano Juanjo Falcó, que participa en la Comisión de Urbanismo, lamenta que el equipo de gobierno socialista no lo haya consensuado con el resto de grupos. "Si hacen una propuesta de ciudad para los próximos siete años, debería haber sido consensuada", opina el concejal de ERC.
En todo caso, a partir de ahora se abrirá una oficina técnica en la calle Cavallers, con un equipo con profesionales de diferentes perfiles que se encargará de coordinar las tareas, conjuntamente con el despacho de arquitectos Jornet Llop Pastor. Será el tiempo quien aclare si el plan finalmente se materializa.