Las cámaras de Josep Maria Mainat

El domingo por la noche, en La Sexta, emitían un nuevo episodio de Anatomía de..., esta vez centrado en el intento de asesinato de Angela Dobrowolski a Josep Maria Mainat. Es, sin lugar a dudas, el relato más completo y detallado de todo lo que ocurrió aquella noche de junio del 2020. El true crime dispone de las imágenes de todas las cámaras de seguridad que el productor de televisión tenía instaladas en el interior de su casa. Es una reconstrucción de hechos precisa y muy completa. Vemos los catorce desplazamientos de Dobrowolski entre la habitación de Mainat y la nevera, después de unos preparativos sospechosos tras las puertas del frigorífico. También el momento en el que la mujer sale a recibir a la ambulancia cuando su marido estaba en una situación terminal. Anatomía de... saca partido a ese factor visual insólito. Hay ocasiones en las que el programa divide la pantalla en dieciséis encuadres que reproducen distintos instantes de la noche, lo que potencia esta inquietante idea de ultravigilancia doméstica. Es sorprendente la cantidad de imágenes familiares de las que disponen. Se incluyen fotografías del rastro de algunas peleas del matrimonio: un taburete desbaratado, las heridas ocasionadas por el lanzamiento de objetos, cristales rotos. Incluso hay un breve fragmento de vídeo en el que se ve a Josep Maria Mainat cenando en casa y, detrás, el vigilante de seguridad que lo protegía mientras el productor tenía que convivir con quien había querido asesinarlo. La vida grabada. En el programa participan los Mossos, la abogada del productor, la periodista Mayka Navarro y, finalmente, el propio Mainat, que siempre ha mantenido un control del relato televisivo. Él acaba de aportar los detalles en primera persona y justifica todo el despliegue de imágenes que de forma constante registraban la cotidianidad del hogar. Más allá de la historia sórdida de la relación y el crimen final y todo el espectáculo mediático posterior, Anatomía de... hace honor al título del programa. Es una observación de la morfología de los eventos a nivel humano, sistémico, conductual y topográfico. Las abundantes imágenes de las cámaras facilitan ese control obsesivo, casi microscópico, del entorno doméstico. Pese al intento para normalizarlo, es un factor que contribuye a hacer más perturbadora la historia.

El cava explota en TV3

Por su parte, el 30 minuts de este domingo ponía el foco en el sector del cava y su denominación de origen. Un conflicto muy nuestro que hacía emerger las desavenencias y la fragmentación de los productores. El reportaje requería mucha atención para asimilar los matices de los problemas y las escisiones, sobre todo para los más neófitos en la materia. Pero era muy revelador en cuanto a los métodos de elaboración y aproximaciones empresariales y de competencia. Sin duda, este 30 minuts nos invita, en adelante, a observar bien la etiqueta cada vez que compramos una botella de espumoso elaborado en Catalunya. Porque ha quedado claro que no solo se trata de una cuestión de paladar, sino de política.