Ei, niña, ¿bailas contra la amnistía?

La pesca de arrastre –no la de la industria pesquera, sino la de discoteca– me ha fascinado siempre. Es lo de ir pidiendo rollo de la forma más indiscriminada y chapucera posible, confiando en la ley de los grandes números: si abordas inoportunamente a 1.000 personas, sólo con un 0,1% de acierto ya dormirás caliente. La derecha se puso la chupa de cuero y se fue a la discoteca Brussels, a ver si alguien no se da cuenta de la ruina exterior (o interior) y se deja seducir para pronunciarse contra la amnistía. ¿Eh, titi, me vetas a Sánchez, niña? Como bien saben los practicantes del arrastre, los descartes de la una de la madrugada son las súplicas a las cuatro y media, así que después de apuntar al trofeo de la pista –el terrorismo– ahora toca buscar premios de consolación y bailar con la más fea. Éste es el contexto que explica el titular deEl Mundo: “Intentamos que la directiva anticorrupción de la UE prohíba esta amnistía”, que es una cita de Nuno Melo, eurodiputado portugués y ponente del PPE. Esto es, se pretende que la malversación no sea perdonable. La corrupción más dolosa, y la que podría someterse al debate del sobreseimiento, es la de quien se ha embolsado dinero para disfrute personal, algo que no se cumple en el caso del Proceso: aquí sólo fue una tipificación conveniente como palanca judicial. Intentar descarrilar la amnistía por ahí tiene tanto sentido como invocar las políticas medioambientales por todo el Fairy derramado. O sea, ninguna, pero ya son las cinco, han encendido las luces y suena Love me tender.

(Coda: el mismo diario titula: “El Yoyas pide a Sánchez 'el indulto o la amnistía y condonar' sus deudas con Hacienda después de un año en búsqueda y captura.” Éste todavía sigue haciendo campaña política para Ciudadanos , ajeno a todo lo que ha pasado en el partido mientras él huía por los bosques.)