“Los estudiantes de periodismo han desaparecido”
Cierra la librería Medios de Barcelona, referente del panorama editorial en comunicación
BarcelonaVeintiséis años de vida, muchas etapas quemadas, desde el éxito hasta sucesivas crisis y, finalmente, la decisión del cierre. La librería Medios de la calle de Valldonzella, de Barcelona, especializada en comunicación y un referente dentro del sector, bajará la persiana antes del día 20 de julio. La decisión, explica Enrique Merino, uno de los tres socios propietarios, es dolorosa pero inevitable. El negocio continuará, pero online, y conservará la parte que mejor les funciona: la venta en bibliotecas de comunicación e instituciones públicas y privadas. Esperan mantener también los clientes fieles. Entre estos no se encontrarán, a disgusto suyo, los que durante muchos años han sido una de las principales fuentes de demanda: los estudiantes de comunicación.
“Los estudiantes han desaparecido, se han volatilizado”, exclama Merino. Y recalca: “No es que hayan menguado, han desaparecido al 100%”. De hecho, una de las claves de Medios a lo largo de los años ha sido su ubicación en un centro neurálgico que fue determinante para decidir su traslado a finales de 1997 (abrieron en la calle Còrsega entre Balmes y Enric Granados): la proximidad con la Facultad de Comunicación Blanquerna, Pompeu Fabra, entonces acabada de trasladar a la Rambla –ahora en el Poblenou–, y el grupo Godó –entonces en Pelai y Tallers, ahora a Francesc Macià–. También tenían cerca la Escola Massana, la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de Barcelona y la escuela de diseño IDEP. Un centro neurálgico en toda regla.
La venta física en la librería ha ido disminuyendo inexorablemente a lo largo de los años. Se ha pasado de la bonanza –se podían sufragar tres sueldos holgadamente– a las crisis sucesivas, la de 2008 y la pandemia de 2020. El local es de propiedad y, por lo tanto, insiste Merino, no se trata de temas especulativos, sino coyunturales. Y se añade también la voluntad de jubilarse de una de sus socias.
La competencia del mundo online
¿Y por qué los estudiantes han desaparecido? Lo atribuye a varios motivos, todos interesantes. El primero es que hay asignaturas en las carreras de comunicación que duran tres meses: "¿Quién se comprará un manual para una asignatura tan corta?", se pregunta. El segundo es la bajada de la exigencia a las carreras y asignaturas. “Con poco esfuerzo se aprueba”, le explican los profesores. Los libros son accesorios. El tercer motivo es relativo al consumo: “Los chicos de ahora raramente compran nada en soporte físico, ni canciones, ni películas, ni tampoco libros; en internet lo tienen todo, también si es de pago, no necesariamente pirata”. La pandemia, el hecho de haber estado dos años sin clases presenciales, también es un detonante destacado: “Todo ha sido online, los libros físicos ya no son un apoyo que los interpele o que necesiten”. Hay también un motivo más espinoso, menos tangible, que también menciona Merino: el desinterés. “Sí, en efecto, también se detecta una bajada en la actitud general de los estudiantes. No lo digo solo yo, también los profesores y estudiosos de la comunicación que nos visitan y que son clientes nuestros”. La lectura es subsidiaria y menos en formato físico. Y aquí otro de los factores relevantes: ¿cómo competir con Amazon si pagas y al día siguiente tienes el libro en casa?
No se le podrá reprochar a Medios que tenga poca variedad de temas y subtemas relacionados con el amplio espectro de los libros de comunicación: relaciones públicas, fotografía, cine, ensayo periodístico, géneros periodísticos, comunicación política, cartelismo, biografías, libros de entrevistas, diseño, semiótica, gestión cultural... Últimamente habían creado también una pequeña sección relativa a la novela gráfica, puesto que el relato periodístico lo había incorporado como método narrativo. Esta sección es interesante, había ocupado el lugar de la de las revistas de comunicación, progresivamente volatilizadas o reconvertidas al formato digital.
Un par de anécdotas finales que cada cual puede interpretar como quiera. Un alumno de comunicación que desea comprar el libro El lenguaje del Tercer Reich y pregunta si el tal Reich era filósofo. Y otro, también alumno de periodismo, que pregunta si disponen del “libro que escribió Julio César sobre William Shakespeare”.