La FCC aprueba la controvertida fusión de la empresa matriz de la cadena CBS
El presidente del organismo se jacta de condicionar la línea editorial del canal
BarcelonaLuz verde de las autoridades reguladoras americanas a una macrofusión que, pese a su importe de vértigo –8.000 millones de dólares–, es noticia sobre todo por sus derivadas políticas. La Federal Communications Commission (FCC) ha aprobado que Skydance absorba Paramount, en lo que ha sido una de las fusiones más escrutadas de la década. El presidente del organismo, Brendan Carr, ha explicado en un comunicado que ha permitido el movimiento empresarial después de que la nueva compañía se comprometa a ejercer un periodismo sin sesgos y renuncie a programas dedicados a la diversidad, equidad o inclusión. "Los americanos ya no confían en los medios tradicionales nacionales. Es hora de cambiar esto. De ahí que doy la bienvenida al compromiso de Skydance, que hará cambios significativos a una CBS que había sido referente".
Esta cadena televisiva en abierto, una de las tres principales de Estados Unidos junto a la NBC y del ABC, buscaba la aprobación de la FCC para la operación y, para conseguirlo, ha hecho aparentes concesiones al presidente Trump, que la tenía encaramada y que es quien ha nombrado a Carr como máximo responsable de la agencia federal. En primer lugar, aceptó pagar 16 millones de dólares de indemnización para evitar acudir a juicio por una entrevista en Kamala Harris que, según el republicano, remontaron para esconder sus dudas a la hora de responder sobre la política que aplicaría en el caso del conflicto entre Israel y Palestina. Aunque en un principio la CBS aseguraba que no veían ninguna posibilidad de éxito en la demanda interpuesta, por un valor desorbitado de 20.000 millones de dólares, se considera que la necesidad de este aval de la FCC fue el elemento definitivo para forzar el acuerdo, que comportaba implícito un reconocimiento de culpa (aunque Trump no se consiguió).
El segundo elemento de contexto es la cancelación del late show presentado por Stephen Colbert. Aunque la cadena explica que esto obedece sólo a cuestiones financieras, teniendo en cuenta que el programa registra unas pérdidas de 40 millones de dólares por temporada, el hecho de que fuera el líder de audiencia en un formato que es toda una institución televisiva en EE.UU., con gran seguimiento en las redes, y que su conductor fuera uno de los críticos más incisistas contra Trump, ha hecho que en la bancada más progreso más conseguir el aval que finalmente la FCC ha dado, pocos días después. El comunicado de su presidente evidencia que, más allá de cuestiones de competencia, se han analizado también líneas editoriales y se ha querido condicionar el discurso de ese medio de comunicación privado.