La inclusión relativa del 'Telenoticias'
Este domingo, el Telediario fin de semana llevaba a cabo una buena iniciativa con voluntad de sensibilización y denuncia. Los presentadores habituales, Ramon Pellicer, Cristina Riba y Artur Peguera, compartían su trabajo con tres profesionales con discapacidad intelectual. El informativo ponía énfasis en noticias vinculadas a la inclusión, a las reivindicaciones y necesidades de este colectivo: la reclamación de cursos adaptados para continuar estudiando, la inserción laboral en empresas, su participación en el ámbito político, las listas de espera para vivir en un piso o residencia, la atención psicológica o noticias deportivas o culturales en las que los protagonistas eran otras personas con una discapacidad. También informaban a la audiencia sobre la adaptación a la lectura fácil, un recurso de redacción para ayudar en la comprensión de los textos. El Telediario también se había adaptado a ese sistema.
Fue una edición que parecía preparada con mucho cuidado y con la implicación directa de los presentadores del Telediario. Se notaba el trabajo previo y la complicidad por darse paso unos a otros. No es nada fácil colocarse frente a una cámara en un plató de un informativo. Es un trabajo que impone y, aunque los tres trabajan en el ámbito del periodismo, tiene mérito que lo hicieran con la confianza y la serenidad que demostraron Beatriz Ruiz, Cristian Garcia e Isabel Guinaldo. Seguro que fue un Telediario con un esfuerzo y una dedicación atrás que aún va más allá de lo que pudimos percibir desde casa.
Estas iniciativas mediáticas son positivas porque marcan las diferencias. Incorporar nuevas fórmulas inclusivas asegura un impacto en el espectador. Incluir a las personas con discapacidad intelectual como relatores y no sólo como protagonistas llega a la audiencia de forma más directa.
Por otra parte, fue algo decepcionante que los presentadores invitados no colaboraran en algunas de las noticias desvinculadas de la discapacidad intelectual, aunque fuera en la breve introducción para anunciarlas. La participación quedaba circunscrita a las temáticas asociadas a su condición propia. Quizás hubiera estado bien que hubieran podido dar paso, por ejemplo, a la información sobre el cambio climático o anunciar el reportaje sobre la menopausia del 30 minutos. O introducir el homenaje al piloto Marc Márquez o alguna noticia sobre el Barça. La mejor manera de incluir a cualquier colectivo minorizado es incorporarlo al relato compartido y no únicamente en aquel que les afecta directamente. No sólo son personas con discapacidad. También pueden dar paso a temáticas sobre la ciencia, los deportes, la moda o el arte sin que tengan que ver con la diversidad cognitiva. El resultado fue bueno, pero la sensibilidad del Telenoticias quizás hubiera podido ir más allá y hacerles partícipes, aunque fuera puntualmente, de la actualidad que compartimos todos. Porque, si no, es una nueva manera de encasillarlos, de excluirlos de la realidad común y volver a dividir la vida en dos bandas: con y sin discapacidad. Se trata de que todos participemos en un mundo más transversal.