Indignaciones televisivas con la dimisión de Mazón

Finalizada la comparecencia de Carlos Mazón para anunciar de forma implícita su dimisión, todas las cadenas valoraban su discurso. A lo largo de la mañana pudimos detectar en algunos presentadores distintos estados de indignación entre los periodistas. En La hora de La 1, Silvia Intxaurrondo, con un tono controlado pero vehemente, subrayaba: "Ha dedicado una frase, ¡una frase!, en todo este discurso, a los 229 fallecidos de la dana". Como si regañara a Mazón, y mirando a cámara, incluso se agarró a una de sus frases para interpelarlo con sarcasmo y pausas dramáticas: "Mensaje para el presidente Mazón… Expresidente: ya sabemos diferenciar entre un hombre que se equivoca y una mala persona. Ya… ahora… lo sabemos diferenciar". En La Sexta, Antonio García Ferreras, el abanderado del "más periodismo", no hizo programación especial pese a tratarse de una mañana televisiva trepidante con muchos frentes abiertos. Arrancó, como es habitual, a partir de las once de la mañana y empezó insultando al presidente del País Valenciano: "Un Mazón sinvergüenza, miserable y mentiroso hasta el final. El discurso, victimista y tramposo...", y con sarcasmo añadió: "¡Un poquito más y termina el discurso diciendo que Pedro Sánchez le obligó a comer con Maribel Vilaplana desde las tres hasta las siete menos cuarto!". Lo extraño es que, en una mañana tan cargada de noticias, con la declaración de Vilaplana ante la jueza y el juicio del fiscal general del Estado, García Ferreras dedicó veinte minutos a entrevistar al autor de un libro de historia sobre la conquista de México, huyendo de la actualidad más inmediata que, en ese momento, sacudía todas las tertulias y magacines. Fue desconcertante.

En Telecinco, Ana Rosa Quintana estaba especialmente inquieta. Ella insistía en valorar la dimisión como un gesto honorable. "Ya no puede más. Y habla de futuro. ¿Y ahora cómo se elige al futuro presidente? ¿Qué es lo que pasa ahora?" Se le notaban las ganas de pasar página y acabó levantando el tono de voz para gestionar a los tertulianos que profundizaban en el victimismo de Mazón. Se enfrentó incluso con Eduardo Inda, que, para variar, tenía sentado al lado. El hombre estaba enfadadísimo con el PP por haber precipitado una dimisión que tapaba informativamente el juicio histórico del fiscal general del Estado. Quintana defendió la táctica del PP argumentando que quizás había que presentar la dimisión de Mazón antes de que declarara Maribel Vilaplana. Inda utilizaba la primera persona del plural para quejarse: "¿Y no podríamos haber dejado esta dimisión para pasado mañana? ¿O el jueves?" Ante la defensa que Quintana hacía de la dimisión, Inda perdió los estribos: "¡Solo dimite la gente de derechas! ¡Los de izquierdas no dimiten nunca y ganan siempre el relato! ¡Y lo de hoy es una victoria incontestable de Pedro Sánchez! ¡Lo digo con desgracia!" 

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En la indignación general, unos son más auténticos y otros más teatrales. Pero el enfado y la irritación acaban convirtiéndose en una especie de termómetro moral que delata los instintos.