iPhone 15: Apple cede ante la UE

En un mercado mundial de smartphones estancado o en declive, Apple siempre había logrado incrementar la facturación pese a vender menos unidades del iPhone, el producto que le aporta la mitad de sus ingresos. No había ningún secreto: sólo se trataba de hacer cada nuevo modelo más caro que el anterior. Por ahora, esto ha terminado: algunos modelos del nuevo iPhone 15 que la empresa ha presentado este martes son incluso algo menos caros que los iPhone 14 que sustituyen.

De cara a los usuarios, la novedad más visible del iPhone 15 es la adopción del conector de carga y transferencia de datos USB-C impuesto por las autoridades europeas y que todas las marcas de móviles Android ya utilizan. De esta forma, Apple consuma la migración iniciada con los portátiles MacBook y las tabletas iPad, que ya se cargan con USB-C. Cabe decir que este cambio será menos bien recibido en EE.UU., donde la mayoría de tus amigos y conocidos todavía te podrán ofrecer sólo un cargador Lightning si te quedas sin batería.

La gama sigue teniendo cuatro modelos: los dos básicos (iPhone 15 y 15 Plus), con carcasa de aluminio y dos cámaras, y los dos de gama alta (iPhone 15 Pro y 15 Pro Max), con tres cámaras y ahora con carcasa de titanio que sustituye al anterior de acero inoxidable para hacerlos algo más ligeros. En ambos segmentos se ofrece un modelo con pantalla de 6,1 pulgadas y otro de 6,7 pulgadas. Reproduciendo el esquema del año pasado, los dos modelos básicos del iPhone 15 recogen al procesador Apple A16 de 4 nanómetros (nm) que llevaban los iPhone 14 Pro, mientras que los dos 15 Pro reciben un nuevo chip A17 Pro con tecnología de 3 nm que contiene 19.000 millones de transistores. Eso sí, Apple ha presumido de chips propios, pero pasando por encima de la humillación que representa el reciente compromiso con Qualcomm de comprarle hasta el 2026 (será el iPhone 18) los chips de módem 5G que todavía es incapaz de fabricar.

Los dos nuevos iPhone 15 básicos también heredan de los 14 Pro la cámara principal de 48 megapíxeles (mpx) y la llamada isla dinámica, el rango que puede mostrar notificaciones en torno a la cámara frontal. Apple espera que, poniéndola en todos los teléfonos, los creadores de aplicaciones se animen a utilizarla.

Otra diferencia visible entre los dos iPhone 15 básicos y los Pro es que los primeros conservan el tradicional conmutador lateral para silenciar el teléfono, mientras que sólo los segundos lo cambian por un pulsador programable para realizar otras funciones. Vamos, como mi añorado Samsung Galaxy S10 de hace cuatro años. También recuerda a antiguos modelos de Samsung la nueva función de retrato automático, incluso a posteriori.

Todos los iPhone 15 están equipados con la segunda generación del chip UWB de localización de objetos (el reloj, el teléfono, otro usuario) por proximidad, que ahora tiene mayor alcance. También se mantiene el envío de mensajes vía satélite para pedir auxilio presentado con los iPhone 14, pero que hasta este mes no llegará a los clientes españoles. De hecho, Apple ha comenzado la presentación destacando las funciones de sus aparatos que salvan vidas: los mensajes vía satélite, la detección de colisiones y el avisador de arritmias de los relojes. Cabe decir que los mensajes SOS por satélite son gratis los dos primeros años. Dando pistas del negocio futuro, se ha explicado que en EE.UU. la función irá incluida en la cuota de la AAA (el homólogo del RACC allí).

Por último, en el apartado fotográfico que tantos compradores de iPhone capta, sólo el iPhone 15 Pro Max (a partir de 1.469 €) ofrece un zoom óptico de cinco aumentos, equivalente a un objetivo convencional de 120 mm de longitud focal gracias a una lente periscópica como la que ya disponen varias marcas de móviles con sistema Android, desde Asus hasta Samsung, pasando por Xiaomi, Huawei y la propia Google. Una interesante novedad de los iPhone 15 Pro es que las cámaras estándar y de gran angular se pueden combinar para grabar vídeos en 3D, ideales para el visor de realidad mixta Vision Pro que Apple presentó hace unos meses pero aún no vende al público.

Relojes renovados y auriculares normativos

Con la nueva Serie 9, el reloj Apple Watch (desde 449 € el de 41 mm en aluminio hasta 849 € el de 45 mm en acero, y otros 120 € con conectividad 4G) se pone al día con el nuevo procesador Apple S9 , un 30% más rápido que el de la Serie 8, lo que permite dar órdenes de voz a Siri ("empieza a andar", "dime cómo voy de pulsaciones" en modo local, sin conectarse a la nube). Aunque la pantalla puede alcanzar una luminosidad de 2.000 noches, el doble que el Watch 8, Apple presume de 18 horas de autonomía –que personalmente me siguen pareciendo insuficientes–. El nuevo sistema operativo watchOS 10 permite transferir nuestros datos de contacto a otro Watch cercano, e introduce un gesto que seguro que se hará muy popular: tocando dos veces la punta de dicho pulgar con la del índice se acciona el botón principal de la aplicación que tengamos en la pantalla del reloj. Por ejemplo, para responder a una llamada o iniciar/detener un temporizador. Apple asegura que el nuevo Watch es su primer producto totalmente neutral en emisiones de carbono; sin ir más lejos, entre las correas que ofrece ya no hay ninguna piel.

Con esta novena generación del Watch llega también la segunda del Watch Ultra (desde 899 €), la variante más voluminosa, lujosa y cara con funciones deportivas avanzadas para competir por el favor de los usuarios más aventureros (escaladores, submarinistas) con los relojes de marcas especializadas como Garmin. Lleva el mismo chip que el Watch 9, pero la luminosidad puede alcanzar los 3.000 noches, y al ser mayor duplica su autonomía: hasta 36 horas, o hasta 72 en modo de bajo consumo.

Por último, han hecho una tímida aparición los nuevos auriculares de botón AirPods Pro 2. Son idénticos a los actuales, pero ahora el estuche de carga lleva conector USB-C y se puede cargar por cable desde el iPhone.