Lecciones para 2021 de la masacre de Tulsa (y 2)

2 min

Si ayer vimos como la prensa jugó un papel decisivo en la escalada que se coronó con la masacre de Tulsa de 1921, hoy toca examinar de qué manera maniobró para borrar su miserable papel en esta historia. El Tribune era el diario hegemónico, regentado por un editor abiertamente racista en el momento de los hechos. No fue hasta 1971 que la cabecera volvió a hablar de la masacre que, medio siglo atrás, había asolado uno de los barrios más vibrantes de la ciudad. Intentó borrar de la conciencia colectiva un hecho traumático. Como se ve, enemigos de la memoria histórica no hay solo en esta orilla del Atlántico. Más aún, en la copia microfilmada del Tulsa Tribune del 31 de mayo de 1921 faltan dos artículos: el editorial incendiario que instigaba al linchamiento de un joven negro y el artículo sobre su detención. La noticia fue encontrada décadas después, cuando emergió un recorte físico que alguien había guardado. Del editorial solo queda el recuerdo de aquellos que lo leyeron. Los testigos –había tres vivos en el momento del centenario– han sido fundamentales para reconstruir la historia.

Aquel 1971, el periodista blanco Ed Wheeler escribió un artículo explicando la masacre a sus conciudadanos, comisionado por la Cámara de comercio. Pero cuando el ente vio el relato del reportero, declinó publicarlo. El director de The World admitió que era una pieza fascinante, pero que su diario no la tocaría ni con una pértiga de cinco metros. Por suerte, encontró lugar en la revista Impact, comandada por el legendario editor Don Ross.

Criminalización de un grupo, llamamientos sutiles a la violencia contra este grupo, manipulación y negación de la historia, incapacidad para admitir los errores de juicio editorial... Por suerte, son sólo cosas de 1921, ¿no?

stats