O las criticamos todas o lanzamos la estufa en el río

Tezanos, en una imagen de archivo
23/12/2025
Jefe de Media
2 min

No es que las encuestas se equivoquen: es que la gente vota mal. Fantaseo que, al día siguiente de las elecciones, los distintos responsables de los sondeos en la prensa parafrasean a Mario Vargas Llosa para justificar sus desviaciones, con perdón por el doble sentido. Un clásico es cargar contra el CIS y añadirle enseguida el apellido "de Tezanos", como si el resto de encuestas no tuvieran también cocina y la interferencia potencial de quien las paga. De hecho, en el caso extremeño, el CIS no sale especialmente mal parado. La web Electomanía elabora un índice de pifia que sale de la suma entre desviaciones en el número de escaños atribuidos y la realidad, más los puntos de error en su intención de voto. Así, la encuesta del gobierno sumó 15,5 unidades de desviación pero fue la sexta más afinada, por delante de las publicadas, por ejemplo, en El País (20,2 unidades) o La Razón (un espectacular 25,2 de desviación: con la escopeta de balines han vaciado un ojo al pobre feriante). En el caso del diario de Planeta, además, resulta que ni siquiera acertaron en el batacazo socialista, ya que le atribuían un 33,1% de los votos, cuando fueron un 25,7%. Al final, la encuesta pública apostó por unos tenedores de diputados que se han cumplido en el caso de PSOE, PP y Podemos, con el único error de Vox. El País, elAbc o El Español fallaron cuatro de cuatro.

Con esto no pretendo decir que la encuesta del CIS sea pura y virginal: allí donde hay cocina, existe la posibilidad de que una mano desaprensiva rectifique los resultados con un puñado de sal. Y sería naïf creer que sólo Tezanos baraja los fogones. Ya me lo decía el bueno de Buff –un cánido amigo que nos dejó el domingo– cuando comentaba, con su sabio ladrido de tertuliano, esta manía de la prensa de criticar las pajas del CIS (con perdón nuevamente) sin ver la viga en ojo propio: "Perro no come perro... a menos que sea perro público".

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