Tecnología

El mundo visto con las gafas de Mark Zuckerberg

Meta Platforms exhibe innovación en el congreso anual Connect para desarrolladores

Pese a su actitud de corderito obediente en las comparecencias ante comisiones parlamentarias sobre privacidad y prácticas monopolísticas, cuando está en su elemento Mark Zuckerberg deja claro que es un personaje encantado de haberse conocido. Como muestra, la camiseta con el lema O Zuck o nada en latín que vistió durante el acto inaugural de la conferencia Meta Connect para creadores de aplicaciones y servicios basados ​​en el ecosistema de su empresa Meta Platforms. Una referencia a laAut Caeasar aut nihil romano que evidencia que gobierna sobre todo un imperio digital.

Y el caso es que, terminado el acto, uno se quedaba con la sensación de que Meta podría estar marcando tendencia en más de un ámbito del mundo de la tecnología. Concretamente, en IA aplicada y en formas de ver, interpretar e interactuar con el mundo que nos rodea mediante prótesis que llevamos ante los ojos.

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Realidad virtual y aumentada: ¿Más cerca, pero todavía lejos?

Las gafas holográficas Orionfueron las protagonistas de la sesión inaugural del Meta Connect. La realidad aumentada (RA), que superpone imágenes digitales en el mundo real con un campo de visión amplio es un paso significativo hacia esta visión de Zuckerberg de un futuro en el que las gafas sustituyen a los smartphones. Sólo le faltó calificarlas de "nueva plataforma de computación personal", que es como Tim Cook, de Apple, llamó al visor Vision Pro. Ahora bien, el propio Zuckerberg reconoce que los retos técnicos son "una locura". Con un coste actual de 10.000 dólares por unidad y la necesidad de una pulsera neuronal para interactuar con ella, la pregunta es si cuando las Orion salgan a la venta dentro de tres años, serán algo más que un juguete cara para unos pocos privilegiados.

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Aunque una versión más asequible, Hypernova, podría llegar el próximo año, no se ha especificado a qué funciones va a renunciar. Hasta que no vemos un producto final a un precio asequible para el público general, es difícil saber si realmente estamos ante una revolución o un nuevo fracaso como las Google Glass. En cualquier caso, en la percepción pública, Meta ha logrado arrebatar el liderazgo en el visor Vision Pro de Apple, sin perder de vista que éste ya es un producto comercial y no un prototipo.

En este sentido, Meta refuerza la apuesta por los visores convencionales de realidad virtual (RV) con el nuevoMeta Quest 3S, con un precio (poco más de 300 euros, frente a los casi 500 del actual Quest 3) que puede captar el interés de los consumidores que aún no han dado el salto a la RV. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las 3S tienen menos resolución y un campo de visión más reducido que las Quest 3. Meta, que según Counterpoint Research vendió el 59% de los visores el pasado año en el mundo, espera reanimar las ventas de visores de RA y RV, un mercado que en el primer trimestre cayó un 67% respecto al mismo período de 2023, según IDC, que lo atribuye a la ausencia de casos de uso realmente convincentes. No ayudará a que los primeros usuarios que han probado el Quest 3S se quejen de haberse mareado.

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Aparte de las gafas Orion, en el Meta Connect también se han presentado nuevas versiones de las gafas conectadas Ray-Ban Meta. Hasta ahora, estas gafas de aspecto convencional, en alianza con el gigante italofrancés EssilorLuxottica, permitían tomar fotos y vídeos, escuchar música, hacer llamadas y enviar mensajes de texto con órdenes de voz. A partir de ahora se añaden, además de nuevos colores y modelos, funciones de recordatorios a partir de lo que vemos, escanear códigos QR y la traducción de algunos idiomas en tiempo real. Por si alguien no es consciente de la tecnología escondida que esto implica, existe una edición limitada con montura translúcida que deja a la vista los componentes internos: cámaras, micrófonos, altavoces, batería...

IA: ¿innovación o invasión?

Meta no quiere quedarse atrás en la carrera por la inteligencia artificial. Incorporar la voz en el chatbot Meta AI, con voces de celebridades (Judi Dench, John Cena) incluidas y generosamente remuneradas, pretende hacerlo más atractivo para el público general. Sin embargo, como ya hemos visto con otros asistentes de voz, la clave está en su utilidad real y no sólo en la novedad. La inclusión de contenido generado por IA en la cronología de Facebook y los reeles de Instagram –los creadores podrán doblar automáticamente sus vídeos a otros idiomas, con sincronización de los labios– plantea dudas sobre la privacidad y propagación de la desinformación. Aunque Meta asegura que los usuarios tendrán control sobre este tipo de contenidos –podrás decidir si quieres ver o no anuncios que incorporen tu propia cara–, la realidad es que la línea entre la realidad y la ficción se difumina cada vez más.

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La integración dentro de Meta AI del modelo de lenguaje multimodal Llama 3.2, que permite al asistente analizar imágenes y modificarlas con indicaciones de texto, es un progreso interesante, sobre todo porque la tecnología de Meta es mucho más abierta que la de rivales como OpenAI y Google, y también por llegar acompañada de variantes más compactas que pueden funcionar dentro de los dispositivos, en competencia directa con el Gemini de Google. Por ahora, Llama no se puede utilizar dentro de la UE, pero, sin embargo, Zuckerberg asegura que Meta AI ya es el chatbot más popular del mundo, con casi 500 millones de usuarios, incluso antes de desplegarlo lo en plataformas como Facebook y WhatsApp.

Meta exhibiendo innovación

En Connect 2024, Meta ha dejado clara la ambición de liderar su propia revolución tecnológica, aprovechando el ecosistema cautivo que le proporcionan plataformas tan populares como Facebook, Instagram y WhatsApp, donde dispone de campo abierto –o tan abierto como le permitan los reguladores– para desplegar sus modelos de IA.

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Por otra parte, promocionando tan visiblemente los diversos formatos de gafas (Quest, Ray-Ban y las futuras Orion), Zuckerberg pretende tranquilizar a los inversores, preocupados por las pérdidas multimillonarias de la división Reality Labs, responsable de apuesta por el llamado metaverso, aún por materializar.

Sin embargo, no podemos ignorar los antecedentes de Zuckerberg en materia de privacidad y desinformación. Sin ir más lejos, este viernes la comisión irlandesa de protección de datos –el regulador europeo de referencia para Meta– ha impuesto a la empresa una multa de 91 millones de euros por no haber protegido lo suficiente durante un período determinado las contraseñas de los usuarios, que su sistema almacenaba sin cifrarlas.