Perdidos brazos y piernas, quedan las encuestas

Los tam- tamos de las encuestas rugen con fuerza a ambos lados del espectro político-mediático. A la derecha lo vienen como un paseo militar: fruta madura que sólo tiene que caer, y por eso sufrimos tanta insistencia sobre la necesidad de celebrar comicios lo antes posible. La izquierda, o presunta izquierda, hace lo que puede. El País también tenía encuesta, pero su titular no hablaba de escaños, mayorías o más votado, sino de quien caía más simpático: "Sánchez es el más valorado y Abascal supera a Feijóo". No cuesta mucho deducir que Feijóo sufre una erosión por la competencia interna que le hace Ayuso con su sonrisa perennemente congelada, ya la vez por la derecha sufre también los zarpazos de la de Vox. El diario de Prisa se aferra a ello como si fuera un hierro al rojo vivo para escribir un editorial conmovedor, por todo lo que tiene de intento de autoconvencimiento: "La sociedad española no parece tan permeable al tóxico ambiente político como muchos suponen. PP y PSOE permanecen a una distancia de tres puntos con ligeras valoraciones mes a mes". También dicen que "la intención de voto para el PSOE aguanta, pese al desgaste del gobierno", y que el PP es primero "pero sin alejarse de los socialistas ni ampliar su base social, y sin cosechar frutos de una escalada verbal que empieza a agotar el catálogo del apocalipsis".

Los Monty Python nos regalaron aquella escena genial de un duelo medieval en el que uno de los contendientes va perdiendo extremidades una a una, pero eso no le detiene y cada vez que la espada le mutila de nuevo vuelve a desafiar al otro con una chulería que se va volviendo más y más ridícula, dadas las menguantes circunstancias. Hoy la pienso remirar y, cuando ya no queden brazos ni piernas por retrinchar, imaginaré que branda una encuesta electoral en la boca deEl País, mientras le reta con la mirada.