Santiago Abascal: adoquines en campaña

Santiago Abascal ocupa la portada del Abc de este jueves blandiendo un adoquín. Se suma así a una tradición política fecunda, que incluye a Isabel Díaz Ayuso y Albert Rivera, consistente en exhibir pedruscos en campaña electoral para autorretratarse, pedrolo en mano, como víctimas de la violencia. Selfiiiie!

Huelga decir que, si quien trajera la piedra, el guijarro, la roca, la baldosa o el trozo de adoquín fuera alguien de la izquierda, enseguida se burlarían. Solo hace falta repescar algunos de los titulares del Abc a cuenta de los adminículos con los que el también diputado Gabriel Rufián acompaña sus intervenciones, como por ejemplo aquella ya mítica impresora. "De la Samsung republicana a las esposas: el show de Rufián en el Congreso", "El show de los antisistema", "La diputada del PP que le dijo «imbécil» a Rufián", "Los 'numeritos' de Rufián en el Congreso cuestan casi 7.000 euros al mes". En cambio, cuando me entrego al placer íntimo de googlear "Abascal adoquín", los titulares de la triple derecha mediática obvian cualquier referencia a la parte performativa del líder ultraderechista.

Pero lo más grave es cómo estos medios persisten en su estrategia de vender la violencia como el resultado de la maraña violenta de independentistas y de la izquierda, mientras ignoran del todo el papel de Vox en la ecuación. "Se ha convertido en una penosa costumbre sectaria que, cuando la izquierda prevé malos resultados en las urnas, sublime la crispación [...] provocando disturbios y convulsión", dice la editorial del Abc. Y, en La Razón, José María Marco reflexiona sobre la República, que califica de agujero "negro", y dice "han sido los mismos socialistas, con la reintroducción del guerracivilismo en la vida española [...] quienes han acelerado la situación en que nos encontramos". Está bien claro que no avanzamos. Hace 90 años, como por ejemplo: la demonización de la izquierda para allanar el camino al autoritarismo y la destrucción del otro, por razón de Estado.