Tokio, los juegos más tecnológicos

En unos Juegos Olímpicos sin espectadores, las retransmisiones televisivas son todavía más importantes. En Tokio se ha desplegado tecnología a raudales para los espectadores, pero también para los participantes

BarcelonaRobótica, experiencias inmersivas, computación avanzada, retransmisiones en altísima definición. Los Juegos Olímpicos de estos días en Tokio tenían que volver a ser un escaparate de la potencia tecnológica japonesa, tal como los de 1964 proyectaron al mundo la imagen de un país innovador con el tren de alta velocidad y sus entonces espectaculares 210 kilómetros por hora. Aun así, las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19, que ya obligaron a aplazar un año el acontecimiento, han hecho que muchas de las actividades previstas se hayan quedado en los cajones por ausencia de público que pueda disfrutar. Por otro lado, sin espectadores presenciales, las retransmisiones televisivas cogen más importancia que nunca. Y la tecnología también se está aplicando en Tokio para garantizar el distanciamiento físico y dificultar los contagios de coronavirus.

Por ejemplo, los participantes que llegan a la capital japonesa con determinadas compañías aéreas pueden identificarse en el aeropuerto sin tener que quitarse la mascarilla, gracias a la tecnología de reconocimiento facial de NEC, que ofrece un 99,9% de acierto incluso con medio rostro tapado. Una proporción significativa de los 14.000 guardias de seguridad privada que vigilan los recintos olímpicos llevan en el pecho videocámaras que envían imágenes en directo a la nube, donde algoritmos de inteligencia artificial (IA) buscan patrones de conducta sospechosos. Toyota, el gigante japonés de la automoción, ha desplegado robots autónomos en los ámbitos más diversos: desde los proverbiales guías virtuales que te orientan en hoteles y pabellones hasta aparatos que entregan solo los pedidos de comida a los deportistas y a los jueces en los lugares donde están, para evitar aglomeraciones. También hay robots en las pistas: en concreto, los que van a recoger los objetos –jabalinas y pesos– que los atletas proyectan tan lejos como pueden en las pruebas de lanzamientos.

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Como es natural, la movilidad dentro de los recintos olímpicos también está automatizada. Buena parte de los 3.700 vehículos que la citada Toyota ha aportado a los Juegos como patrocinadora principal son mini buses eléctricos e-Palette, con 150 kilómetros de autonomía y capacidad para veinte pasajeros (o cuatro con silla de ruedas). Tratándose de trayectos en circuito cerrado, circulan de manera autónoma, pero a bordo siempre hay un operario que vigila que todo vaya bien. Una última curiosidad relacionada, a pesar de que de manera tangencial, con la automoción: el pebetero del estadio donde la llama olímpica quema desde la ceremonia inaugural es el primero de la historia de los Juegos que usa hidrógeno como combustible.

Los primeros Juegos en 4K y con HDR

Tal como decíamos, en unos Juegos sin espectadores presenciales las retransmisiones audiovisuales cogen una importancia crucial. Y con el sistema vigente de derechos de emisión, que descarta la difusión por internet –más allá de los vídeos de los recintos olímpicos que algunos participantes publican en TikTok–, la reina continúa siendo la televisión. El OBS, el brazo audiovisual del Comité Olímpico, tiene previsto generar en Tokio en dos semanas unas 9.500 horas de programación, un 30% más que en los Juegos de Rio. ¿La gran novedad en esta ocasión? Se trata de los primeros Juegos Olímpicos que se emiten íntegramente –excepto los partidos de tenis en exteriores– en vídeo de ultra alta definición (UHD, más conocida como 4K), que cuadruplica la cantidad de píxeles en pantalla de las anteriores emisiones en HD. Y no solo esto: la señal que se emite es de tipo HDR (rango dinámico ampliado), que ofrece un mejor contraste y más fidelidad de los colores. Naturalmente, para apreciarlo hay que disponer de un televisor compatible y estar abonado a Movistar+ o a Vodafone TV, las dos plataformas de TV de vídeo por internet que ofrecen en 4K los canales de Eurosport. Justo es decir que la señal original también incluye sonido inmersivo de 5.1.4 canales (los seis altavoces de un cine en casa, más cuatro en el techo), pero solo Comcast en los EE.UU. permite disfrutar con equipos compatibles con Dolby Atmos. Aquí, en cambio, Eurosport solo proporciona sonido estéreo.

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Todavía pueden ver los Juegos con más calidad de imagen los espectadores de NHK, la radiotelevisión pública de Japón, que tiene previsto emitir hasta 200 horas de competiciones con resolución 8K. Eso sí, como ahí no hay ningún canal de TDT en 8K (aquí ni siquiera tenemos en 4K), la difusión se hace vía satélite. Y aprovechan para incluir hasta 24 canales de sonido para las instalaciones compatibles. Menos visible, pero igualmente importante, es la trastienda de la producción audiovisual, que ha trasladado a la nube de la firma china Alibaba el contenido que hasta ahora residía en servidores locales, de forma que los editores pueden trabajar a distancia.

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Las imágenes de las competiciones se enriquecen de formas muy diversas. La norteamericana Intel –responsable de la nube de 1.500 drones que formaron varias figuras en el cielo durante la ceremonia inaugural– ha instalado en el pabellón de baloncesto de Saitama el sistema True View, con 35 cámaras 4K, para generar repeticiones en 360 grados, vistas de pájaro y otras imágenes. En el campo de tiro con arco hay cámaras de Panasonic que miden las constantes vitales de los arqueros desde 12 metros de distancia. En las pruebas de atletismo se usa 3D Athlete Tracking de Alibaba e Intel para mostrar datos en streaming, como el momento en que el corredor logra su velocidad máxima. La operadora NTT DoCoMo ha desplegado cobertura móvil 5G en las pruebas de náutica (vistas desde los barcos o drones), golf (imágenes de los jugadores en diferentes lugares del campo) y natación.

Los jueces de esta última disciplina llevan gafas de realidad aumentada para ver datos de los nadadores superpuestos a la prueba que están observando. Es probablemente una de las pocas experiencias de contenido inmersivo que han sobrevivido a la pandemia: OBS había previsto ofrecer vídeo de 180 o 360 grados de los 55 deportes en juego, pero en su canal oficial de YouTube solo hay vídeos en este formato de una quincena de competiciones. Incluso los medios tradicionales están haciendo un uso de la tecnología para sus coberturas informativas de los Juegos de Tokio. Por ejemplo, el extraordinario análisis gráfico que The New York Times ha hecho del salto de la gimnasta norteamericana Simone Biles.