Adiós al Puig tras la creación del mechero Clipper

BarcelonaAlgunas historias sobre la familia Puig cuentan que el fundador de la estirpe, Antonio Puig Castelló, poco antes de morir congregó a sus cuatro hijos y les dijo: “Manténgase unidos. La unión es y será su fuerza”. De esos cuatro hijos, el último que quedaba con vida, Josep Maria Puig Planas, acaba de traspasar, y con él se ha extinguido el último vestigio de la segunda generación de empresarios de la casa de perfumería Puig.

El patriarca había creado el negocio en 1914 y lo había hecho crecer con marcas míticas como Agua de Lavanda, nacida en plena posguerra. Cuando murió, en 1979, los hijos se repartieron las tareas dentro del negocio familiar, y Josep Maria Puig asumió la gestión de las firmas participadas, donde destacaba Flamagas (fundada en 1959); esto es, fue el único de los cuatro hermanos que no tuvo las fragancias como epicentro de su actividad. Antes había estudiado derecho –tener un título universitario era un requisito impuesto por el padre a los cuatro discípulos– y en la década de los sesenta fue profesor, fugazmente, de la Escuela de Mandos Intermedios de Barcelona, ​​donde se formaban, entre otros, futuros comerciales.

La firma Flamagas aún pervive y lo hace con buena salud. Siempre ha estado dedicada a fabricar mecheros, y entre sus creaciones brillaba con luz propia el Clipper, un aparato cilíndrico de plástico de colores que resultó un gran éxito. Bajo su dirección, y posteriormente la de sus hijos (la rama Puig Alsina), llegaron a ser uno de los primeros fabricantes mundiales de mecheros, además de tener un pie puesto en el mundo de la papelería gracias a su adquisición, en 1998, de Industrias Masats (Alpino, Dacs, Plastidecor). Aparte de Flamagas, Josep Maria Puig también formó parte del consejo de administración de otras empresas del grupo familiar, en el que, aparte de los negocios del perfume, se encuentran los laboratorios Isdin, compartidos con la familia Esteve.

Puig fue miembro de la tercera junta directiva del Círculo de Economía, la que rigió los destinos de la entidad entre 1965 y 1969. Hoy su sobrino Marc Puig Guasch es también miembro de la junta de la entidad. Y como la relación de los Puig con el mundo de la vela es muy estrecha –han sido y son patrocinadores de innumerables competiciones de este deporte– también presidió el Club Vela Calella, en el Maresme.