El análisis de Antoni Bassas

El análisis de Antoni Bassas: 'Lo importante de la reunión de Waterloo es que estaban todos'

¿Cómo responder al bloqueo de la amnistía por parte de los jueces? Una de las asistentes me decía: “La reunión fue importante debido a que se ha hecho, porque estábamos todos y porque el momento lo exigía”. Y de momento, no se pasa de aquí

La extrema derecha de Marine Le Pen no gobernará Francia después de los resultados de anoche. La mala noticia es que no se sabe muy bien quién la gobernará, porque el Nuevo Frente Popular y los centristas son ocho y nueves y cartas que no atan. O sea, aunque nueve millones de franceses han votado ultraderecha, ha estado a base de pactar un cordón sanitario que grupos tan diversos como el Partido Comunista o los macronistas pueden decir que han cerrado el pase a Le Pen. Lo han hecho en una operación a la contra gestada en apenas una semana y que ha salido bien contra el pronóstico de las encuestas. Han salvado los muebles de la República, pero cuando nueve millones de ciudadanos creen que la extrema derecha es la solución, significa que los valores democráticos y republicanos cuentan mucho menos que el descontento por la pérdida del poder adquisitivo, la delincuencia o el control de la inmigración. Ahora Macron podrá inaugurar los Juegos Olímpicos de París dentro de tres semanas, el viernes 26, pero Francia y Europa siguen expuestos al éxito electoral de las supuestas soluciones fáciles.

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Uno que aprovechó para cobrar una factura fue el presidente Puigdemont, en el que se acordó de Le Pen, que había prometido acabar con sus estancias en Francia de Puigdemont porque decía que eran una humillación. “Hace cuatro días decía que sería implacable contra mí. Quienes han sido implacables han sido los electores franceses contra su partido, que le han derrumbado en una semana. Buen viento”.

Puigdemont hizo de anfitrión en Waterloo de una reunión de Junts, Esquerra, CUP, ANC, Òmnium y AMI. La reunión se celebró una semana después que Junqueras y Puigdemont mantuvieran un primer encuentro, pese a la mala relación que arrastran desde hace tiempo.

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¿Fue una gran primera toma de contacto para ver cómo responder al bloqueo de la amnistía por parte de los jueces? ¿Cómo contestarla, teniendo en cuenta el nivel de desmovilización del independentismo y la desunión crónica, especialmente de los dos grandes actores, Junts y Esquerra, que están negociando la investidura? Aún no hay respuesta. Una de las asistentes me decía: “La reunión fue importante debido a que se ha hecho, porque estábamos todos y porque el momento lo exigía”. Y, de momento, no se pasa de ahí.

Buenos días.

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