El análisis de Antoni Bassas: 'Pobres contra muy pobres, los ricos se hacen un harto de risa'
El sistema ha logrado enfrentar a pobres con muy pobres, con un Ayuntamiento de Badalona aprovechándose del miedo y de los prejuicios de la gente, una Generalitat sin personalidad para resolver el caso y un gobierno español que lo mira de lejos. Clase trabajadora contra inmigrantes que aspiran a serlo
La cantinela de esta mañana del sorteo de la rifa del gordo nos ha avisado que Nadal, ahora sí, ya está aquí.
La cantinela de los niños del sorteo ha amortiguado un gran trompazo: el del PSOE en Extremadura. Los socialistas han obtenido un resultado catastrófico: han perdido 10 diputados, siendo el único partido que ha empeorado el resultado anterior. Claro que poner de candidato a un cabeza de lista que está pendiente del juicio del hermano de Pedro Sánchez tampoco habrá ayudado mucho. El PSOE sigue en caída libre, incapaz de conectar con la sociedad española (incluso en regiones como Extremadura, antiguo bastión de las izquierdas), desbordado por la ola ultraderechista que recorre el mundo, autosaboteado por los casos de corrupción, vulnerable al relato de "me gusta la fruta" de Ayuso, que ha convertido a Sánchez en el segundo hombre más odiado de media España (el primero es Puigdemont, claro).
O sea que, como observa hoy Núria Orriols, a Pedro Sánchez sólo le queda Cataluña, con Salvador Illa de presidente hasta que el Estado dé Cataluña por normalizada y se le acabe la protección del Estado.
Ahora, al PP, aunque ha ganado, el adelanto electoral no le ha salido bien. Necesitaba otros cinco escaños para no depender de Vox, y sólo ha sumado uno más. Es decir, convocas elecciones para sacarte a Vox de encima y haces pasar a Vox de 5 a 11 diputados. El efecto Feijóo, si es que nunca ha existido, no ha funcionado. España va deslizándose hacia la ultraderecha de forma sostenida.
Y Cataluña también. La oposición de un puñado de vecinos de Badalona impidió acoger de emergencia a 15 de las personas desalojadas el miércoles del Instituto B9. El grupo, de unas pocas decenas de personas, bloqueó la entrada de la parroquia Nuestra Señora de Montserrat de Badalona para impedir que se pusiera en marcha el plan pactado entre las entidades sociales y el departamento de Derechos Sociales e Inclusión para atender a varios jóvenes especialmente vulnerables de los expulsados. Pero a falta de unos minutos para las 8 de la tarde –la hora de apertura prevista– los que protestaban se plantaron al grito de "No pasarán". Y, finalmente, Cáritas y Cruz Roja decidieron detener el plan inicial y trasladaron a algunos de los jóvenes subsaharianos a otros centros de acogida para pasar la noche.
Estos vecinos no quieren a los inmigrantes porque dicen que traerán inseguridad a la zona. El sistema ha logrado enfrentar a pobres con muy pobres, con un Ayuntamiento de Badalona aprovechándose del miedo y de los prejuicios de la gente, una Generalitat sin personalidad para resolver el caso y un gobierno español que lo mira de lejos. Clase trabajadora contra inmigrantes que aspiran a serlo. Y el sistema que se aprovecha de ambos, haciéndose una risa. Mientras, los desalojados del B9 han dormido bajo el puente de la C-31 en Sant Roc, entre Badalona y Sant Adrià.
Buenos días.