El análisis de Antoni Bassas: '2026 sin presupuestos, ¿y con amnistía?'

Espero que estén preparando una muy feliz Navidad. Pero antes de los buenos deseos, analizaremos un par o tres asuntos.

El presidente Illa dio por sentado ayer que en enero los socialistas y Esquerra podrán presentar el acuerdo para la nueva financiación de la Generalitat. Ya les explicamos aquí, dos semanas atrás, que estaba prácticamente hecho, que había acuerdo para la cifra de mejora que correspondería a Catalunya y sobre cómo sería el nuevo modelo de financiación. La Generalitat tendría más capacidad de decidir sobre impuestos, una posición cercana a la ordinalidad, el control y el seguimiento de las inversiones del Estado en Catalunya, y no debería depender de los anticipos, el dinero que Hacienda le adelanta a la Generalitat. El anuncio coincidiría con los días de la reunión prevista entre Pedro Sánchez y Oriol Junqueras.

El presidente Illa, persona muy cercana a Pedro Sánchez, dio a entender que Sánchez no plegará y que aguantará hasta el 2027. Y cada vez está más claro que para Sánchez continuar en la presidencia es cuestión de supervivencia, porque no es que quieran echarlo sino que quieren meterle en la cárcel. En este sentido, la condena del fiscal general del Estado fue un ensayo general suficientemente exitoso.

De fondo existe un bloqueo constante a la política, debido a la falta de voluntad política por pactar. Para que no se pierdan esta página:

Tampoco habrá presupuestos de la Generalitat en el 2026. Ayer se prorrogaron. Miren esta lista: los últimos que se aprobaron fueron en 2023. Desde 2010 se han prorrogado o aprobado tarde 15 de las 17 cuentas de la Generalitat. Aquí los partidos políticos no están a la altura de las necesidades de la gente. Y tampoco Salvador Illa y su mayoría de investidura (PSC, Esquerra y Comuns) han sabido dar a la sociedad catalana unos presupuestos, aunque es un mínimo, aunque la prórroga sea más frecuente cada vez.

Si hacemos algo de prospectiva, en 2026, aparte del sistema de financiación, debe ver la constitución de la empresa mixta de Cercanías Estado-Generalitat, y la amnistía. El 2026 debe ser el año en que vuelva del exilio el presidente Puigdemont. En contra de este regreso está el Tribunal Supremo. Alguien podría pensar que la amnistía es la causa de los problemas de Sánchez. Pero, más que la causa, la amnistía es la coartada de la derecha y ultraderecha política, mediática y judicial españolas para justificar la hostilidad constante con Sánchez, porque les permite proclamar que hay que derribar a un presidente que lo es porque un prófugo autor de un golpe de estado le investió. Cataluña siempre funciona como coartada. Pero la causa última es el poder, que deben ostentar por el bien de España, claro. Hemos llegado al punto de que estar en la oposición es de loseros, no una posición temporal decidida por los ciudadanos.

Termino este último análisis del año con un vistazo al mundo. Continuamos con una guerra en Europa, en Ucrania, y no se ve el final. Se ve el principio de alguna agresión de Estados Unidos, que está hostigando a Venezuela y codicia Groenlandia. En noviembre habrá elecciones de medio mandato en Estados Unidos y Trump puede realizar campaña con violencia interna y externa. Sólo veo dos frenos temporales: el 4 de julio los americanos celebrarán los 250 años de la independencia y en julio se celebra el Mundial en Canadá, Estados Unidos y México. Y debería ser el año en que Europa definiera cómo quiere seguir siendo una unidad política, por nuestro bien y el del mundo.

Ahora descansaremos unos días y los volveremos a saludar el próximo año. Feliz Navidad y feliz año nuevo.