El análisis de Antoni Bassas: 'La integridad física de Puigdemont, amenazada'

Es un gozo volverlos a saludar al empezar una nueva temporada. Cuando emitimos el último capítulo de la pasada temporada, Esquerra aún no había decidido investir a Salvador Illa y Carles Puigdemont no había protagonizado su increíble viaje a Barcelona con vuelta a Waterloo. De Isla, Esquerra y Puigdemont tenemos que hablar hoy.

A corto plazo (dentro de diciembre) lo más importante que debe conseguir el presidente Isla es aprobar los presupuestos del próximo año. Sabe que tiene sus votos (los del PSC, Esquerra y Comuns) siempre que la negociación para la financiación pactada con Esquerra no descarrile. Aquí tienen un aperitivo de ayer mismo de lo que nos espera para variar. Presidente de Andalucía, Moreno Bonilla: "Esto es como si en las comunidades autónomas, Cataluña está comiendo en una mesa, se levanta de esta mesa, se va a otra mesa y pide un menú aparte"

Lo más indecente de este debate es que toda la vida nos hemos tenido que sentir lo de “catalanes insolidarios” y ahora resulta que si Cataluña no aporta tanto, sigamos siendo insolidarios. ¿O sea que hasta ahora nos lo decían por deporte, o cómo va esto?

La negociación de la financiación singular para Catalunya, aparte de muy complicada, es curiosa, porque el PSC no estaba por una especie de concierto. Ahora, los socialistas catalanes tienen un doble incentivo para defenderlo: la estabilidad del gobierno de Illa en Catalunya y la de Pedro Sánchez en Madrid, que necesita los votos de Esquerra y de Junts para aprobar los presupuestos generales del Estado del 2025. Ya les dije que para España es más difícil cambiar la financiación de Catalunya que aprobar la amnistía, por lo que el presidente Illa ya salió ayer en La Vanguardia a decir que "Catalunya tiene capacidad de mejorar España", palabras que pretenden tranquilizar. Estaría bien que Isla, que no es independentista precisamente, que ha sido ministro de España, que es amigo personal de Pedro Sánchez y pasan días de vacaciones juntos, pidiera una entrevista en TVE en prime time y explicara a los españoles el enorme perjuicio que causa a la vida de los catalanes la diferencia entre lo que pagan y lo que reciben y que aquí no se está negociando ningún privilegio, sino revertir una infrafinanciación.

Por último, Pedro Sánchez sabe que Junts es tan decisivo como impredecible, sobre todo mientras la amnistía no llegue a Puigdemont, que es un escándalo la desobediencia de los jueces que se oponen a aplicárselo. La amnistía y otra cosa: la seguridad de Puigdemont.

Hoy publicamos que el gobierno español está dejando que pase el tiempo sin ponerle escolta al presidente en el exilio. Hace nueve meses que el ministerio del Interior pidió un informe a la Abogacía del Estado y no llegó. Nueve meses. ¿Debemos entender, con esta dilación, que lo que está ocurriendo es que el gobierno español le está diciendo a Junts que se ocupará de la seguridad del presidente a cambio de los votos en el Congreso? ¿Quiere el PSOE que Junts pague un precio político por la seguridad del presidente? El caso es grave porque Puigdemont está permanentemente amenazado de muerte. Y después de su aparición en Barcelona aún más. Es decir, su integridad física corre peligro mientras siga sólo protegido por valientes voluntarios desarmados. La seguridad de Puigdemont debe garantizarse, es un expresidente de la Generalitat, es un electo, jefe de la oposición, y mejor que algún día no tengamos que lamentarlo.

Buenos días.