Actualmente, el ICIQ lidera un proyecto clave y de país en el ámbito de la descarbonización financiado con fondos FEDER y del Gobierno, basado en la captura y reciclaje del CO 2 , y el cual no puede entenderse sin la colaboración público-privada. También colaboran otros agentes como Eurecat o la URV. "Ahora mismo –apunta la Dra. Imma Escofet, gerente del instituto–, lideramos la puesta en marcha de cuatro unidades móviles de ensayo, previstas para 2026, que permitirán capturar el CO 2 a través de diferentes tecnologías, algunas de ellas desarrolladas por el ICIQ." Se trata, destaca Escofet, de una "oportunidad para que Catalunya lidere la revolución verde, la cual no puede llevarse a cabo sin la química". Y es que, concluye, "la transición comienza en el laboratorio, por eso la química está en el centro del cambio".
Dra. Imma Escofet: Apostamos por que todo el mundo pueda desplegar todo su potencial científico
Gerente y directora administrativa del Instituto Catalán de Investigación Química (ICIQ)
Con sede en Tarragona y 18 grupos de investigación experimentales y computacionales, el Instituto Catalán de Investigación Química (ICIQ) destaca por ser un entorno altamente internacionalizado. Un 42% de su personal investigador procede de fuera del Estado, especialmente de Italia, Francia y Reino Unido.
¿Qué papel tiene la química en un momento de emergencia climática, transición y revolución como el actual?
— La química nos ayuda a entender y transformar el mundo, como con la lucha contra la emergencia climática. Capturar y reutilizar el CO2 es una de nuestras líneas de trabajo, implica diseñar procesos más limpios y reducir el impacto ambiental de la industria. Actualmente, el CO2 tiene un valor añadido muy alto, todo el mundo intenta capturarlo y utilizarlo para producir nuevas moléculas o materiales de interés, dejando de lado los derivados del petróleo. Reciclar el CO2 implica un cambio de paradigma espectacular.
¿Y qué hay de la transición energética y de la salud?
— La química es esencial para desarrollar nuevos materiales, como baterías más eficientes, sistemas de almacenamiento de energía o catalizadores para generar hidrógeno verde. Por otra parte, gracias a la investigación que se realiza en el ICIQ en química médica, se pueden desarrollar nuevos fármacos, terapias y herramientas de diagnosis más rápidas.
Subrayan que no sólo ofrecen búsqueda de vanguardia, sino también un entorno en el que el talento joven puede crecer con apoyo científico, personal e internacional.
— Somos un centro de excelencia en el que los jóvenes no sólo aprenden química. Nuestra producción es ese talento. Tenemos una red alumni extendida por todo el mundo, que es un valor añadido importante. Contamos con un programa de seminarios patrocinado por BASF, que lleva a científicos de prestigio mundial, y programas que acompañan al personal investigador durante su estancia, como los financiados por la acreditación Severo Ochoa o programas de verano para estudiantes de grado o de máster.
Hacen especial énfasis en la igualdad de oportunidades, así como en la visibilización de referentes femeninos. ¿Por qué ese acento tan claro?
— Apostamos por que todo el mundo, independientemente del género, el origen o la situación personal, pueda desplegar todo su potencial científico. Tenemos un plan de igualdad, programas de mentoría para investigadoras jóvenes y acciones que se llevan a cabo en el marco del Día de la Mujer en Ciencia. La transferencia de conocimiento es importante, pero también hacer llegar a la sociedad lo que hacemos y visibilizar referentes científicos femeninos. En este sentido, el programa de máster Marfil destaca por atraer talento femenino de Latinoamérica para que cursen máster o doctorado en el ICIQ.