El Ártico se quedará sin hielo todo en septiembre entre 2035 y 2067
Un nuevo estudio prevé que el deshielo del polo Norte se alargue hasta seis meses cada año en el 2100 en el escenario más pesimista
BarcelonaHace tiempo que se prevé que el Ártico se quedará sin hielo en verano; la duda era a partir de cuándo pasaría. Ahora un nuevo estudio publicado en la Nature Reviews Earth & Environment anticipa que será entre el 2035 y el 2067. En ese período será cuando la masa de hielo que cubre el polo Norte se deshará completamente en el mes de septiembre, cuando suele llegar siempre a su pico más bajo, para volver a formarse de frente al invierno. El estudio predice que el primer verano que el Ártico se quedará sin hielo será en esa misma década, pero sería un fenómeno puntual. Por el contrario, a partir del intervalo 2035-2067 ya tendría lugar como fenómeno anual.
Los científicos alertan también de que si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo al ritmo actual, hacia el año 2100, el Ártico se quedará sin hielo no sólo en septiembre sino durante seis meses enteros, desde mayo hasta enero de cada año. En un escenario optimista, en el que el mundo reduce las emisiones de forma contundente, a finales de siglo la masa de hielo ártico desaparecerá igualmente durante tres meses seguidos cada año, entre agosto y octubre, con una probabilidad del 66%, según el estudio.
Desde que empezaron las observaciones por satélite en 1978, el hielo marino que cubre el Ártico ha ido reduciéndose año tras año. Este equipo de científicos liderado por la universidad estadounidense de Colorado en Boulder se ha dedicado a analizar el hielo marino mensual de todos estos años para extrapolar sus datos con modelos climáticos. Los investigadores han llegado a la conclusión de que a partir de un calentamiento global de 1,8 °C es cuando empezarán a darse los septiembre sin hielo en el Ártico.
En el Ártico la temperatura se eleva el doble de rápido que en el resto del mundo y la pérdida de hielo de los últimos años, especialmente desde 2000, parece cada vez más irreversible. Según estudios recientes, además, el deshielo acelerado en el ártico agravaría aún más algunos fenómenos meteorológicos extremos, como los temporales extraordinarios del tipo Gloria, y haría subir aún más rápidamente el nivel del mar.