Decepción en la COP30: Brasil buscará un acuerdo contra los combustibles fósiles después de la cumbre
El acuerdo final del encuentro en la Amazonia promete triplicar la financiación por adaptación de los países pobres en 2035
Barcelona"Crearé dos hojas de ruta, una para detener y revertir la deforestación, y otra por una transición que nos aleje de los combustibles fósiles de forma justa, ordenada y equitativa". El presidente de la cumbre climática de la ONU, la COP30, el brasileño André Correa do Lago, ha levantado una fuerte ovación durante el plenario final de la cumbre cuando ha realizado este anuncio. Pero no todo el mundo estaba contento. Ésta ha sido la solución que el mismo Correa ha encontrado para poder aprobar el texto final de la COP30, el llamado Mutirão (esfuerzo colectivo en brasileño), sin la mención de que reclamaban 82 países reclamaban sobre una "hoja de ruta" para acabar con los combustibles fósiles que han generado la crisis climática que vivimos.
El punto no se ha incluido finalmente en el texto final (aunque en borradores iniciales sí aparecía) y se convierte, en cambio, en "una iniciativa de la presidencia". Brasil asumió la presidencia del foro climático de la ONU cuando comenzó la COP30 hace dos semanas y mantendrá este cargo durante un año, hasta que en noviembre del próximo año le pasará el relevo a Turquía, que ha sido elegido como el país que acogerá la COP31. Durante este tiempo, Brasil se compromete a trabajar para conseguir estas dos "hojas de ruta", que el propio presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió conseguir al inicio de la cumbre. Puntada hacia delante.
"Son las 8.10 h de la mañana y llevamos encerrados en una sala desde las 3.30 h de la madrugada", ha explicado Correa en los pasillos de la COP30, tras una intensa noche de negociaciones en la que, según fuentes cercanas, ha habido momentos de tensión precisamente por este punto de los combustibles. Poco después se ha publicado la versión final del Mutirão que, efectivamente, ya no incluye referencia alguna a los combustibles fósiles. Sí mantiene el compromiso de evitar superar el límite de los 1,5 °C de calentamiento global, reclama a los gobiernos "una implementación completa" de sus planes climáticos (las llamadas contribuciones nacionalmente determinadas o NDC en la jerga climática) e incluye avances en materia de financiación.
Triplicar la financiación por adaptación
El acuerdo final incluye el compromiso de "triplicar la financiación dedicada a la adaptación para 2035". Esto son cinco años más tarde de lo que decían los anteriores borradores del texto (que preveían en el 2030), pero al menos mantiene la previsión, lo que supone una pequeña victoria para los países menos desarrollados, que son los que más deben adaptarse urgentemente a la nueva situación climática. El texto también recoge y "urge" a cumplir el acuerdo que se pactó en la cumbre pasada, la COP29 de Bakú, para movilizar 1,3 trillones de dólares en 2035, de fondos públicos y privados, y conseguir ayudas directas –de gobierno a gobierno– por el valor de 300.000 millones el mismo año, para los países más pobres. Otro resultado positivo de la cumbre ha sido el acuerdo para crear "un mecanismo de transición justa" que ayude a que la reconversión energética se haga teniendo en cuenta a los trabajadores y las clases sociales más vulnerables.
El comisario europeo de Clima, Wopke Hoekstra, como portavoz del grupo de países que reclamaban incluir el fin de los combustibles fósiles en el texto, admitió que el resultado de la COP30 no es lo que querían, pero que lo aceptan porque asumen la dificultad de poner de acuerdo tantos países –"el que eran importantes para los países más vulnerables. "Hay muchas cosas que nos hubiera gustado incluir porque el cambio climático necesita mucha más acción, el mundo necesita más. Pero viendo lo que hay sobre la mesa, pensamos que debemos apoyarle porque al menos es un paso en la dirección correcta y porque debemos estar del lado de los amigos de las naciones más pobres y eso les da un buen resultado en términos de financiación", ha dicho Hok.
Muchos países, entre ellos España, pero también toda la Unión Europea y Reino Unido, habían amenazado con bloquear cualquier acuerdo final de la COP30 que no incluyera la petición de impulsar una hoja de ruta por "una transición que nos aleje de los combustibles fósiles", una referencia que ya se consiguió de 8 después no se reanudó en el acuerdo final de la cumbre del año pasado en Azerbaiyán. Las reticencias de los países productores de petróleo y gas liderados por Arabia Saudí –pese a la ausencia del principal exportador mundial de gas, Estados Unidos– han vuelto a bloquear este punto. Pero la presidencia brasileña ha buscado una solución de consenso con el impulso de una iniciativa aparte al respecto.
Así, la petición que firmaron 82 países para que la ONU fijara "una hoja de ruta hacia la transición que vaya dejando de lado los combustibles fósiles"se convertirá en una iniciativa "dirigida por la ciencia y de forma inclusiva", según ha dicho Correa en el plenario final, donde ha explicado que para definir esta "hoja de ruta" se convocarán "diálogos de alto nivel y encuentros con países productores y consumidores". Los resultados de todos estos debates, incluidos los de "la primera conferencia internacional para el elimin 2026 en Colombia", ha dicho, se llevarán a la próxima cumbre, la COP31 de Turquía.
Momento de tensión que ha suspendido el plenario
Colombia ha protagonizado el momento más tenso del último día de cumbre. Poco después del martillazo de Correa para sellar el acuerdo, la representante de Colombia ha forzado la suspensión del plenario final por su desacuerdo total con el texto. El propio presidente de Colombia, Gustavo Petro, añadía leña al fuego con un mensaje en las redes: "No acepto que en la declaración final de la COP30 no se diga claramente, como dice la ciencia, que la causa de la crisis climática son los combustibles fósiles".
Sólo que haya un país que se oponga al acuerdo no se puede dar por aprobado, pero las críticas han llegado cuando ya se había aprobado formalmente el texto final, con el martillazo del presidente Correa. En cumbres anteriores también ha habido reparos posteriores a la aprobación, que no han provocado la suspensión del pleno ni la revisión de los acuerdos, porque técnicamente una vez se aprueba el texto no se puede dar marcha atrás. Pero la representante colombiana en el plenario, Diana Mejía, se ha quejado de un supuesto error procedimental que le habría impedido expresar su desacuerdo antes de que el presidente de la cumbre sellara el acuerdo, tal y como ella había pedido, y esto ha forzado a Brasil a suspender el plenario para debatir qué hacer. Por último, el pleno se ha reanudado y el presidente brasileño de la cumbre ha explicado que no se había dado voz a Colombia por "un error humano" generado por el cansancio tras la intensa noche de negociaciones, pero que el acuerdo se mantenía.
"Acuerdo vacío" o "progreso significativo"
Para varias ONG climáticas éste es un resultado muy decepcionante. "La cruda hipocresía de las naciones más ricas es estremecedora: los países ricos hablan de eliminar gradualmente los combustibles fósiles, incluso mientras planean una gran expansión de petróleo y gas", dijo Oxfam, y apuntó que "la única chispa de esperanza", pero el acuerdo final está tan solo la altura de lo que se reclamaba. "Este es un acuerdo vacío. La COP30 proporciona un claro recordatorio de que las respuestas a la crisis climática no se encuentran dentro de las cumbres climáticas, sino con las personas y los movimientos que lideran el camino hacia un futuro justo, equitativo y sin combustibles fósiles", decía también Nikki Reisch, del Center for International Environ.
Aunque los países productores de petróleo y gas han logrado sacar este punto del texto final de la COP30, esta solución alternativa ha sido calificada de "progreso significativo" por Jennifer Morgan, veterana de las negociaciones climáticas que pasó de dirigir a Greenpeace a asesorar al gobierno alemán en materia climática. Según Morgan, esta nueva iniciativa mantiene vivo el Acuerdo de París y permitirá acelerar la transición acordada en la COP28.
"El resultado, apenas adecuado, conseguido en las últimas horas de la COP30, mantiene vivo el Acuerdo de París, pero expone el fracaso monumental de los países ricos –incluidos Estados Unidos y la Unión Europea– a la hora de cumplir los compromisos que asumieron en un cambio des de Scientists, donde recordaban que los países ricos siguen elevando año a año sus emisiones de CO₂ a pesar de haberse comprometido a evitar los 1,5 °C de calentamiento global.