Cada casa, un mundo

Un cambio en la casa que cambia la vida: ganar un patio en el lugar donde iba el coche

María (Plan de Mallorca). Buque Arquitectura

La intervención en dos zonas concretas de una casa en un pueblo del Pla de Mallorca ha sido suficiente para cambiar la vida. Sí, después de que el equipo de BUC Arquitectura –un estudio con sede en Campos fundado por el arquitecto Ramon Juan– haya transformado dos espacios en principio secundarios, la casa ha cambiado de vida, ha ganado vida, y también sus habitantes han visto cómo cambiaba la suya. Eran dos espacios secundarios que se han convertido en esenciales en la nueva existencia de esta vivienda.

Dos intervenciones, o quizás es mejor decir una sola intervención pero en dos áreas de una casa que hace esquina: por un lado, la vieja portaza de la calle lateral –portaza, en muchos pueblos de la isla, se le dice al garaje, al lugar con una gran puerta donde entrar el coche y, a menudo, guardar mucho de lo que no cabe dentro de la vivienda–, y por otra , la primera planta, un lugar tradicionalmente vacío, como inacabado, bajo el tejado, en este caso de dos vertientes, y que servía para guardar la paja o las almendras o lo que se recogiera del campo. Estos dos espacios se han transformado, en un ejercicio que reúne los conceptos y materiales de la construcción tradicional con los conocimientos, los criterios y el bienestar que persigue la arquitectura contemporánea. "Adaptar viejos espacios a nuevos usos, manteniendo su memoria y proporcionándoles nuevas posibilidades", así lo definen los arquitectos de BUC.

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Hoy, tras la rehabilitación, la vieja portaza ha quedado en su sitio, pero ahora puede servir también para acceder a la casa. Pintada con un verde fresco que recuerda a los de las hojas de los acebuches, el mismo tono con el que se han pintado todas las persianas, se abre a un patio, un espacio que ahora ya no es para el coche (aunque se puede entrar si se quiere), sino para las personas, hasta el punto de que se ha recuperado una vieja chimenea diseñada por Coderch para el centro del espacio cubierto de este nuevo patio. Una tostada con amigos, unos ratos frente al fuego al aire libre, el nuevo espacio multiplica sus experiencias. Ahora es un recinto tan abierto como íntimo, porque si en invierno es un sitio para la chimenea, en verano es donde refrescarse en una pequeña balsa de agua. Todo rodeado de marès, del marès de siempre en las casas de los pueblos del Pla y del Migjorn de Mallorca, que esto en un espacio como éste también acompaña y ofrece un abrazo cálido.

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Además, parte de la cubierta de aquel garaje se ha convertido en porche, mejorando la iluminación y la ventilación del patio. Y la doble altura se ha aprovechado para habilitar un estudio de pintura en una planta en medio que a menudo se ve protegida por persianas enrollables de madera, una especie de telón de fondo natural para un espacio que en sí respira naturalidad y sencillez.

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Ahora bien, la casa no sólo ha ganado una nueva vida en el patio. La intervención en el desván, la planta primera, ha permitido ampliar la habitabilidad de la casa sin hacer casi nada de obra. Cabe decir que el presupuesto para las dos zonas reformadas está en torno a los 70.000 euros. Para esta planta, los arquitectos de BUC han diseñado un único mueble de madera de veto que, además, han podido construir los propios propietarios. Es un mueble multifuncional: sirve para distribuir el espacio y separar las estancias, que son ahora tres dormitorios y una pequeña sala; sirve para acoger el baño, que queda en el mismo mueble, y también es, según la estancia, armario para la ropa, estantería para libros o para una gran colección de vinilos y lugar para la mesa de estudio, dando una continuidad a esta planta que así no pierde su carácter de espacio unitario. Contribuye el suelo de cemento con baldosas de terrazo de Huguet incrustadas como detalle de color. Y otra vez, también en el interior, el abrazo de piedra arenisca.

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De no tener ningún jardín a tener dos

Esta casa en el Pla de Mallorca, después de la intervención que ha hecho el equipo de BUC Arquitectura tanto en la antigua portaza como en la planta primera de la vivienda, ha pasado de apenas tener espacio para el disfrute del exterior a tener lo que pueden considerarse dos pequeños pero hermosos jardines. El de abajo, al redescubrir el patio y hacer una balsa de dimensiones reducidas, es un jardín que se dibuja con diferentes pateras situadas tanto en puntos estratégicos del perímetro como del recorrido que despega para dar entrada hacia la casa. Arriba, la primera planta también ha ganado una terraza y, sobre todo, un jardín de carrizo y otras plantas de secano que se sitúan en la cubierta del nuevo taller de pintura, una cubierta que ahora es ajardinada, dando vida a las estancias superiores.