De Cataluña al mundo: los grupos internacionales exportan los castells más allá de las fronteras
Una decena de grupos internacionales mantienen viva la tradición castellera sobreponiéndose a grandes dificultades
Sostener un grupo casteller con un grosor comprometido en algunos lugares de Cataluña a menudo no es fácil. Echarlo de nuestras fronteras es, evidentemente, mucho más complicado. De todas formas, una decena de grupos internacionales mantienen viva la tradición castellera en Londres, París, Berlín o Copenhague e incluso no hay en otros continentes como Montreal (Quebec) y Sydney (Australia).
Tras el estremecimiento de la pandemia, muchos grupos han vuelto a repuntar. "Tenemos otra vez la ilusión de que se había perdido", comenta Marta Cardús, de los Castellers de Londres.
La mayoría de los miembros de estas colles son catalanes que viven en el exterior, aunque realizan esfuerzos para atraer a población local. "Ha habido gente que decía que lo ha visto algo peligroso", expone Maria Puig, de los Castellers de Copenhague. En este aspecto es especialmente difícil encontrar niños ya menudo deben completar los pomos de arriba con juventud. Una mayor dificultad es la rotación de gente. Puig detalla que "si tienes muchos estudiantes de Erasmus que se marchan, cada año tienes que buscar gente nueva y no hay continuidad".
Si hacer castillos por Europa ya supone una dificultad, en las antípodas todavía es mucho más complicado. Los Castellers de Sydney se fundaron en el 2016 y han llegado a realizar una actuación con tres castillos de seis. Los australianos también tienen bastante movimiento de castellers, especialmente de gente que viaja por todo el mundo y trabaja. "Es difícil tener un grupo consistente porque tenemos mucha gente que viene medio año y después se va", explica Ignasi Querol, miembro del grupo.
La supervivencia económica
Una de las principales diferencias de estas colles es que no forman parte de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya. Así pues, los mismos grupos deben cubrir los seguros y la contratación de ambulancias para actuaciones, lo que supone un gran gasto. Últimamente, se han mantenido nuevas conversaciones para poder entrar en la entidad, aunque el seguro seguiría quedando al margen.
Esto ha llevado a algunos grupos a implantar sistemas de cuotas de los castellers para la sostenibilidad económica. Los londinenses, por ejemplo, realizan una aportación voluntaria individual a cada ensayo de 3,60 libras a cambio de merienda. Los australianos, en cambio, ensayan en un parque por el gran gasto que supone alquilar un local.
En los últimos años, el grupo británico creó el Desenfaja't, una competición deportiva de grupos catalanes y de todo el mundo para ayudar a las internacionales, que representó una gran aportación. "Vino de la necesidad de no tener ningún tipo de apoyo", reafirma Cardús.
Recientemente, los Castellers de Londres han recibido un gran empuje porque la Generalitat los ha reconocido como comunidad catalana en el exterior. Esto les comportará unos ingresos importantes para poder subsistir.
El Día Internacional, el gran marco
La actuación más esperada por todas estas colles es la Diada Internacional, que se celebra en Tarragona cada dos años en el marco del Concurso de Castells con la participación habitual de las colles de Andorra, Londres, París, Copenhague y Madrid. "Es el día que la gente toma la esencia de lo que es hacer castells", afirma Cardús.
De cara a este año, el día se debe acabar de concretar. Tal y como ya ocurrió en la última edición, existe el requisito de hacer castillos de seis que a veces los grupos tienen dificultades para afrontar. Asimismo, el horario también podría cambiar, por no solaparse con la jornada de la tarde en el Tarraco Arena.
Fuera del marco del concurso, las colles también han organizado actuaciones conjuntas. "Nos ayudamos unos a otros, al final sabemos que todos estamos en el mismo saco", concluye Cardús.