Epic fails

El escándalo de Gowex, la ‘start-up’ española que ofrecía wifi gratis

Su fundador, Jenaro García, admitió que había falseado las cuentas y se enfrentará a un juicio el próximo año

El 6 de julio de 2014, un domingo, Jenaro García entró en Twitter y publicó un tuit insólito: “Pido perdón a todo el mundo. Lo siento de todo corazón”. Horas antes había dimitido de los cargos de presidente y de consejero delegado de Gowex, la exitosa empresa que él mismo había fundado hacía quince años. La compañía había rozado la gloria firmando un montón de contratos con administraciones públicas de todo el mundo para instalar zonas gratuitas de conexión wifi en espacios públicos. Con sede en Madrid, Gowex era para mucha gente un ejemplo de cómo convertir una pequeña empresa en todo un coloso. “Era vista como un caso de éxito a escala mundial de una start-up tecnológica española”, recuerda Susana Domingo, profesora de estrategia y emprendimiento de la Barcelona School of Management de la UPF. En sus vitrinas figuraban un montón de premios y su reputación se había disparado: si en 2010 se había estrenado en el mercado alternativo bursátil con una capitalización de 36 millones de euros, cuatro años más tarde se había revalorizado un 2.700%. Pero ese verano de 2014 todo se esfumó.

El tuit era el desenlace de una semana catastrófica para Gowex. El lunes, la firma norteamericana de análisis financiero Gotham City Resarch había publicado un informe que ponía contra las cuerdas a la empresa española. Era demoledor. En 93 páginas, apuntaba que el 90% de los ingresos de Gowex eran falsos; que el valor de las acciones era de 0 euros; que de los 100.000 puntos wifi que decía que había instalado, solo había 5.000, y que contratos con ciudades como San Francisco podían no haberse firmado nunca. También explicaba que la empresa que auditaba las cuentas era un pequeño despacho de Madrid, situado en “una habitación de tan solo 8 por 10 metros”, con “ordenadores muy antiguos” y con una simple cuenta de Gmail como correo electrónico.

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Jenaro García reaccionó diciendo que el informe estaba lleno de mentiras. Pero no frenó la caída libre de la compañía en el mercado bursátil. Ese lunes negro, las acciones se desplomaron un 46%. Al día siguiente la sangría continuó. A pesar de asegurar que las cuentas de 2013 eran reales y explicar que mantenían conversaciones con auditorías de renombre para mejorar la transparencia, la empresa perdió cerca de 870 millones de euros en la bolsa. El 6 de julio, el consejo de administración de Gowex emitía un comunicado sorpresivo: “Ayer, a las 4 de la tarde, en la sede social de la sociedad, el señor García, consejero delegado y presidente, manifestó ante los consejeros que las cuentas de la sociedad de como mínimo los últimos cuatro años no reflejaban una imagen fiel, y se atribuyó su falsedad”.

El 9 de julio los afectados llevaron el caso a los tribunales. Un año más tarde, la empresa presentó concurso voluntario de acreedores. Al cabo de tres años, en una extensa entrevista a VozPópuli, García admitía haber empezado a “falsear las cuentas en 2009, para conseguir un crédito”, y se mostraba dispuesto a entrar en la prisión. El juicio ya tiene fecha fijada: el 13 de junio de 2022 en la Audiencia Nacional.