Las especies invasoras han provocado la extinción de 1200 formas de vida
La acción humana ha introducido 37.000 especies en otros hábitats, según un nuevo estudio científico de la ONU
BarcelonaEstamos en medio de la sexta gran extinción de especies y cada vez hay menos duda de que está siendo totalmente provocada por el ser humano. A la crisis climática desatada por la quema de combustibles fósiles se añade la deforestación (o cambio de uso de la tierra, en términos científicos), la sobreexplotación de los ecosistemas y la contaminación, pero todavía existe un quinto factor que ha resultado mucho más perjudicial de lo que pensábamos: las especies invasoras. Un nuevo estudio del organismo de científicos sobre biodiversidad de la ONU, IPBES, concluye que las especies invasoras fueron uno de los factores clave en el 60% de las extinciones de especies que se han producido hasta ahora, y fueron el único factor que provocó el 16% de las extinciones.
El informe ha sido elaborado por 86 científicos de 49 países durante cuatro años, desde que en 2019 recibieron el encargo de la ONU de estudiar detalladamente la implicación de la invasión de especies en la pérdida de biodiversidad. Según este análisis, las actividades humanas han provocado que hasta 37.000 especies de animales y plantas se introduzcan en hábitats de los que no son autóctonos. Cada año se introducen, de hecho, 200 nuevas especies exóticas. De estas especies exóticas se consideran "invasoras" sólo las que se han extendido en estos hábitats de una forma perjudicial para la fauna y flora que sustentan el ecosistema local: estas son 3.500 especies.
"Las especies exóticas invasoras han sido un factor importante en el 60% y el único motor en el 16% de las extinciones mundiales de animales y plantas registradas, y al menos 218 especies exóticas invasoras han sido responsables de más de 1.200 extinciones locales. De hecho, el 85% de los impactos de las invasiones biológicas sobre las especies autóctonas son negativos”, explica uno de los líderes del informe, profesor Aníbal Pauchard, del Instituto de Ecología y Biodiversidad de Chile. Aunque muchas de las especies fueron introducidas de forma deliberada por el hombre para conseguir un supuesto beneficio o utilidad, ya sea económico, social o incluso medioambiental, a menudo se han acabado convirtiendo en invasoras.
Algunos ejemplos de estas especies invasoras nocivas son los castores estadounidenses que se introdujeron en el sur de Argentina y que están generando enormes daños al ecosistema de los bosques subantárticos, o las ostras del Pacífico cultivadas en aguas del norte-oeste europeo, donde la emergencia climática está ayudando a su expansión.
Según el nuevo informe científico, el coste económico global de todas estas especies foráneas invasoras superaba los 423.000 millones de dólares anuales en 2019. Estos perjuicios económicos, de hecho, se han cuadriplicado cada década desde 1970. Desde ese año se han introducido cerca del 40% de las 37.000 especies registradas en hábitats que no son el propio. Según el Índice Planeta Vive 2022 del Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), publicado el año pasado, en en estos últimos 50 años la vida salvaje se ha reducido un 69%. Lo mismo IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre la Diversidad Biológica y los Servicios a los Ecosistemas) publicó otro informe en 2021 cuantificando en más de un millón las especies de animales y plantas en riesgo de extinción.
Con raíces globales pero impactos locales
Sin embargo, no todas las especies exóticas se convierten en invasoras. Según el nuevo estudio, sólo el 6% de las plantas exóticas son invasoras, pero en lo que se refiere a los animales invertebrados esta cifra asciende al 22% de las especies que se introducen en hábitats que no son el suyo. Asimismo, el 14% de los animales vertebrados exóticos y el 11% de los microbios exóticos se convierten en invasores, es decir, conllevan graves riesgos para la naturaleza y para las personas.
Estos perjuicios son especialmente nocivos para las personas que dependen más directamente de la naturaleza, como es el caso de las comunidades indígenas. Según el informe, se registraron más de 2.300 especies invasoras de plantas y animales en territorios indígenas, lo que "amenaza su calidad de vida e incluso sus identidades culturales".
Los científicos calculan que el 80% de los impactos de las especies invasoras son nocivos para la naturaleza, porque reducen el suministro alimentario de otras especies. Además, el 85% de los impactos documentados de estas especies afectan negativamente a la calidad de vida de las personas: algunos ejemplos son la extensión de enfermedades como la malaria, el Zika o la fiebre del Nilo a causa de mosquitos invasores.
"Sería un error extremadamente costoso considerar las invasiones biológicas como un problema que no nos afecta", ya que sufre una afectación local, dice Pauchard. "Son riesgos y retos con raíces globales pero impactos muy locales, que afectan a personas de todos los países, de todos los orígenes y de todas las comunidades, incluso la Antártida se está viendo afectada". América es el continente más afectado por este problema, con un 34% de los impactos negativos de las especies invasoras, frente al 31% registrado en Europa, el 25% en Asia y el 7% en África.