¿Y si esperamos a los 16 años para comprar el primer 'smartphone'?
Barcelona¿Podemos normalizar que la violencia sexual entre los jóvenes haya aumentado tanto? ¿Como progenitores están intentando evitar regalar un móvil a su hijo pero sienten una presión social enorme? ¿Sabían que más de un tercio de los adolescentes confirman que pasan más de 5 horas diarias conectados a su smartphone ?
Vivimos un momento de cambio. Los adelantos tecnológicos han dejado de ser, en parte, una herramienta pasiva para convertirse en una realidad seductora. Los protagonistas del crecimiento de las redes sociales son los developers de la primera tecnología de nuestra historia que está diseñada para modificar nuestro comportamiento. Se conoce como tecnología persuasiva. El uso sencillo de un gesto con el dedo actualiza de forma constante el contenido manteniendo nuestra atención a las pantallas con el objetivo de crearnos un hábito inconsciente. ¿Cuántos de ustedes miran el aparato para consumir cualquier contenido que pueda aparecer? Es un sistema parecido a las tragaperras: accionamos la palanca para ver si nos genera una experiencia positiva. El objetivo final es tenernos enganchados y generar mucha actividad digital porque cuanto mayor número de horas, más datos que perfeccionan nuestro perfil digital, datos que, a la vez, ayudarán a aumentar el rendimiento económico de lo que somos para estas empresas: un producto.
Cuando en 2009 las redes sociales entraron en la telefonía móvil, no teníamos datos ni experiencia sobre cuáles eran los efectos de su uso intensivo y a cualquier edad. Ahora, como pasa con las vacunas o los medicamentos, el tiempo nos aporta un conocimiento superior en el cual no nos podemos mantener neutrales.
Personas potencialmente irresponsables
Las enfermedades mentales han crecido exponencialmente en las aulas y la solución no puede ser, solo, curativa. ¿Cuántas veces han sentido a un facultativo afirmar que la medicina más efectiva es la preventiva? El profesorado tenemos problemas serios para hacer entender quién ejerce la autoridad. El apoderamiento prematuro, fruto de la libertad total que tienen los (pre)adolescentes de consumir aquello que quieran sin tener que consensuar con los de casa qué entretenimiento audiovisual toca ver (y compartir), convierte a los jóvenes en personas potencialmente irresponsables que carecen de figuras cercanas que reconozcan como autoridad. Ceder a las pantallas el protagonismo del entretenimiento porque las familias están cansadas crea futuros ciudadanos que están convencidos de que en la vida todo se puede conseguir de forma rápida y fácil –quiero sexo individual, busco pornografía; quiero tener sexo con alguien, me descargo AdoptaUnTío; quiero conocer a alguien pero no tengo ganas de arreglarme, abro un perfil en Tinder; quiero cenar japo, pido un Glovo–. Todos aquellos que siguen leyendo este artículo, estarán de acuerdo conmigo que en la vida ni todo es fácil ni, aún menos, rápido. ¿Entienden ahora por qué hay tanta frustración juvenil?
La propuesta que planteo está basada en la técnica de la marcha atrás. Igual que con el tabaco se decidió restringir los espacios de fumadores o poner un límite de edad, no podemos confiarlo todo a la educación en el ámbito familiar y escolar. Como sociedad estamos obligados a tomar buenas decisiones admitiendo que, a veces, nos equivocamos. ¿Verdad que que no le darían acceso a un casino a un menor de edad confiando en que los valores lo lleven a no jugarse la paga semanal? Ahora, toca poner un límite de edad en la posesión de un smartphone . ¿Qué les parece, 16 años?Podemos ofrecerles la oportunidad de disfrutar de las ventajas de una tecnología más sencilla (y segura) que sirva como una herramienta de verdad (para los más jóvenes) como es el dispositivo móvil sin internet. Quien les escribe no niega que la tecnología tiene grandes aportaciones que seguir haciendo a la humanidad, pero recuerden que estamos hablando de menores y que ellos tienen el derecho a ser libres cuando hayan superado la primera etapa de la maduración.