Tribunales

El fiscal concluye que el asesinato de la niña Yaiza es un caso de violencia vicaria

La madre niega que matara a la hija para hacer daño al padre a pesar del contenido de las cartas de suicidio

Barcelona"Aquí no sólo hay un asesinato, sino también un maltrato psicológico al padre. La finalidad era hacerle el mayor daño posible. Hay madres que asesinan a sus hijos por hacer daño al padre, y es violencia vicaria". Ésta es la principal conclusión del fiscal del caso delasesinato de Yaiza, la niña de cuatro años que murió a manos de su madre, Cristina Rivas, el 31 de mayo del 2021. Su muerte no aparece en ningún registro oficial de violencia familiar ni vicaria, pero su caso lo cambió todo. Rivas se ha sentado desde el pasado lunes en el banquillo de los acusados ​​de la Audiencia de Barcelona enfrentándose a una condena de prisión permanente revisable y ahora todo está en manos del jurado popular. "La maldad no tiene sexo", avisó la abogada de la acusación particular, que representa al padre de la criatura.

Rivas confesó ante las enfermeras que le atendieron tras intentarse suicidar que había puesto fin a la vida de su hija de cuatro años drogándola para después rematarla asfixiándola. También lo confesó durante la instrucción judicial y lo ha vuelto a realizar este miércoles, durante la última sesión del juicio. ¿Por qué mató a su hija? "Pensaba que la perdería", afirmó la acusada, que se limitó a responder a las preguntas de su defensa. Durante su declaración se presentó como una víctima que se sentía "sola" porque estaba "perdiendo el rol de madre" tras el divorcio con el padre de la criatura.

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"Desde que nació pasé a un segundo plano", aseguró Rivas, que calificó al padre de "posesivo" y afirmó que no quería que la hija estuviera con la familia materna. Pero unas actitudes que han desmentido a todos los miembros de la familia que han declarado. "Nunca me prohibió nada", dijo la abuela materna de Yaiza sobre el rol de papá. Rivas ha afirmado sentir "rabia" de su expareja, sobre todo a partir del momento en que inició una relación con otra mujer. Dejó escrito en las cartas de suicidio que su padre era el "culpable" de todo. "Quiero que sufra", era una de las frases que escribió. Sin embargo, este miércoles, cuando sus abogadas le preguntaron si mató a Yaiza para hacer daño a su padre, respondió que "no". Sin embargo, ni la Fiscalía ni la acusación particular se lo han creído y han pedido abrir una causa paralela para investigar el maltrato al padre.

Decisiones

Rivas ha descrito que drogó a su hija la noche del domingo 30 de mayo de 2021. Al día siguiente por la mañana, ha aceptado que la asfixió y después se tomó "unas 90 pastillas" para suicidarse. Antes de intentar quitarse la vida y con su hija ya muerta (no lo ha dicho este miércoles, pero sí en otras declaraciones), fue a pasear al perro, se dio de baja del párking por correo, y llamó a la escuela para decir que no iría su hija y en el trabajo para decir que no iría ella, entre otras acciones.

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La acusada se mostró arrepentida, aunque los psicólogos que la trataron a lo largo del 2022 este martes afirmaron que entonces no lo estaba. Sólo estaba arrepentida, dijeron, de no haberse conseguido suicidarse. Lo mismo dijeron las enfermeras que le atendieron, o los Mossos que la investigaron. "Hoy, tres años después, sí lo ha hecho", avisó el fiscal. "¿Debemos esperar el día de hoy, que se está jugando una cárcel, para que haya arrepentimiento? No hay arrepentimiento porque quería hacerlo", ha concluido el representante del ministerio público. Los psicólogos públicos también descartaron el trastorno mental que intenta situar la defensa de la acusada para tratar de rebajar la pena. De hecho, durante la declaración de Cristina Rivas en ningún momento se ha hecho referencia a su salud mental.

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La planificación

El fiscal y la acusación particular, que defiende al padre de la criatura, han asegurado que Rivas ha "mentido" en su declaración. Avisaron, por ejemplo, que explicó que decidió matar a la hija el viernes, dos días antes. En cambio, las acusaciones han insistido en que hay búsquedas suyas en internet de hasta dos meses antes del crimen sobre madres que matan a hijos o sobre cómo ahogar a una criatura. "¿Por qué lo hace si no quería matarla?", se preguntó el fiscal. La acusada también ha dicho que pidió trabajar (lo hacía en una clínica) en el almacén de medicamentos porque se quería "aislar". Sin embargo, sus compañeras de trabajo concretaron que aprovechó para robar los medicamentos con los que drogó a su hija y se intentó suicidar.

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La defensa de la acusada insistió, pese a la opinión contraria de los psicólogos públicos, que estaba "desconectada de la realidad". El objetivo es conseguir atenuantes para rebajar la pena. También piden, por ejemplo, por haber confesado y colaborado durante el procedimiento judicial. Al término de la sesión la acusada tomó la palabra y pidió "perdón".

Un antes y un después

La muerte de Yaiza, recordada con una mariposa de colores en el Parque de la Montañeta de Sant Boi de Llobregat , marcó un antes y un después en la tipificación de los casos de violencia familiar. La entonces consellera de Justícia, Lourdes Ciuró, admitió que este caso ocurrió "desapercibido" y pidió disculpas en nombre de la administración a la familia por haberles "abandonado" . Para que casos como el de Yaiza no caigan en el olvido, la Generalitat modificó el Código Civil y creó un registro de violencia familiar que está en marcha desde principios de este año. Sin embargo, Yaiza no forma parte porque el registro se puso en marcha con posterioridad a su cruel asesinato.