Flooz, la moneda virtual preferida por los gángsteres y los estafadores
La plataforma fue una de las precursoras del bitcoin hasta que se convirtió en una herramienta para el crimen
El currículo de Whoopi Goldberg es deslumbrante. La actriz y productora estadounidense subió por primera vez a un escenario a los 8 años y, desde entonces, no ha parado de acumular éxitos. En 1985 debutó en la pantalla grande con El color púrpura, de Steven Spielberg; al cabo de un tiempo apareció en la mítica serie Star Trek ; cinco años más tarde logró su primer Oscar con Ghost y presentó la gala de los premios en cuatro ocasiones.
Cuando se repasa su trayectoria, sin embargo, poca gente menciona su paso por el mundo publicitario. En 1999 Goldberg fue la protagonista de una gran campaña para dar a conocer a Flooz, una empresa puntcom que acababa de lanzar un nuevo servicio de moneda virtual. El funcionamiento era muy sencillo: el consumidor podía comprar monedas flooz por internet y utilizarlas para adquirir productos en establecimientos adheridos a la plataforma. Había de todo tipo. Desde tiendas de discos hasta librerías o negocios de venta de muebles. “Podríamos decir que flooz fue uno de los abuelos del actual bitcoin”, simplifica Xavier Ferràs, profesor de Esade experto en innovación. El invento duró poco.
A finales de los 90 Robert Levitan, un joven emprendedor que había hecho fortuna cofundando portales webs para el público femenino, puso en marcha Flooz. “La idea era buena: crear una moneda virtual para transaccionar en la red. Incluso podía parecer simpática a usuarios con cierto componente antisistema y que veían a Flooz como una alternativa que se escapaba del control de entidades bancarias y reguladores”, analiza Ferràs. Levitan convenció a inversores para que aportaran 35 millones de dólares; invirtió 8 en la gran campaña publicitaria y convenció a decenas de comercios online de adoptar la divisa. La empresa terminó el primer año habiendo vendido tres millones de dólares en flooz. En el 2000 la cifra había subido a los 25, según publicó el New York Times. "Es ideal para introducir nuevos compradores en el entorno digital, porque para pagar con flooz no es necesario introducir ninguna tarjeta de crédito", explicaba Russ Eisenman, director de marketing de TowerRecords.com, uno de los establecimientos adheridos a la plataforma.
El verano de 2001 Flooz dejó de operar. El FBI había alertado a la empresa de que grupos de mafiosos rusos estaban utilizando la plataforma para comprar moneda virtual con tarjetas de crédito robadas, en el marco de una red de blanqueo de capitales. Se habían comprado 300.000 dólares en flooz provenientes de tarjetas sustraídas. Ante esto, la empresa detuvo la moneda. Más tarde, el fundador explicó en una entrevista a The Industry Standard que la investigación había concluido que un 19% de todas las transacciones registradas en la plataforma habían sido fraudulentas.
“Escapar de los reguladores puede ser un gran atractivo para las monedas virtuales, pero también su principal amenaza -dice Ferràs-. Flooz era un sistema embrionario que rápidamente atrajo a gángsters y estafadores”, concluye. El 26 de agosto desapareció para siempre, pero hoy la moneda es considerada como uno de los precursores del bitcoin o del diem, la moneda de Facebook.