Historia

Así era Gerona a principios del s. XIX según los dibujos de un coronel de Napoleón

Salen a la luz once ilustraciones inéditas que el militar Otto von der Howen hizo durante la retirada de la Guerra de la Independencia

GeronaMilitares aficionados al dibujo que en la guerra se han llevado lápiz y papel, además de espada o fusil, ha habido varios a lo largo de la historia. Uno de ellos, el coronel de artillería Otto von der Howen, que sirvió al ejército napoleónico durante la Guerra de la Independencia, dibujó Girona cuando las tropas francesas establecieron el cuartel general en esta ciudad tras abandonar Barcelona, el 10 de enero de 1814. Los hombres de Napoleón habían emprendido la retirada una vez firmado el Tratado de Valençay, que ponía fin a la Guerra del Francés, y, ya depuestas las armas, Otto von der Howen aprovechó su estancia en Girona para hacer uso de los lápices y pinceles y poner de manifiesto su talento como dibujante y acuarelista.

Once dibujos inéditos de este coronel en los que se reconocen varios rincones y edificaciones de la ciudad de Girona fueron localizados por el arqueólogo de Vinaròs David López en diciembre del año pasado en la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, donde están depositados y digitalizados. Se trata de un "descubrimiento muy interesante, porque de imágenes de Girona de aquella época hay muy pocas y los dibujos de Otto von der Howen ayudan a conocer cómo se fueron construyendo el imaginario de la ciudad hasta a la aparición de la fotografía", explica David Iglésias, jefe de sección de documentación fotográfica y audiovisual del Ayuntamiento de Girona. El interés del descubrimiento se encuentra también en que hasta ahora se desconocía la existencia de estos dibujos. No figuran, por tanto, en el Archivo Municipal de Girona ni en el exhaustivo trabajo de investigación El grabado en Gerona. Las tierras gerundenses en 300 imágenes antiguas (1610-1915), del historiador Joan-Maria Bragulat.

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Una selección de los dibujos sobre Girona de Von der Howen se ha publicado recientemente en la Revista de Gerona, donde Blai Gasull, técnico de la Biblioteca Salvador Allende de Gerona, relata en un artículo detalles sobre el hallazgo de las imágenes y sobre el coronel del ejército napoleónico, personaje que le fascinó y sobre el que indagó. En su búsqueda localizó unas memorias que el soldado dejó escritas y que debían acompañar los dibujos que hizo en su estancia en Girona y en el resto de la Península durante la Guerra de la Independencia, más de un centenar en total . Gasull explica que son "unas memorias breves y bastante impersonales" donde el coronel de artillería dedica unas pocas rayas a Girona gracias a las que se pueden saber las fechas en las que estuvo en la ciudad.

Entre los dibujos localizados, hay varios donde la ciudad se reconoce de una manera clara, como los que muestran unas vistas del puente de Pedra o de la entrada a Girona por Pedret. Gasull explica que en esta imagen destaca la presencia de la capilla del Pilar, cercana al Hospital de Sant Llàtzer, que justamente los franceses destruyeron durante la guerra. A pesar de que los cambios que han experimentado con el paso de los años espacios y edificios como el convento de las Josefinas y su azotea, el portal de la muralla llamado de San Pedro o de San Daniel, o la plaza de Sant Domènec, también se identifican fácilmente en los dibujos de Otto von der Howen.

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Hay, por el contrario, algunos dibujos más difíciles de ubicar. En uno de ellos se adivina la torre de Suchet, que lleva el nombre del mariscal francés con el que Von der Howen llegó a Girona. La torre de Sant Joan, uno de los complementos defensivos del castillo de Montjuïc, podría ser la fortificación plasmada en otro de los dibujos, según Gasull, quien asegura que no se ha podido identificar con seguridad el dibujo de una masía, aunque su forma general y la fecha de 1552 que Von der Howen dibujó sobre la puerta sugieren que se podría tratar de la Pabordia, en el barrio de Palau, donde se sabe que durante la ocupación francesa se instaló un mando militar.

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Según se desprende de sus memorias, Von der Howen se marchó hacia Francia el 8 de marzo de 1814. Blai Gasull explica que una vez llegado al castillo de Bellaguarda, el soldado gira la vista y, según deja escrito en las memorias, mira la tierra que ha recorrido en los últimos años "deseando desde el fondo del corazón que las heridas de este desgraciado país cicatricen", que la Inquisición "quede abolida para siempre", que el clero "se mantenga fiel a la religión que profesa, pero que renuncie al fanatismo, a la avaricia ya la ambición", que los nobles "valoren más la nobleza del sentimiento que los títulos vacíos y las genealogías pomposas" y que las mujeres "añadan algunos talentos y más educación a los encantos con los que la naturaleza las ha dotado tan generosamente" y así "el pueblo español, añadiendo a todas las virtudes de las que está dotado, las luces, la industria y la tolerancia de las demás naciones civilizadas de Europa, ocupe el lugar más destacado entre ellas". Von der Howen nunca regresó a España.

El coronel había entrado por Irún en enero de 1811, cuando tenía 40 años, para servir al ejército napoleónico, según ha podido saber Gasull gracias a sus pesquisas. Nacido en Livonia, en la costa oriental del mar Báltico, su carrera militar había empezado hacía más de veinte años. Hijo de militar, se formó en San Petersburgo, en el ejército de Catalina II. Hizo la guerra contra los otomanos (1790) pero en el año 96 dimitió del ejército ruso y en 1799 se alistó en el ejército de la República Batava (república hermana de la Francia revolucionaria), en los Países Bajos. Con el ejército batao, Von der Howen luchó contra rusos e ingleses. Ya con el grado de coronel y dentro del ejército holandés integrado en el de Napoleón, en 1810 fue enviado a España.