Barça

Un grupo de niños saca al Barça del purgatorio (3-2)

Gavi, Jutglà y Nico, con un gol salvador, evitan una nueva decepción de un Barça con dos caras contra el Elche

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Fc Barcelona - Elche Cf

BarcelonaQué bonitos aquellos días de juventud en los que crees que todo es posible. Bendita juventud, siempre más valiente que los veteranos. El Barça de Xavi Hernàndez ahora mismo es el Barça de un grupo de jóvenes que han evitado una nueva trompada contra el Elche (3-2). Es el equipo liderado por una hornada de niños que ha entendido que tienen campo libre para correr, puesto que en el banquillo hay un técnico a quien no le tiembla la mano a la hora de confiar en ellos. Muchos jóvenes necesitan un mentor. Un padrino. Y Xavi parece dispuesto a interpretar este rol.

Los partidos del Barça, sin embargo, se han convertido en una cruel tortura. Cada vez que parece alzar el vuelo, el peso de los errores defensivos pesa demasiado, en los bolsillos. Tal como pasó en Pamplona, ni tan solo el magnífico partido de un grupo de jóvenes sirvió para evitar tener que sufrir mucho, para asegurar un triunfo que llegó gracias al carácter de Gavi y a la elegancia de Nico. Los jóvenes que intentan sacar de la oscuridad a este Barça atrapado entre el futuro y el pasado, entre los aciertos y los errores, entre una nueva generación con mucha hambre y unos jugadores más veteranos con mucho miedo.

Fue el partido de Gavi, uno de aquellos jóvenes con tanto carácter que los veteranos se lo miran con respeto, sorprendidos. Fue el gran día de Ferran Jutglà, el joven de Osona que el día que debutaba como titular en el Camp Nou, lo hacía con un gol. Y el día de Nico, capaz de encadenar dos partidos consecutivos marcando. Cuando el centrocampista gallego hizo el gol del triunfo, estaba rodeado por un montón de caras jóvenes.

Gavi, celebrando su primer gol con el Barça

Ya lo decía Xavi después del empate en Pamplona. La mejor noticia ahora mismo es disponer de esta hornada de jóvenes futbolistas que en vez de hacerse pequeños, se hacen grandes cuando les toca salir a a jugar. Su coraje, en un juego de espejos, pone bajo la lupa un puñado de veteranos que han sacado la bandera blanca, después de tantos años de decepciones. Justo el día en el que se recordaba el décimo aniversario del triunfo en el Mundial de clubes contra Santos, cuando el Barça convirtió el fútbol en un ballet provocando la admiración de medio planeta, el equipo casi pinchó contra un Elche que no había marcado un gol en el Camp Nou desde el año 1978. Y en tres minutos hizo dos. Poco queda, de aquel Barça tanto admirado de ahora hace 10 años. Solo Sergio Busquets sobre el césped, puesto que Piqué era baja, y un Xavi que ha pasado del césped al banquillo, dispuesto a que no le tiemble el pulso si tiene que dejar fuera del equipo a aquellos jugadores con sueldos más altos. Contra el Elche de Francisco, Xavi unió su destino con Ferran Jutglà, haciéndolo debutar como titular. Y en pocos minutos, el ex jugador del Espanyol ya había marcado dos goles. Uno en fuera de juego y el segundo, de cabeza, muy legal. Descarado y con cara de travieso, Jutglà dio a Xavi las respuestas que Luuk De Jong no puede ofrecer. En tierras saudíes ya había marcado contra el Boca Juniors. Y ahora, yo hacía en Primera, desmarcándose una y otra vez, incansable.

Con Dembélé y Abde abriendo el campo, Xavi hizo jugar a Jordi Alba más de interior, por dentro, en una solución táctica que sorprendió un rival blando en defensa. Y el Barça lo aprovechó gracias a unos jóvenes que no tienen paciencia. Lo quieren todo y lo quieren ahora. Antes del descanso Gavi se estrenaba como goleador con una jugada donde movió la cintura como Iniesta, burlando la defensa ilicitana en una preciosa jugada individual. Siempre revolucionado cuando persigue la pelota, el joven andaluz encontró la pausa para conseguir que su primer gol en Primera fuera una obra de arte. El gol animó todavía más a Gavi, quién se pasó el partido buscando marcar con chutes cada vez más difíciles. Y siempre se quedaba a un palmo de la gloria. Su hambre no se sacia nunca. 

Tres minutos trágicos

Pero en la segunda parte, Francisco acertó con los cambios y el Barça se rasgó. Tete Morente y el leridano Pere Milla, que traían pocos minutos al campo, aprovecharon los errores defensivos del Barça para batir a un Ter Stegen incapaz de hacer paradas salvadoras. Todo el trabajo hecho en 60 minutos parecía no haber servido para nada, con Dembélé inconstante y Frenkie de Jong perdido.

Pero Gavi no había dicho la última palabra. Incansable, entró dentro del área en la jugada en la que ofreció a su compañero de aventuras, Nico, la pelota de la redención colectiva. La pelota del gol que evitaba una nueva quebradiza. El gol que pone un poco de luz ahora que todo cuesta tanto. El gol de un triunfo que saca del purgatorio a un Barça que todavía carga la cruz de los pecados de los últimos años. Queda trabajo por hacer. Pero este grupo de jóvenes no parece tener miedo, ante el reto. Y mira que es un reto mayúsculo.

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