Josep Punga: el candidato del ANC que hace frente a Lluís Llach
Hijo de padres de la tribu de los bakongo, se afilió a CDC con 18 años y dejó Junts en el 2022 porque el partido se alejaba de la unilateralidad
BarcelonaEn su camino hacia la presidencia del ANC, Lluís Llach, la apuesta del sector crítico por pasar página en la lista cívica, se ha encontrado un rival inesperado que ha llevado a la entidad al bloqueo. No es Josep Costa ni Uriel Bertran o algún otro miembro de la dirección. Es Josep Punga, un joven economista de 27 años que ha hecho bandera de la regeneración para hacer frente a los reformistas que quieren rehacer puentes con todos los actores independentistas alejándose de posiciones maximalistas. ¿Pero quién es Josep Punga? Este director de negocios internacionales en el Banc Sabadell, que se dedica a ayudar a empresas catalanas a buscar mercados en el exterior, es hijo de padre exiliado de Angola y madre congoleña. Sus orígenes familiares explican que sea independentista desde el uso de la razón. Pese a ser de estados diferentes, su padre y su madre son de la misma tribu, los bakongo, y ambos saben muy bien que nación y estado no siempre quieren decir lo mismo porque su pueblo quedó repartido en tres países cuando los europeos se dividieron África.
"Hay un hilo rojo de resistencia que une la lucha de los bakongo y la de los catalanes porque existe la misma pulsión de los estados de querer homogeneizarte y la única manera de vivir dignamente es tener un estado propio", remarca en conversación con el ARA Punga, que desde pequeño vio pasar por casa a opositores angoleños porque su padre fundó una asociación de exiliados. Primero en Cornellà de Llobregat, donde vivió pocos meses después de nacer, y después en Montcada i Reixac, donde vive. Es en Montcada donde comienza su militancia política afiliándose a CDC con 18 años porque era el partido que consideraba más afín. "Pude votar aún a Convergència por primera y última vez en las municipales del 2015 porque soy del mes de mayo y ya era mayor de edad", dice.
En el 2022 dejó Junts (donde fue de número 4 en las municipales del 2019) porque se alejaba de la unilateralidad, la única vía que ve posible para conseguir la independencia. "No me sentía cómodo y me fui ese año a la Asamblea, que defiende mis postulados". Y cuando se convocaron elecciones para elegir una nueva dirección, dio el paso de presentarse como secretario. Lo hizo por el blog joven y fue el candidato más votado. La pasada semana, pocos días antes del pleno de constitución del nuevo secretariado, decidió presentar batalla por la presidencia. "Durante la campaña reclamé regeneración, nuevas caras, y la propuesta de Llach no encaja con lo que defiendo, es necesario reactivar y rejuvenecer la Asamblea para salir del desencanto", señala Punga, que alerta de los vínculos de Llach con Junts. "Le preguntamos si es coherente reclamar unidad y pedir el voto por Junts y no contestó, las dudas están ahí".
Deja claro que la lista cívica es "un debate cerrado por ahora" y que el punto de no entendida con el sector reformista es cómo llegar a la independencia. "Necesitamos a todo el mundo y hace falta unidad, pero también firmeza para no perder el tiempo, una unidad efectiva de confrontación y unilateralidad, no por el traspaso de Cercanías, el pacto fiscal o una independencia pactada". Tras admitir que tiene "intereses comunes" con el sector oficialista que abanderan Elisenda Paluzie y Dolors Feliu, Punga no descarta volver a presentar candidatura a la presidencia de la Asamblea: "La retiré confiando en que Llach saliera del inmovilismo, pero no lo hizo, cuando hay dos visiones en la ANC y ninguna logró la confianza calificada". Asegura que el debate no es por los cargos, aunque se propuso que él fuera vicepresidente y el sector de Llach lo rehusó. "Hay que hacer visibles las distintas sensibilidades y si exigimos regeneración a los partidos, nosotros debemos ejercerlo para ser coherentes", concluye.