Manufacturas Gassol: la fábrica suspendida en el tiempo que transformó la vida en Salt
La planta más grande es actualmente del Ayuntamiento y la pequeña de la familia
SaltoLa villa de Salt es conocida hoy en día por muchas razones, sobre todo estigmas vinculados a la pobreza y la inmigración. Tiene tristemente el barrio con el nivel socioeconómico más bajo de Cataluña y más de uno tercio de sus habitantes no tienen derecho a voto. Una realidad socioeconómica muy diferente de la primera mitad del siglo XIX, cuando era un pueblecito que vivía sobre todo de sus huertas junto al Ter. La revolución industrial de entonces lo cambió todo: los empresarios se sintieron atraídos enseguida por la fuerza del agua del río y el potencial de la acequia Monar, hoy en día casi tocada de muerte por la sequía.
Fue así como en 1846 el empresario banyolí Pere Ramió fundó la primera fábrica textil en el núcleo de Salt, la que años después se acabaría convirtiendo en el coloso que, aún hoy en día, domina parte del final del barrio viejo de la villa. Hablamos de lo que se conoce como la fábrica Gassol. Son 55.000 metros cuadrados que el Ayuntamiento de Salt compró en el 2021 en un estado bastante ruinoso, después de años de robos y pillajes. Está situada junto a la Gassol Monar, la fábrica todavía en activo al otro lado de la acequia que se inauguró en 1960 y que todavía es propiedad de la familia. Es donde se instalará la escuela Qstura y la Fundació Sílvia Castelló, que busca revitalizar el sector del textil en Salt y crear un nuevo hub catalán en torno a la moda.
Josep Fita fue director de la Gassol durante medio siglo. Su historia explica también la transformación social asociada a la fábrica. También la del auge y caída del sector textil. Hijo de campesinos, entró a trabajar en los años 60. Con sólo 16 años, barría y cargaba camiones. Entonces trabajaban en la Gassol de Salt más de mil personas. Las mujeres dejaban a sus hijos en la guardería Virgen de la Merced y una década después los trabajadores podrían comprar a precio de coste los pisos que todavía están junto a la fábrica que ha adquirido el Ayuntamiento. Fina fue escalando: pasó a hacer de mecánico (mientras estudiaba los fines de semana), de jefe de personal y finalmente fue director. Como tal, en 1992 le tocó responder al incendio que arrasó por completo la nave de hilaturas en la que se hacían medias en la salida sur de la AP-7.
“El incendio fue un seis de diciembre. Se quemaron 12.000 metros cuadrados de golpe. Y en 15 días, ya volvíamos a funcionar en la Gassol-Monar”, explica Fita. Fue así como dentro de las instalaciones se pusieron más de 300 telares. Ahora, ese espacio es un almacén donde irán las aulas de Qstura y sólo hay 13 trabajadores. Núria Quer, actual directora de esta planta, y Fina fundaron en 2005 Filatura Salt para continuar con la tradición textil tras el cierre del negocio por parte de la familia Gassol en la principal fábrica, donde el empresario banyolí había creado en el siglo XIX la primera hilatura. “Trabajamos hasta el 2014, durante nueve años, pero era insostenible: "En seis meses nos entraron a robar 52 veces para cortar el cobre –relata Fita–. Presenté sólo 13 denuncias porque acababa perdiendo el tiempo”. ~BK_SALTO_LINEA ~
Equipamientos culturales
Mientras que el Ayuntamiento de Salt sigue sopesando lo que hace con las grandes instalaciones de la Gassol, compradas por 5,5 millones de euros, lo que sí se ha consolidado con los años es el gran proyecto de rehabilitación desde hace 20 años de la gran otra fábrica del municipio: la Coma Cros, situada en el Veïnat. Hoy en día es una gran factoría cultural que alberga una biblioteca, El Canal, el ERAM, la Escuela de Música Moderna, la UOC, el Ateneo Popular y el Museo del Agua de Salt, entre otros.