Homenotes y danzas

El menestral de Reus que fundó una petrolera

Evarist Fàbregas (1868-1938) hizo fortuna con la construcción de barcos e impulsó el Banc de Catalunya

Durante la primavera de 2021 dedicamos una entrega de esta serie a hablar de un empresario fundamental del país, Eduard Recasens Mercadé, fundador del Banc de Catalunya y persona clave en otras empresas importantes, como las petroleras Campsa y Cepsa. Pero hablar de Recasens y no hacerlo de su compañero de aventuras en muchos de estos negocios sería un olvido inexcusable. Por tanto, hoy hablaremos de Evarist Fàbregas, otro reusense universal.

Los orígenes de Fàbregas hay que encontrarlos muy lejos de las grandes empresas que años después acabaría dirigiendo, porque sus padres eran menestrales con una pequeña explotación textil en la que él tuvo sus primeras experiencias profesionales. Aunque no cursó enseñanza reglada, sí se preocupó de acumular conocimientos que le fueran útiles, como la contabilidad. Después de tomar experiencia trabajando para su tío, que era agente de aduanas, decidió ponerse por su cuenta como consignatario (1891). Con los recursos que esta actividad le proporcionó pudo extenderse a otros ámbitos, como el transporte y la obra pública, a través de la firma Folch y Fàbregas (1904), y la exportación de frutos secos y alcohol , mediante la Exportadora Agrícola Española. Poco después, en 1908, dio un salto importante en su actividad empresarial porque adquirió un vapor para poder realizar transporte marítimo. Fue el embrión de la naviera Fàbregas y Garcias que, como sucedió con todas las compañías de este sector, se reveló como un gran negocio durante la Primera Guerra Mundial. Pasado el conflicto bélico y reconstruidas las flotas europeas, las actividades de la naviera ya no eran tan lucrativas y acabó bajando la persiana en 1924. Una trayectoria similar a la de la familia Tayà, de quienes hablamos hace tiempo.

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En paralelo a la actividad empresarial, Fàbregas puso de manifiesto su vocación política militante en diferentes organizaciones de carácter catalanista y de izquierdas, como Fomento Nacionalista Republicano (1906), que tenía como órgano de comunicación el diario Fomento (1906-1936), fundado y financiado por el propio Fàbregas. Antes, a finales del siglo XIX, ya había militado en el espacio político catalanista mediante el Partido Federal y el Centro Republicano Democrático Federal.

Pero volvamos al territorio de los negocios, porque su gran ambición empresarial le llevó a reconstruir la firma consignataria que había creado años antes para darle una nueva dimensión, y así nació Transports, SA, una sociedad en la que repartió buena parte de las acciones a los trabajadores. Unos años antes, y después de pasar por la Caja de Pensiones, decidió crear una banca (1917) con su amigo Eduard Recasens, de quien hemos hablado desde el principio. Esta entidad sería el embrión de su gran proyecto vital, el Banco de Cataluña, un banco con el propósito de tomar el relevo del desaparecido Banco de Barcelona y liderar el mercado. Muy pronto, incluso antes de emplear la marca Banc de Catalunya, constituyeron un grupo empresarial en torno al banco mediante la inversión en empresas como la Exportadora Agrícola Española, la Industrial Algodonera, la Sociedad Española de Construcciones Eléctricas, la cementera Sanson, Construcciones y Ferrocarriles y el Banco de Crédito Industrial. También se vincularon a todo un enjambre de bancos catalanes de diversas localidades.

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Con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera y el afán monopolizador del general, se constituyó la Campsa (Compañía Arrendataria del Monopolio del Petróleo, SA), donde Fàbregas, junto con Recasens, tuvo mucho en ver, ya que el Banco de Cataluña fue uno de los miembros de pool ganador del concurso para gestionar la petrolera. Por encima de la participación del 5% que tenían los catalanes estaban Banco Hispano Americano, Banesto, Bilbao y Vizcaya. Más tarde, en 1929, discrepancias en la gestión llevaron al contingente catalán a fundar otra compañía, la Cepsa (Compañía Española de Petróleos, SA), por donde pasaría Evarist Fàbregas, junto con Recasens y Carceller (abuelo del actual propietario de la cervecera Damm).

Problemas con el gobierno republicano

Pero con la llegada de la República, las relaciones entre el Banco de Cataluña y el gobierno de Alcalá-Zamora no fueron especialmente buenas, hasta el punto de que por obra y gracia del ministro de Hacienda del momento, Indalecio Prieto, la República hizo retirar los depósitos que Campsa tenía en el banco catalán, hasta provocar su quiebra. La caída del banco fue el inicio del declive de Fàbregas tanto en el ámbito empresarial como en el político. Coincidiendo con el comienzo de la Guerra Civil se trasladó a vivir a una torre en el Paseo de la Bonanova de Barcelona, ​​donde murió en septiembre de 1938. Según el hermano de Eduard Recasens, Fàbregas era “un reusense típico, generoso, desbordante de humanidad. Hizo posible muchas empresas, llenó muchos afanes, ayudó a convertir muchos sueños en realidad”. Cabe añadir que a lo largo de su vida dejó una gran cantidad de obras de filantropía, sobre todo en su Reus natal.