El movimiento anti-Trump de las mujeres: sin matrimonio, sin hijos, sin sexo

La cadena estadounidense CNN ha informado esta semana de que la victoria de Trump en las elecciones ha hecho reavivar el interés en las redes sociales por el movimiento feminista 4B. El 4B nació en Corea del Sur en 2016 entre las mujeres heterosexuales. El nombre responde a las siglas de cuatro palabras coreanas: bihon, bichulsan, biyeonae y bisekseo, que se pueden traducir como "no al matrimonio", "no a tener hijos", "no a las citas" y "no a tener sexo" con hombres. Aunque el origen concreto de esta reacción colectiva es impreciso, uno de los detonantes que sirvieron de contexto a este movimiento fue el asesinato de una mujer cerca de una estación de metro de Seúl. El hombre que cometió el crimen afirmó que la mató porque sentía que las mujeres lo ignoraban. La atrocidad de la agresión provocó un punto álgido de reflexión en el país sobre el feminicidio, las pornovenganzas y los delitos sexuales digitales. Sin embargo, la situación de profunda desigualdad no ha cambiado mucho. En 2023, Corea del Sur se situó en la posición 105 de 155 países en el Índice Global de Brecha de Género, y, en cuanto a datos de la OCDE, tiene la tasa de empleo femenino más baja y una de las brechas salariales de género más altas. Las mujeres surcoreanas ganan, en promedio, un 35% menos que los hombres por trabajos equivalentes.

El movimiento 4B se entiende como un rechazo a la sociedad patriarcal y señala claramente la falta de solidaridad y conciencia de los hombres por la situación de subordinación que sufren las mujeres. Las feministas del movimiento 4B pasaron a considerar a los hombres sus enemigos por su indiferencia y conformidad ante las profundas desigualdades.

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Con la victoria en las urnas de Trump ha habido una indignación general debido a que muchos electores hayan preferido a un presidente que se ha jactado de sus abusos sexuales. Mister Grab'em by the pussy acumula demandas legales por agresiones, violencia sexual y comportamiento inadecuado en los últimos cuarenta años. Las estadísticas demuestran que estos antecedentes del presidente no son razón de peso a la hora de decidir quién debe gobernar el país, especialmente para los hombres. Las feministas han visto en el movimiento 4B una especie de espejo o inspiración. Más allá de protestar por la falta de conciencia masculina sobre las desigualdades de género, esta reacción significa también un rechazo hacia el rol tradicional que las derechas atribuyen a las mujeres. Ante el auge de las tradwives en las redes y este modelo de vida ultraconservador propio de los años 50 que pregonan muchas influencers en EE.UU., el 4B es una forma contundente de hacer explícita la aversión a estos planteamientos de vida machistas y caducos que la extrema derecha incentiva entre las mujeres. Trump, ahora, ofrece el caldo de cultivo perfecto para que todo se normalice.

La profesora de estudios de género de la Universidad de California Ju Hui Judy Han ha explicado a la CNN que ve difícil que el movimiento 4B se pueda consolidar como una tendencia dominante en EEUU y que más bien se disipará rápidamente sin provocar ningún tipo de cambio. El 4B parece una versión actualizada de Lisístrata, de Aristófanes, donde la protagonista convence a las mujeres griegas de hacer una huelga de sexo para forzar a los hombres a negociar la paz durante la guerra del Peloponeso. Al igual que en la comedia griega, que este movimiento haya asomado quizás solo nos debe servir para insistir en señalar a unos hombres que se alteran más ante la originalidad y el sentido del humor de las iniciativas feministas que ante los abusos de sus congéneres.