Empresas con propósito

Mundo incierto, nuevas prioridades enfocadas

Las empresas acentúan las políticas de responsabilidad social corporativa para hacer frente a los nuevos retos globales

BarcelonaEl mundo se encuentra ante un nuevo escenario económico, social y medioambiental mucho más complejo que plantea nuevos retos y tendencias, a la vez que abre nuevos debates y espacios de reflexión. El entorno actual y futuro nos está conduciendo hacia otro tipo de actitudes de las empresas hacia su actividad. Actualmente, las que sólo trabajan alineadas con un propósito puramente mercantil comienzan a quedar lejos de las expectativas de los grupos de interés y de los retos globales existentes en el ámbito de la sostenibilidad.

El término de responsabilidad social corporativa que empezó a difundirse en los años 70 básicamente en el ámbito empresarial ha tomado importancia en los últimos tiempos a raíz de la globalización. Las organizaciones cada vez son más conscientes del impacto que sus actividades y decisiones tienen en su entorno y entienden que ser socialmente responsable es necesario y beneficioso.

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"Hemos entrado en la era de las consecuencias y no hay ningún margen para postergar la acción climática y ecosocial. La ciencia no deja de advertir a la humanidad desde hace décadas", recuerda el científico Fernando Valladares, una de las voces autorizadas que llevan más tiempo reclamando un cambio del modelo productivo. Silvia Paneque, consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica y portavoz del Govern, dejó claro en unas jornadas sobre sostenibilidad y transición energética que el futuro económico y la competitividad dependen de las renovables y el agua.

Como respuesta a los retos que tiene la sociedad actual, las empresas con propósito se están multiplicando y la responsabilidad social corporativa se ha convertido en un palo de pajar de organizaciones muy diversas. Se trata de la responsabilidad que asume una organización frente a la sociedad por los impactos de su actividad. Algunos de los elementos de cambio que conducen las empresas hacia este modelo más responsable y sostenible son la influencia de los grupos de interés y la evolución y exigencia de la sociedad hacia las empresas, una necesidad de mayor transparencia, la protección de la marca y de la reputación y, sobre todo, la conciencia de la nueva realidad. Los casos de éxito de las empresas que ya han optado por un cambio de modelo se están convirtiendo en una inspiración para las que sólo se limitaban a cumplir con la legalidad, que poco a poco van reenfocando su mirada.

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Las empresas modernas comienzan a entender que el éxito de su organización no sólo debe medirse con indicadores económicos, y han ampliado la mirada para acercarse a las nuevas exigencias de unos consumidores cada vez más formados, críticos y exigentes . Además, las legislaciones van evolucionando por exigir estándares de producción más sostenibles.

En nuestro país, iniciativas como el Manifiesto por una Economía con Propósito, un llamamiento al mundo empresarial para avanzar en el desarrollo activo y comprometido de la responsabilidad de las empresas hacia la sociedad buscando un impacto económico, social y ambiental, u organismos como Respon. cat, que quiere implicar al sector empresarial en la responsabilidad social, han ganado peso. Además, el movimiento B Corp no deja de ganar adeptos mientras busca la forma de dar respuesta a los grandes desafíos globales con una economía más justa, más inclusiva y más regenerativa.

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Inductor del cambio

La Mesa de Entidades del Tercer Sector Social de Cataluña y Vector5, con el apoyo del Departamento de Derechos Sociales, han elaborado la Guía de responsabilidad social para las organizaciones del tercer sector social. Se trata de un documento pensado para entender lo que es la responsabilidad social, acompañar su aplicación y gestión en las entidades del tercer sector, observar las tendencias actuales y comprender los riesgos y oportunidades.

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Los impulsores de la guía destacan cinco razones para implantar la responsabilidad social corporativa. La primera es la coherencia organizativa, ya que impulsa a actuar de forma alineada con los principios y valores sociales de la organización y es un factor de atracción y retención de talento. La segunda es la mejora del impacto social, ya que aumenta la efectividad de las acciones de la organización y genera un mayor cambio social positivo. responsabilidad. Hacerlo implica comunicar de forma clara sobre las acciones de la organización y responsabilizarse de las consecuencias. La cuarta es la construcción de confianza La responsabilidad social corporativa refuerza la ética y la integridad de la organización. un valor diferencial que impacta en el entorno. La quinta es la sostenibilidad financiera, ya que mejora la reputación y el atractivo frente a instituciones y actores que buscan apoyar proyectos sociales.

Los especialistas perciben el riesgo de que las organizaciones sin ánimo de lucro queden atrapadas en el riesgo de encontrarse entre la observación de lo que hacen las empresas y el deseo de verse directamente favorecidas. La transparencia y la responsabilidad son cualidades centrales en un sector que se mueve desde la no lucratividad y con una orientación por lo general hacia el bien común.

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Las entidades no sólo no deben considerar la responsabilidad social como una carga sobrevenida, sino que debe ser un gran inductor del cambio. que se vincula íntimamente al fortalecimiento de la sociedad.

Una administración ágil

El papel de la administración en esta transformación empresarial es clave. La Lonja de Mar acogió hace unas semanas la presentación del Acuerdo de la Sociedad Civil por la Reforma de la Administración, una iniciativa liderada por el Foro de Entidades por Reforma de la Administración (FERA) que reunió al mundo económico y social catalán para lanzar un mensaje unitario sobre la necesaria y urgente transformación y modernización de las administraciones públicas.

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El acuerdo está suscrito por 300 organizaciones como cámaras de comercio, asociaciones empresariales, patronales, colegios profesionales y asociaciones del tercer sector. Preocupadas por la baja calidad de la administración pública catalana, recogida en múltiples estudios y rankings nacionales e internacionales, y su efecto sobre la competitividad de la economía, todas las entidades adheridas han fusionado sus voces para urgir al conjunto de las fuerzas políticas de Cataluña y las personas que ejercen las máximas responsabilidades en la gobernanza del país un compromiso político claro y con visión de país a medio y largo plazo para emprender una profunda reforma de la administración a la altura de los retos del siglo XXI.

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En este sentido, el mundo económico y social alerta de que el conjunto de la sociedad se ve directamente afectado por el entorno regulador y el funcionamiento del sector público, que gestiona el 50% del PIB. Si la administración pública no es capaz de gestionar este importante volumen de recursos con eficiencia y productividad, esto se convierte en un freno a la productividad ya la justicia social. Bajo estas bases, el acuerdo promovido por el FERA recoge una serie de demandas concretas para una administración moderna, competitiva, eficaz y participativa, reclamando un plan operativo con un calendario, un presupuesto, un órgano responsable de su ejecución y un grupo consultivo externo de evaluación y seguimiento para poder materializar con éxito la reforma del sector público.

Las demandas del acuerdo se dirigen al Parlamento de Cataluña, al Gobierno de la Generalidad, a las administraciones públicas ya todos los partidos políticos de Cataluña. "Las empresas se enfrentan a un entorno normativo y administrativo cada vez más complejo, más burocrático y más incierto, que desincentiva gravemente la inversión", opina Josep Santacreu, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona.