El Museo de Arte de Girona recupera del olvido la obra del artista Roser Bru
La exposición alberga un centenar de piezas de la reconocida pintora y grabadora catalana, emigrada a Chile durante la Guerra Civil Española
Roser Bru (1923-2021) ha sido una de las artistas más significativas del siglo XX, a pesar de ser una desconocida por el gran público en Cataluña. Nació en Barcelona y tuvo que exiliarse en Chile, su país de adopción. , donde la pintora y grabadora ha sido muy reconocida.Museo de Arte de Gironapresenta la exposición temática “Roser Bru. Superar la distancia”, en un gesto de reparación histórica de la memoria del artista, después de dos décadas desde la última muestra en su tierra natal. Se exhiben un centenar de obras, de las cuales cerca de ochenta proceden de Chile y una treintena provenientes de museos y colecciones privadas catalanas. La muestra puede visitarse hasta el 30 de marzo.
La pintora fue galardonada con elPremio Nacional de Artes Plásticasdel Gobierno de Chile, en 2015; con laMedalla de Oro al Mérito en Bellas Artes Españolas, en 2018, y con laCruz de Sant Jordide la Generalidad de Cataluña, en el 2020, un año antes de su muerte. Sin embargo, de Roser Bru hay poca obra en museos catalanes y españoles públicos. La directora del Museo de Arte de Girona, Carme Clusellas, reivindica esta ambiciosa exposición como una “oportunidad de superar distancias y olvidos, y de redescubrir a Roser Bru, su obra y su legado”.
Bruno llegó a Chile en 1939, con dieciséis años, a bordo del barcoWinnipeg, en un viaje de exilio organizado por el poeta Pablo Neruda, con quien después mantuvo una gran amistad, así como con otros exiliados catalanes, especialmente la escritora Montserrat Abelló. De hecho, a pesar de desarrollar toda su carrera artística en Chile, Bru siempre mantuvo vivas las raíces catalanas y los contactos con artistas y escritores catalanes.
Voz artística única
Su obra primera estuvo influenciada por las iconografías delrománico catalány también por el informalismo, sobre todo de la obra de Tàpies. Destacan en sus creaciones la pintura sobre distintos materiales y el grabado.
La exposición en el Museo de Arte de Girona permite profundizar en la vida y obra de una artista excepcional,“marcada por un gran compromiso social y por una mirada íntima y poética, a la vez que crítica y universal”, según la directora Carme Clusellas. La muestra se organiza en torno a tres grandes temáticas constantes en su obra: la figura de la mujer, la memoria democrática y los referentes humanistas.
La mujer: tótem y centro
En su obra, la mujer aparece como tótem, como diosa, como madre, pero también como herida abierta. El impacto de lasvírgenesdel románico catalán, con las que se reencontró en su primer viaje de regreso a Barcelona, en 1958, es evidente.
Estas figuras evolucionaron hacia una sensualidad cada vez más liberadora, ya en el contexto de un feminismo más desacomplejado. Si bien a partir del impacto del golpe de estado chileno de 1973 su trabajo viró hacia el aspecto político, Bruno siguió trabajando regularmente la representación de la mujer y las referencias a la feminidad.
La democracia herida
El fascismo irrumpe como una losa y la memoria de los horrores de laGuerra Civil Españolareaparece como una reminiscencia insoslayable. Según cómo, cuando habla de España, habla de Chile. Se establece un paralelismo claro y dialogante entre estas dos realidades vividas. Sus obras son claras denuncias contra los asesinatos y la represión de ambos regímenes.
Bruno se rebela contra la injusticia que sufre y comparte. Autobiografía. Políptico en cinco partes (2003) se convierte en un resumen de todos los hechos históricos vividos y de su propia vida.
La reparación humanista
En el tercer ámbito de la muestra, aparece la faceta más humanista del artista con obras de homenaje a sus referentes culturales, muchos de ellos marcados por un destino inexorable: Kafka, Anna Frank, Federico García Lorca, entre otros. Y sin embargo, son la única esperanza de redención. Como lo será para Bru América, la tierra que la acogió y se hizo suya.
Bruno murió con noventa y ocho años en el 2021. Justo el año pasado se conmemoró en Chile elcentenario de su nacimiento. La muestra en Girona ha sido cocomisariada por Àlex Mitrani e Inés Ortega-Márquez, con la colaboración de la Fundación Roser Bru en Chile, y ha recibido el apoyo del Gobierno chileno, a través del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y del Gobierno catalán, a través del Departamento de Cultura, entre otros.