Medio Ambiente

Los países productores frenan el acuerdo para un tratado contra los plásticos

La cumbre que debía aprobar este instrumento vinculante termina sin acuerdo y aplaza la negociación hasta el 2025

BarcelonaDespués de dos años y medio de negociaciones, y de una semana de cumbre de alto nivel en la ciudad de Busan (Corea del Sur), los gobiernos del mundo han sido incapaces de aprobar un tratado internacional vinculante para poner fin a la contaminación por plásticos. El gran escollo es, aún, la división entre los países que quieren que el acuerdo detenga la producción de plásticos desechables y los países (sobre todo los petroleros) que quieren que el tratado se ciña exclusivamente a los residuos plásticos pero no regule en absoluto la producción.

El encuentro, organizado por la ONU para acordar "un instrumento legalmente vinculante sobre polución por plásticos, incluida la del medio marino", acabó este domingo sin acuerdo y con la decisión de seguir negociando para tratar de aprobar el tratado durante el 2025. El presidente de la cumbre, el peruano Luis Vayas, hizo público un último borrador este viernes que debería servir de base para continuar la negociación en los próximos meses, sin embargo, todavía contiene infinidad de corchetes; es decir, hay opciones diversas para cada artículo, especialmente en los que intentan. definir qué "productos plásticos" regula este tratado. Esta carpeta es la que hablaría de la "producción" o el "abastecimiento" de plásticos y que parte de los gobiernos no quieren siquiera que aparezca en el tratado. los artículos que deberían definir también cómo se financia todo ello.

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En realidad el desacuerdo impera incluso en el artículo inicial sobre "el alcance" del tratado en sí, que en el último borrador publicado el domingo antes de cerrar la cumbre ya ni siquiera aparecía. Muchos estados pedían que deje claro que el tratado debe abarcar "todo el ciclo de vida de los plásticos" para proteger el medio ambiente, también el ecosistema marino, a donde van a parar cada año toneladas de residuos plásticos nocivos.

La cumbre acaba, sin embargo, con una declaración formal que reclama "ambición" en el futuro tratado y que está firmada por 85 países que apoyan que el futuro documento regule también la producción de plástico. Entre estos 85 están todos los gobiernos de la Unión Europea más Reino Unido, pero no hay estados clave como Estados Unidos o China. Durante toda la cumbre los estados petroleros han estado dificultando la negociación utilizando incluso tacticismos para retrasar los procedimientos de toma de decisiones, según explican varios medios presentes en la cumbre.

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El borrador final publicado por la presidencia de la cumbre impone como "objetivo" del tratado "proteger la salud humana y el medio ambiente de la contaminación por plásticos, incluido el medio marino", pero deja todavía entre corchetes , como una opción no segura, el añadido de "basado en un enfoque amplio que aborde todo el ciclo de vida de los plásticos". En versiones anteriores el objetivo estaba formulado de otra forma: "Acabar con la contaminación por plásticos para proteger la salud humana y el medio ambiente". No está claro aún cuándo se reanudarán las negociaciones ni dónde. Hay varias opciones sobre la mesa que van desde julio hasta agosto de 2025.

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"Negociaciones secuestradas por los petroestados"

"Estas negociaciones han sido secuestradas por las industrias del plástico y petroquímica y sus países alineados, que no tienen intención de abordar la contaminación por plásticos ni dejar que otros lo hagan. Ante este obstruccionismo, grandes grupos de países diversos lideran los llamamientos por un tratado ambicioso", denunciaba la jefa de la campaña de Océanos de la Agencia de Investigación Medioambiental, Christina Dixon. Se añadía también el representante del Centro para la Ley Internacional Medioambiental, David Azoulay, quien también denunció que la cumbre había sido "torpedeada por los petroestados y sus esfuerzos por bloquear" la negociación, pero se felicitó por el hecho de que "más de 100 países de todas las regiones" hayan expresado su "apoyo a un tratado que elimine los productos químicos tóxicos, controle la producción de plástico y ofrezca los mecanismos financieros y procedimentales necesarios para garantizar que se pueda implementar".

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Los países que se oponen a la inclusión de la producción de plástico en el tratado, que se unen en estas negociaciones bajo el concepto de like-minded [del mismo pensamiento], se quejaron durante el plenario de clausura por lo que consideran un esfuerzo por manejar el mandato de la Asamblea de la ONU por el Medio Ambiente más allá de lo que le corresponde y remarcaban que esto está "socavando la confianza y la inclusión" en la negociación.

Vista histórica en el Patio de La Haya por la justicia climática

El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya ha iniciado este lunes una vista histórica que durará dos semanas y que servirá para escuchar los argumentos de 100 países distintos sobre justicia climática. Se trata de debatir cuáles son las obligaciones legales de los gobiernos del mundo en la lucha contra la emergencia climática, y el objetivo es que el Tribunal de La Haya emita una "opinión" al respecto, que, pese a no ser vinculante, sí que tiene mucho peso político en el derecho internacional y podría determinar varios procesos judiciales abiertos en todo el mundo para reclamar una mayor ambición en la lucha contra el calentamiento global. Tras escuchar todos los argumentos a lo largo de estas dos semanas, el tribunal tiene previsto emitir su opinión en el 2025.

Una semana después del fracaso de la última cumbre de la ONU contra la crisis climática, la COP29 de Azerbaiyán, la vista del Tribunal de La Haya ha arrancado con el llamamiento del representante de Vanuatu, una de las islas del Pacífico que desaparecerán con la subida del nivel del mar. "Nos encontramos en la primera línea de una crisis que no creamos, una crisis que amenaza nuestra misma existencia", denunciaba Ralph Regenvanu, quien ha reclamado al tribunal internacional que dictamine que los estados responsables de la crisis climática, los que han emitido CO₂ durante décadas, deben reparar los daños que esto ha ocasionado y ocasionará en pueblos como el suyo.