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El propietario de Sargadelos amenaza con cerrar la histórica fábrica de cerámica por un conflicto con Inspección de Trabajo

Inspección de Trabajo impuso una multa de 5.000 euros a la empresa por 36 sanciones que ponían en peligro la salud de los trabajadores

Segismundo García, responsable de la fábrica de cerámica Sargadelos, en Cervo (Lugo), anuncia el despido de 49 trabajadores y advierte sobre un posible cierre.
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BarcelonaLa empresa que logró poner de moda los dibujos folclóricos gallegos ha cerrado este jueves una de sus fábricas, en medio de una situación de incertidumbre sobre su futuro. La mítica fábrica de cerámica de Sargadelos recibió hace unos días una comunicación de Inspección de Trabajo que ha terminado con una "importante multa económica" debido a 36 motivos de sanción por negligencias o incorrecciones en los procedimientos de fabricación. El propietario de la empresa gallega, Segismundo García, conocido por su estoicismo y por haber conseguido reflotar la empresa cuando estaba completamente hundida, respondió anunciado de forma inapelable el cierre de una de sus dos fábricas, la más histórica, ubicada en Cervo, Lugo, sin aclarar que la hará de la segunda, en el pueblo de Sada.

Este jueves, los trabajadores de la planta de Cervos se han presentado en su puesto de trabajo, pero no han podido acceder, ya que la fábrica estaba cerrada. Los trabajadores, que comenzaban el turno a las 7 de la mañana, pusieron el caso en conocimiento de Inspección de Trabajo, que comprobó que efectivamente, la planta estaba cerrada. Cabe recordar que una empresa no puede cerrar un centro de trabajo sin el pertinente aviso a la administración pública, abriendo un proceso legal que es largo y complejo, pensado justamente para proteger los derechos de los trabajadores. Posteriormente, una representación de los trabajadores se ha reunido con el empresario, que les habría dicho que la fábrica reabrirá "la próxima semana", siempre según la versión que la plantilla ha explicado a los medios de comunicación concentrados ante el centro. García habría respondido así a las presiones de la Xunta de Galicia, que pese a recordar que los empresarios deben cumplir la ley, y defender la actuación de Inspección de Trabajo, ha pedido flexibilidad para poder reconducir el conflicto.

Un conflicto que comenzó la semana pasada con un misterioso artículo de opinión. "Este empresario agradecería que procedieran el precinto inmediato de las instalaciones y se dejen de advertencias e intimidaciones (...) pero difícilmente darán este paso; por su larga experiencia sabe que el destino del emprendedor es ir esquivando las incontables trabas e impedimentos de los burócratas de cabeza", decía Segis El progreso. En ningún momento García mencionó que el artículo, cargado de sarcasmo, hacía referencia a su empresa, ni que el empresario del que habla en tercera persona es en realidad él mismo.

El cierre de Sargadelos

La comunicación de Inspección de Trabajo hace referencia a las consecuencias cancerígenas que puede acarrear el polvo generado en la fábrica de cerámica, por las que impone una multa de 5.000 euros al empresario de éxito. García califica esta cifra de "importante multa económica", por lo que ha decidido cerrar la empresa definitivamente. La decisión del empresario ha sido comunicada a Inspección de Trabajo a través de una carta que se mueve, de nuevo, entre la sátira, la burla y la prepotencia: "Este contribuyente, ya viejo y harto, suplica que no sean indulgentes con la exigencia del estricto cumplimiento de la legalidad. Eso sí, les pido que no les pido que no les pida".

Piezas de cerámica azul y blanca expuestas durante la primera jornada de rebajas en la Planta Circular de Sargadelos, en Cervo (Lugo), con descuentos de hasta el 40% en material descatalogado.

García justifica el cierre por las numerosas reformas que debería llevar a cabo para garantizar la seguridad de sus trabajadores, además de la multa de 5.000 euros. "Esta dirección no se ve capacitada para llevar a cabo todas las obras y requisitos que nos exigen", asegura el millonario, que ha optado por despedir a sus trabajadores, pese a los miles de euros que deberá pagar por el despido de los empleados, una cantidad muy superior a la multa exigida. "[El empresario] agradece el interés y la preocupación [por su personal], pero sólo echamos de menos un pequeño detalle: la viabilidad económica de la compañía", escribe en la carta en la que comunica el cierre de la fábrica a Inspección de Trabajo.

Las reacciones en defensa de los trabajadores de Sargadelos

El anuncio del cierre de la fábrica de la icónica cerámica no ha sido bien recibida por los empleados, que han pedido seguir trabajando. Las instalaciones de Cervo están declaradas como un bien de interés cultural. La respuesta inesperada del empresario también ha suscitado la reacción del sindicato comarcal de industria de Comisiones Obreras (CCOO), que ha expresado su apoyo "total" a la plantilla y califica de "incomprensible" el anuncio de la decisión del cierre, además de recordar al empresario que el cumplimiento de lo que ha dictado la Inspección de Trabajo no excluido. Paralelamente, el presidente del comité de empresa de Alcoa de San Cibrao ha hecho un llamamiento a la Xunta de Galicia para que intervenga: "No es normal que un empresario para que tenga una multa de 5.000 euros por incumplir 36 normas laborales se despierte decidiendo despedir a los trabajadores". Las presiones de la Xunta son las que habrían hecho posible reconducir el conflicto.

55 años de una cerámica inimitable

Los orígenes de la cerámica de Sargadelos se remontan a principios del siglo XIX, cuando Antonio Raimundo Ibáñez instaló los hornos de la fábrica en la población de Cervo y quiso recuperar las formas geométricas ancestrales de la zona gallega. Pero después de que varias generaciones tomaran el relevo del fundador, en 1875 la empresa tuvo que cerrar. No fue hasta 1970 que quiso recuperarse la antigua fábrica de Sargadelos manteniendo las formas folclóricas y los tonos azules que había impulsado el ceramista Isaac Díaz Pardo. La capacidad de saber adaptar las formas ancestrales con una estética actual ha llevado a Sargadelos a consolidarse dentro del panorama cerámico de primer nivel.

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