Tras la pista del tío desaparecido en la guerra
La investigación histórica privada se abre camino para reconstruir el pasado familiar
GeronaLluc Mateo es un gerundense de 21 años que, nada más terminar el tercer curso del grado de historia en la Universidad de Barcelona, ya ha encontrado un objeto de investigación y una posible ocupación de futuro que ha empezado a dar frutos: la investigación histórica. Ofrece sus servicios para reconstruir el pasado histórico familiar, por razones de herencias o notariales, e incluso piensa en asesorar a producciones cinematográficas o teatrales. Ya ha investigado ocho casos, sobre todo desaparecidos durante la Guerra Civil, el último de los cuales es el tío del actor Ferran Rañé. Sus familiares sólo sabían que había desaparecido en la guerra.
Generalmente, al terminar la carrera de historia, los estudiantes optan por dos caminos: la docencia o la investigación universitaria. De esta última Mateo no reniega, pero cuestiona su lentitud y sus limitaciones económicas. Aunque todavía no está graduado, tiene claro que se abrirá un camino alternativo: la creación de un despacho de investigación histórica que, entre otros, "dé respuesta a todos aquellos casos que la administración pública no ha resuelto" .
7.595 inscritos en el censo de desaparecidos
La institución que se encarga de la investigación y búsqueda de desaparecidos durante el período de la Guerra Civil es la dirección general de Memoria Democrática. Desde la institución explican que actualmente hay 7.595 personas inscritas en el censo de personas desaparecidas, de las que 3.825 ya han obtenido respuesta. Aunque en el 2023 se dobló la partida destinada a localizar, exhumar e identificar a los desaparecidos, admiten que siempre se necesitan más recursos para agilizar lo que ellos llaman "el derecho a la verdad". La iniciativa de Lluc Mateo pretende ofrecer también esta búsqueda de la verdad, pero "de una forma más precisa y extensa, con reuniones de seguimiento y, sobre todo, de una forma más rápida". Al no ofrecer un servicio de arqueología, no considera que su servicio entre en competencia con Memoria Democrática, sino que más bien lo complementa.
Su primera investigación fue por un caso de su familia. Fue la primera vez que consultaba un registro de defunción en un ayuntamiento. Criado en un ambiente interesado por la cultura y las letras, esa inquietud por saber siempre la verdad le nace desde pequeño: "Mi abuelo siempre me ha hablado mucho de historia. Yo era el típico niño pesado que siempre preguntaba el porqué de todo". A raíz de ir explicando su proyecto futuro, un amigo de su padre se puso en contacto con él porque no sabía nada de su familia de rama paterna. Después de unos hallazgos más que satisfactorios, más gente acudió a él para esclarecer incógnitas familiares, sobre todo relacionadas con las desapariciones durante el período de la Guerra Civil. El caso más destacado, complejo y largo ha sido el último.
Un tío desaparecido en la Guerra
En octubre de 2022 coincide con el conocido actor de cine y teatro Ferran Rañé. "Nos mordisqueaba no saber prácticamente nada de José María, un hermano de mi padre, desaparecido en la Guerra Civil", explica Rañé. En medio de una apasionada conversación, Lucas comenta su vocación futura, los casos que ha ido resolviendo, y todo encaja. A partir de entonces, se inicia una investigación de dos años que tiene como objetivo obtener información sobre el tío desaparecido y, de ser posible, exhumar el cuerpo y hacerle una ceremonia de despedida.
Para encontrar a un desaparecido hay que reconstruir toda una vida y eso requiere, según Mateo, múltiples actuaciones: "Hay que consultar registros militares, civiles, religiosos y judiciales, y cada uno tiene una manera de funcionar y un protocolo diferente a la hora de facilitar información". El joven investigador admite que, aunque es importante, no es suficiente con saber dónde moverse. La orientación por parte de profesores, especialmente la doctora Queralt Solé, profesora en la Universidad de Barcelona, ha sido primordial para encontrar o verificar la información. "Soy un estudiante de segundo de carrera buscando a un desaparecido de la Guerra Civil, y es evidente que necesito ayuda", admite. También agradece mucho la implicación de Ferran Rañé y asegura que el hecho de ser un actor conocido facilitó, en ciertos casos, que se le abrieran algunas puertas.
Un documento lleva al otro
El primer hallazgo de este largo proceso de investigación, que tenía períodos muy fructíferos pero también épocas de estancamiento, fue la búsqueda en el padrón de Madrid y Barcelona y, en consecuencia, un lugar y fecha de nacimiento del tío de Rañé . La consiguieron: José María Rañé Cáceres (en la documentación José Manuel) había nacido en Madrid el 2 de diciembre de 1920, hijo de Marcelino e Isabel, aunque después se había trasladado a Barcelona. Seguidamente, una vez conseguido un registro de alistamiento en el ejército, Lluc Mateo tramitó una prueba de ADN a través del servicio de Memoria Democrática, pero durante meses esta petición quedó encallada.
Bombardeado con 18 años
Después de muchos tira y aflojas para conseguir información, visitando archivistas, consultando documentos y hablando con testigos, a partir del registro de defunción facilitado por la directora de investigación de Memoria Democrática, Eulalia Mesalles, Mateo supo de la existencia de una carta de orden jurada (una comunicación entre jueces o tribunales) del juzgado de primera instancia de Barcelona. Al acudir a solicitar el documento, coincidió con una persona que estaba buscando a su abuelo desaparecido de la Guerra Civil. Lucas asegura que la suerte también juega un papel clave en este tipo de investigaciones, y que a menudo ha encontrado cosas que no esperaba porque ha topado con la persona adecuada en el momento adecuado. "Este hombre empatizó con mi caso, me pidió mi número de teléfono, y al mes me llamó diciendo que ya me había conseguido el documento". Este escrito, finalmente, pone luz a la desaparición del tío de Rañé: varios testigos sitúan a José María en un camión entre Tarragona y Reus que fue bombardeado yendo hacia el frente de batalla el 5 de enero de 1939, 21 días antes de la caída de Barcelona. Sólo tenía 18 años y por tres semanas pudo salvarse de ir a la guerra. José María Rañé formaba parte de la llamada Lleva del Biberó, el nombre que recibieron los soldados republicanos de entre 17 y 18 años que fueron llamados a luchar entre 1938 y 1939.
Este último hallazgo fue la guinda a una investigación compleja y llena de sorpresas, y pone de manifiesto la importancia que tiene para las familias de las personas desaparecidas conseguir reconstruir la vida de alguien del que se ignoran tantas cosas. Ferran Rañé agradece "el rigor profesional, la dedicación y la intuición de Lluc para llegar hasta donde están ahora", y asegura que "conocer paso a paso el recorrido personal de José María y los detalles de su muerte ha sido un motivo de alivio para la familia y de respeto hacia él". También añade "A la familia no lo olvidemos. Y la ficha del Memorial Democrático recoge su itinerario, su desaparición y muerte y la inscripción posterior con un certificado normal de defunción".
Muchos interrogantes
Mateo asegura que el servicio que él ofrece "es un derecho y no un capricho", pero considera que en estos momentos las instituciones no pueden dar respuesta a tanta gente. En Cataluña ha habido más de 900 fosas de la Guerra Civil y la dictadura franquista, de las que muchas ya fueron abiertas, pero otras permanecen desaparecidas. Alfons Aragoneses, profesor de la UPF y que hasta hace poco era el director general de Memoria Democrática, explica que la Generalitat ha abierto unas 90 de las 200 que, con mucha seguridad, existen y podrían ser excavables, y que se adelanta a buen ritmo para exhumar a las que están en riesgo de desaparición. En relación con la iniciativa de Lluc Mateo, Aragoneses asegura que la investigación colaborativa con las instituciones, como ya se está haciendo en Francia, irá creciendo en un futuro. "Muchas veces son los investigadores o las asociaciones las que detectan fuentes documentales. Por tanto, la colaboración es fundamental", indica Aragoneses.
Crece el interés por el pasado
Pese al miedo al olvido del pasado por parte de las nuevas generaciones, iniciativas de jóvenes como Lluc Mateo muestran un interés por la recuperación de la memoria histórica. El Memorial Democrático entregó el pasado 17 de junio, por noveno año, el Premio de Investigación en Memoria Democrática, que pretende reconocer los trabajos de investigación sobre este ámbito de los alumnos de bachillerato. También cabe destacar el éxito y el eco que está teniendo el programa de TV3 Quanta guerra, que presenta el periodista Eloi Vila, en el que personajes públicos viajan al pasado para descubrir las historias desconocidas de sus antepasados a través de una búsqueda.