Política, moderna y desencantada: así es la novela inédita de Vázquez Montalbán
Navona publica 'Los papeles de Admunsen', localizada hace un año en la Biblioteca de Catalunya
BarcelonaManuel Vázquez Montalbán (1939-2003) decía que la tercera universidad de su vida había sido la cárcel, y fue ésta la que acabó espoleando su literatura. Tras estudiar filosofía y letras y pasar por la Escuela de Periodismo de Barcelona, el escritor fue condenado, en 1962, a tres años de cárcel por haber participado en una huelga de apoyo a los mineros de Asturias. Dentro de una celda creció la idea para su primera novela, Los papeles de Admunsen, escrita entre el ingreso en la Modelo y en 1965.
El libro, que el autor dejó leer al editor Josep Maria Castellet y que, posteriormente, quizás presentó al premio Biblioteca Breve –"son sólo suposiciones: no sabemos nada en firme", afirma su hijo, Daniel Vázquez Sallés–, no ha visto la luz hasta ahora, y ha sido gracias al hallazgo del filólogo, profesor y especialista en la obra de Vázquez Montalbán José Colmeiro. "Topé con ella mientras preparaba la edición crítica de Galíndez", recordó este lunes precisamente en el Centro Cultural de la Modelo, allí donde había habido la prisión.
El azar hizo que Colmeiro encontrara "el mecanoscrito completo de una obra inédita" entre las más de 70 cajas que contienen todos los papeles y otros documentos del escritor, depositados por la familia en la Biblioteca de Catalunya en 2016. "Hasta entonces nadie tenía noticia de Los papeles de Admunsen", añade el estudioso. Ni siquiera Anna Sallés, pareja del autor, ni el hijo. "Cuando me llamó José el año pasado para ir a tomar un café me olía que había descubierto algo –dice Vázquez Sallés–. No esperaba que fuera de la magnitud de esta novela. Los papeles de Admunsen me ha permitido descubrir al padre de antes de que yo naciera. Es un viaje en el tiempo que no sólo me permite mantener viva la imagen del padre, sino agrandarla".
Recuperar la libertad a medias
Los papeles de Admunsen está protagonizada por un joven escritor que, al igual que el autor del libro, ha pasado una temporada entre rejas por motivos políticos. Una vez recuperada la libertad, Admunsen no puede ganarse la vida practicando el periodismo que quisiera, sino que debe redactar eslóganes ingeniosos para una empresa publicitaria. "Del Vázquez Montalbán de los 60 se conservan pocas cosas –dice Colmeiro–. Esta novela es como una caja negra donde se conservan buena parte de los temas que más adelante fueron apareciendo en su obra". El especialista cita la importancia de "la política y la memoria", pero también "la fascinación por la literatura artúrica", presente en libros como Erec y Enide (2002), que Navona recuperará el próximo año. "Nos permite recordar qué significaba la lucha clandestina en pleno franquismo –afirma Vázquez Sallés–. Después de la temporada que pasó en la Modelo y en la cárcel de Lleida, que al final fueron 18 meses en vez de tres años, mi padre tenía prohibido escribir artículos de carácter político, pero, en cambio, firmó muchos artículos en revistas de moda con el seudónimo de Jack el Decorador”.
Una crítica al patriarcado
El protagonista de Los papeles de Admunsen es un alter ego de Manuel Vázquez Montalbán. "Es una primera novela de calidad y muy moderna, el primer eslabón de la etapa más experimental del autor, que no acabaría hasta el final del franquismo", recuerda José Colmeiro. El collage, la metaliteratura y la abundancia de referencias culturales –musicales, cinematográficas y literarias– caracterizan estos primeros años del escritor, que incluye libros como Manifiesto subnormal (Kairós, 1970), los poemas de Una educación sentimental (El Bardo, 1967) e incluso la primera novela del inspector Carvalho, Tatuaje (Batlló, 1974).
"Los papeles de Admunsen es una historia luminosa sobre la derrota y el desencanto", continúa el hijo del autor. Ernest Folch, editor del libro, la describe como "impactante y emocionante", y remarca también que anticipa "aspectos cruciales en la obra de Vázquez Montalbán como el compromiso político". Colmeiro recuerda el retrato que hace la novela "de las contradicciones internas de una sociedad en proceso de transformación", la de principios de los 60: se puede ver el contraste entre la entrada del "consumismo y la comunicación de masas" y la "falta de libertades del régimen", las tensiones entre "lucha clandestina y claudicación", y también "una visión crítica del patriarcado sistémico tradicional, con ejemplos de acoso sexual y violencia de género confrontados con los intentos de emancipación de la mujer y la libertad sexual”.