Justicia

Los presos también acuden a la escuela en verano

Un millar de reclusos de toda Catalunya se inscriben en los cursos de refuerzo de julio y agosto

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Internos de la cárcel Mas d'Enric en el aula de verano.

El CatllarLos presos catalanes tienen la opción, por primera vez, de seguir dando clase en el aula de adultos durante las vacaciones de verano. El objetivo de la medida, que ya hace muchos años que se había planteado y todavía no se había llevado a cabo, es que los reclusos tengan un refuerzo en aquellas materias que más les cuestan. "La educación es una herramienta indispensable para las personas reclusas y reduce el riesgo de reincidencia", ha explicado esta mañana la consejera de Justicia, Derechos y Memoria, Gemma Ubasart, durante la presentación de estos cursos de verano. En la rueda de prensa, que ha incluido una visita al centro penitenciario Mas de Enric del Catllar (Tarragonès), también ha participado la consellera de Educación, Anna Simó, porque para poder ofrecerlos ha sido necesaria la colaboración de ambas conselleries.

En toda Catalunya hay 8.000 presos, de los que 1.500 están en régimen abierto (libertad condicional) y los 6.500 restantes entre rejas. Del total, hay un 60% de matriculados en la escuela de adultos. Si solo tenemos en cuenta a los 6.500 presos en régimen cerrado, el porcentaje de matriculados es algo más bajo y se sitúa en un 47%. Quienes ya pueden salir de la cárcel aprovechan la ocasión para estudiar fuera, pero el resto deben ir a las aulas que hay en las cárceles y, tal y como ha dicho Ubasart, "en las cárceles no se hacen vacaciones" .

Tampoco harán vacaciones los 48 docentes que la conselleria de Educación ha contratado durante dos meses para que los reclusos que quieran puedan seguir yendo a clase. Se han apuntado un millar. Uno de ellos es Roberto Carlos, que esta mañana ha aceptado hablar con los periodistas que hemos podido entrar en prisión. "Para mí es un refuerzo importante de cara al curso de septiembre", explicó, y se mostró convencido de que los estudios son muy importantes para tener más oportunidades una vez salga de prisión. Roberto Carlos, que está en prisión preventiva y si todo va bien saldrá pronto, ya ha aprendido catalán, pero lo que más le atrae son las ciencias: "A mí lo que me gusta es la física, la química y las matemáticas ", ha dicho. Y ha valorado muy positivamente el trabajo que realizan los docentes durante todo el año y también el de los que han empezado a impartir clases hace un mes, como Dani.

Formar a los docentes

"Era un ámbito donde quería trabajar y para mí fue una oportunidad", explica el docente, al que le gustaría seguir trabajando en el centro penitenciario el próximo curso. El joven profesor reconoció que el primer día que entró a trabajar le hizo mucho respeto tener que esperar a que se abriera una puerta hasta que no se cerraba la trasera, además de todo el sistema de seguridad. A él y a los otros 47 docentes que se han contratado este verano, se les ha hecho un curso de formación para explicarles cómo es la población reclusa y se les han dado dos guías didácticas para ayudarles en una tarea complicada. Uno de los puntos más difíciles es "la infinidad de niveles de los alumnos", porque hay algunos que ni siquiera hablan catalán o castellano y otros que no saben escribir. De hecho, un 79% de los presos existentes en Catalunya no tienen la enseñanza obligatoria. Sin embargo, Dani ha destacado que los alumnos están "muy motivados".

La consellera Simó ha insistido en que "lo que era necesario era empezar" y que después de esta primera experiencia ya se verá qué cambios habrá que introducir. Uno de los grandes retos es conseguir que los internos que se inscriban en las clases de refuerzo sean quienes más lo necesitan. Durante el año, los docentes y el equipo directivo, que conocen muy bien a los internos y tienen cierta influencia, intentan convencer a los que más lo necesitan para que vayan a clase. Pero todos estos profesionales ya están de vacaciones y en su lugar entran los profesores de refuerzo. Por encima de ellos estará la pedagoga del centro penitenciario y la jefa de programas de educación social, que se turnarán en vacaciones para que al menos siempre haya una trabajando, pero no será fácil seducir a los internos que más necesitan las clases: "Hay alumnos que vienen a aprender, pero hay otros que vienen a liarla", admite Roberto Carlos.

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